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Para Aerolíneas, el mejor árbitro sería Bullrich

Venció la conciliación obligatoria y
se abriría la etapa del arbitraje para solucionar el conflicto. Para esa tarea, AA propone a la ministra de Trabajo.

Patricia Bullrich, ministra de
Trabajo. AA le tiene confianza.
El acuerdo es bajar salarios a
cambio de estabilidad laboral.

La resistencia de dos de los cinco gremios aeronáuticos a aceptar un “arbitraje voluntario” para solucionar el conflicto laboral que originó el despido de trabajadores en Aerolíneas Argentinas, condicionaba anoche la decisión de la ministra Patricia Bullrich de avanzar en un compromiso más amplio entre los empleados y la compañía. Hasta última hora, ni los técnicos de mantenimiento ni las azafatas admitían aquella mediación, condición para que se habilite una segunda instancia a la que sí quieren llegar los otros cinco sindicatos: un pacto que permitiría a la empresa reducir salarios a cambio de estabilidad laboral por dos años como mínimo.
El arbitraje fue un intento de Trabajo para solucionar la crisis que desató en la empresa el despido de más de cuatrocientos empleados de mantenimiento y la no renovación de contratos a más de 50 tripulantes de cabina. Los primeros están nucleados en la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico (Apta), que reaccionó a las expulsiones con una medida de fuerza. La cartera laboral intervino entonces disponiendo una conciliación obligatoria que venció ayer y que, contrariamente al reclamo de ese sindicato, no quiso prorrogar: a partir de ahora, Aerolíneas podría insistir con sus despidos y los trabajadores retomar las medidas de fuerza.
Anoche Apta llegó a la sede del ministerio con intención de comunicarle formalmente esta negativa a la ministra y pedirle algunas horas adicionales para debatir más a fondo esta decisión. “El arbitraje significaría quedar atados a lo que decida la otra parte, sin posibilidad de apelación”, comentaba a este diario uno de los directivos del gremio, temeroso de que la relación de fuerzas en una eventual mediación resultara desfavorable. Aerolíneas –con quien Trabajo consultó oficiosamente todos los pasos que dispuso seguir– postuló a Bullrich como árbitro, tarea que la ministra estaba dispuesta a aceptar.
Aeronavegantes, gremio que comanda Alicia Castro, también planteó sus reparos a firmar un acuerdo que habilite expresamente la revisión de sus condiciones de trabajo, anteponiendo la exigencia de que se reincorpore a los cincuenta contratados que quedaron desvinculados. Bullrich habría sugerido que este reclamo podría atenderse, pero no consiguió disipar los temores de someter el tema a un arbitraje. “Hay que ver con cuidado quién ocuparía ese papel y qué puntos se someterían a la voluntad del árbitro. Esto lo seguiremos discutiendo mañana (por hoy)”, comentó a este diario otro dirigente de AAA.
Los pilotos, técnicos de vuelos y administrativos quedaron ubicados en otro lugar. Hasta anoche, cuatro gremios habían estampado su firma en el borrador de un convenio, que APA (personal de administración) preveía rubricar ad referendum de una asamblea. Según el texto, los gremios se avienen a la “adecuación de las condiciones de trabajo” en 45 días, considerando “las particulares características de la estructura remunerativa de cada colectivo laboral”.
Esas particularidades no son menores. Entre las actividades no sólo hay una enorme diferencia salarial sino que también existen distintos modos de calcular las remuneraciones. Los sueldos de los técnicos de mantenimiento, por ejemplo, son aproximadamente un sexto del de los pilotos. Estos, a su vez, cobran sobre un básico fijo un plus según la cantidad de horas que vuelen: si la empresa suprime frecuencias o rutas, sus remuneraciones automáticamente descienden.
El problema es que aquel convenio, por el cual Aerolíneas se comprometería a no expulsar personal por un mínimo de dos años y mientras ejecute el plan director, debe ser suscripto por los siete gremios para tener validez. Al menos este era el criterio oficial hasta anoche y así está expresado en el texto del acuerdo al que, luego, debería añadir su firma un responsable por Aerolíneas.
Pero los conflictos laborales son sólo un capítulo del problema de la empresa privatizada, asfixiada por su enorme deuda y déficit operativo mensual, que tiende a agrandarse. En este momento, con negociación perosin ninguna medida de fuerza, la compañía disminuyó al 50 por ciento sus vuelos que, a su vez, están ocupados en un escaso 20 por ciento.

 


 

UTILIDADES DEL PRIMER TRIMESTRE
Repsol más que Telefónica

Sólo en el primer trimestre del año, la petrolera Repsol YPF ganó 253 millones de dólares en sus operaciones mundiales, lo que la coloca como la primera empresa no financiera de España por monto de ganancias, delante de Telefónica. Las utilidades después de impuestos resultaron en el período un 20,2 por ciento superiores a las del año pasado, fundamentalmente por los mejores resultados operativos en refinación y marketing. El barril del crudo se mantuvo levemente por debajo del promedio para el mismo período del año anterior, frente a lo cual crecieron simultáneamente las utilidades en Producción y en Refinación, aunque más en esta última franja del negocio.
Las ganancias operativas en Refinación y Marketing aumentaron en un 43 por ciento respecto al año anterior, en tanto que los resultados de Exploración y Producción mejoraron en un 7,5 por ciento. Más de la mitad de las utilidades operativas de la empresa corresponden, sin embargo, al rubro de Exploración y Producción.
Uno de los datos llamativos del balance de resultados de Repsol YPF del primer trimestre es que los mejores resultados se obtuvieron pese a que no aumentó la producción de hidrocarburos –se verifica un descenso del 2,4 por ciento respecto del año anterior– ni la venta de productos petrolíferos –cayó un 3,5 por ciento–. En cambio, se verificó un avance del 13,7 por ciento en las ventas de petroquímicos.

 

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