El presidente Fernando de la
Rúa firmó el decreto que aprueba la realización del
canje de deuda, que viene siendo cuestionado por la alta tasa de interés
que le exigirían al Gobierno los acreedores por aceptar la reprogramación
de vencimientos. El secretario de Finanzas, Daniel Marx, dijo que a partir
de ahora el canje podría hacerse en cuestión de días.
El decreto autoriza a elegir para el canje entre bonos con un valor nominal
total de 58.000 millones de dólares. Pero Marx se preocupó
por aclarar que esa cifra no tiene nada que ver con el monto de
canje. En Economía estiman que la operación sería
un éxito si rondara los 20.000 millones de dólares. Si el
trato se cierra a una alta tasa de interés, aunque se alivie en
los próximos cuatro años el cronograma de vencimientos de
capital de la deuda a refinanciar, la carga de intereses a pagar en los
años siguientes se haría insoportable para el presupuesto
público.
He firmado el decreto de canje de la deuda, afirmó
el Presidente ayer por la tarde. Y agregó que es un buen
paso para poner la situación de la deuda en mejores condiciones
y bajar la tasa de interés.
Pero justamente ése es el punto más controvertido de la
operación. En rueda de prensa en el Palacio de Hacienda, Marx no
negó ni confirmó la versión que le atribuía
haber dicho ante diputados que podría realizarse con una tasa de
interés promedio de 15 por ciento. Todavía no sabemos
la tasa. Hablamos de números hipotéticos. Como para hacer
un ejemplo, se excusó, dando sí a entender que evaluaban
la posibilidad de tener que pagar dicha tasa.
Si así fuera, la carga de intereses de la deuda se elevaría
considerablemente, teniendo en cuenta que actualmente, en promedio, el
stock de deuda actual devenga una tasa anual promedio del 9 por ciento.
Con una mayor carga de intereses, para mantener la relación deuda/producto,
uno de los indicadores que los inversores toman en cuenta para medir la
capacidad de repago, la economía debería crecer a un ritmo
superior al 5 por ciento, una tasa que hoy parece inalcanzable después
de más de tres años de recesión. Por las altas tasas
de interés que debería pagar el gobierno el diputado del
PJ, Mario Cafiero, insistió ayer con pedir la renuncia del propio
Marx.
Para contrarrestar este argumento, Economía distribuyó ayer
una planilla que muestra que el gobierno nacional busca despejar el pesado
cronograma de vencimientos de capital de la deuda que habría que
refinanciar entre el 2001 y 2005. Y reprogramarlos a partir del 2006 cuando
los vencimientos de capital serían sólo de unos
6000 millones de dólares. Pero, si bien eso le daría oxígeno
al financiamiento del gobierno en el corto plazo, eso no quita que la
cuenta de la deuda vaya engrosándose vertiginosamente por la mayor
carga de intereses a pagar.
El decreto confirma también que los siete bancos que coordinarán
la operación (CS-First Boston, JP Morgan, HSBC, Galicia, Santander
Central Hispano, BBVA Francés, HSBC y Salomón Smith Barney)
cobrarán una comisión del 0,55 por ciento, lo cual representa
una bolsa a repartir por más de 110 millones de dólares.
La norma establece también que, por gastos burocráticos
(gastos de registración, legales, organización, traducción,
impresión de folletos) el Estado deberá oblar 5,1 millones
de pesos adicionales.
La firma del decreto permite hacer la presentación oficial
ante la Securities and Exchange Commission (SEC). A partir de allí
hay que esperar la respuesta o los pedidos de aclaración,
explicó Marx. La SEC es el organismo norteamericano que vela por
la transparencia de los papeles que cotizan en Wall Street y la autorización
que tan ansiosamente espera Domingo Cavallo estaría lista dentro
de 48 horas. Por eso, Marx anticipó que la operación podría
hacerse en cuestión de días y aseguró
que será antes de dos semanas.
Marx aprovechó la oportunidad para desmentir que esté enfrentado
con su jefe. Me cuesta creer que haya versiones de peleas con Cavallo.
Estamos todos trabajando muy fuerte en esto, afirmó. Sin
embargo, es sabido queel propio secretario de Finanzas era de la idea
de postergar el anuncio del canje, porque justamente lo consideraba demasiado
oneroso para el Estado si no bajaba antes el riesgo país y la tasa
de interés a pagar.
David Mulford, el hombre del Credit Suisse First Boston y amigo de Cavallo,
fue quien convenció al ministro de que era necesario anunciar cuanto
antes el canje y, en las últimas horas (estuvo ayer y anteayer
en Buenos Aires), fue quien más insistió con la idea de
que una vez en el baile era imposible salirse, porque eso crearía
todavía más incertidumbre en los mercados. Ayer, el senador
oficialista Leopoldo Moreau pidió en un proyecto de declaración
se aclarara cuál es el rol de Mulford y qué comisión
cobrará (ver aparte).
Marx no quiso dar detalles de la operación. Pero se emitirían
cuatro nuevos bonos con un plazo de 5, 7, 15 y 30 años. Y en el
canje no sólo entrarían los títulos del segmento
internacional, sino también las Letras del Tesoro que están
en poder de bancos que operan en la plaza local, AFJP y compañías
de seguro. La participación de éstos últimos actores
asegurarían un piso al canje de unos 15.000 millones de dólares.
Riesgo país:
1009 puntos
Ayer se vivió otra jornada de alivio en el mercado. Las
acciones subieron 2,6 por ciento, los bonos avanzaron en promedio
2,0, provocando un descenso del riesgo país a 1009 puntos
y la tasa interbancaria retrocedió a 8,5 por ciento. La firmeza
de las plazas internacionales (el Dow Jones avanzó 3,2 por
ciento), un efecto tardío del recorte de tasas en Estados
Unidos, sumado a anuncios sobre el canje de deuda mejoraron el clima
de negocios en el recinto. En la Bolsa fueron mayoría las
empresas que cerraron con signos positivos: el balance deparó
46 alzas, frente a 12 bajas y otras 5 firmas que terminaron sin
cambios. Los bonos Brady clausuraron en los siguientes valores:
Discount, 69,750 dólares (+1,8%); FRB, 85,250 (+ 3,0%); y
Par, 63,750 (+ 2,1%). Al respecto, Rita Lavín, analista de
Standard & Poors Market Analysis Group en Nueva York afirmó
que los niveles de precios que estamos viendo para la Argentina
son producto de la complicación (ruidos políticos
y financieros internos) combinada con la certeza de que el canje
de bonos se va a ejecutar. Según Lavín, una
cesación de pagos de Argentina no es probable en este momento
puesto que si bien los precios de los bonos no son niveles
de default; lo que está sucediendo es que obviamente lo que
se quiere es comprar barato. Por su parte, Miguel Bein, integrante
del equipo económico de José Luis Machinea, sostuvo
que va a ser muy difícil cumplir un programa fiscal
de 6500 millones de déficit si la economía no arranca.
La clave por la que pasa la apreciación financiera que hay
sobre Argentina es sobre si la economía arranca o si se demora.
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POSTERGAN
LA NEGOCIACION POR LA LEY DE CREDITO PUBLICO
En Economía pusieron el freno
Las provincias justicialistas
deberán esperar para negociar. Domingo Cavallo avisó por
teléfono a los gobernadores del PJ reunidos en el Consejo Federal
de Inversiones que no tiene apuro en la sanción de la Ley de Crédito
Público. Según el ministro, para el inminente megacanje
de deuda, primera urgencia de Economía, no será necesaria
la contrapartida de garantizar el crédito con la recaudación
impositiva. La reunión pasó a un cuarto intermedio hasta
el próximo martes. Pero antes será la Alianza la que tendrá
que disciplinar a su propia tropa.
Las provincias justicialistas estaban de acuerdo con el proyecto de garantizar
con recaudación la deuda pública. La presunta urgencia de
Economía parecía jugarles a favor. El martes, dejaron de
lado diferencias y acordaron, como precondición para sentarse a
negociar, reclamar en forma conjunta los 225 millones que la Nación
les adeuda. Economía había mandado a Jorge Baldrich y a
Horacio Liendo a negociar. Los gobernadores del PJ se quejaron porque
nos mandaron funcionarios de segunda línea. Por eso
ayer en el CFI se esperaba la presencia de Cavallo. Cuando todos los gobernadores
estaban reunidos sonó el celular de José Manuel de la Sota.
El mandatario cordobés comenzó a repetir en voz alta las
palabras que transmitía el titular del Palacio de Hacienda. No
hay urgencia de la Nación, fue la síntesis. La noticia no
cayó bien a los gobernadores de las provincias más endeudadas
entre ellas, La Rioja, Formosa y Jujuy que esperaban que la
negociación les permita obtener fondos frescos para cumplir con
sus compromisos de corto plazo.
Desde Economía se estima que el consenso para la nueva norma demandará
de 30 a 90 días. Y los principales escollos no estarán en
las provincias justicialistas la llave para la aprobación
parlamentaria sino en las propias filas de la Alianza, donde se
escucharon declaraciones contra la medida de Leopoldo Moreau, Raúl
Alfonsín y Darío Alessandro.
El senador Moreau adelantó que el Parlamento no va a sancionar
el proyecto y criticó duramente la velada amenaza de Cavallo acerca
de que si la norma no sale los mercados tendrán pretextos
para mantener muy alto el riesgo país hasta que fuercen la mano
del gobierno. El dirigente aliancista sostuvo que Cavallo
irrumpe en los gobiernos, como lo hizo en el de los militares, en el de
Menem y en el de De la Rúa, cuando hay necesidad de los acreedores
externos en dar una vuelta de tuerca que garantice sus intereses.
Por su parte, el diputado justicialista Oscar Lamberto consideró
que se trata de una ley sumamente compleja que requiere de un prolongado
período de análisis y estimó que su aprobación
por la vía parlamentaria no se podría dar en los próximos
15 días, período en el que el Gobierno aspira a concretar
la operación de canje de deuda.
¿Por
qué a Mulford?
Leopoldo Moreau no arremetió solamente contra la Ley de
Crédito Público, sino que también apuntó
hacia un asesor exclusivísimo de Domingo Cavallo. El senador
presentó ayer un proyecto de declaración para que
el Ministerio de Economía explique cómo el ejecutivo
David Mulford, vinculado, según el legislador, al Banco General
de Negocios, entidad sospechada de lavado de dinero, fue nominado
como coordinador del canje de deuda pública.
Según el proyecto, Mulford, presidente Credit Suisse First
Boston, ocupa un lugar como director en representación
de esta entidad en el BGN, sindicado por testimonios, afirma Moreau,
en la causa por la venta ilegal de armas como uno de los receptores
de sobornos en esa operación. Moreau pidió que se
explique cuál fue el criterio adoptado para la nominación
del señor David Mulford.
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CAE
LA ACTIVIDAD MANUFACTURERA
La industria languidece
La actividad industrial volvió
a verificar un descenso interanual en abril pasado, de acuerdo a los registros
muestrales del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
Los datos anticipados del estimador medio industrial (EMI), que mide la
evolución de la producción manufacturera mes a mes, señaló
para dicho período una baja del 1,7 por ciento con respecto al
año anterior. Vale recordar que ya en abril del año pasado
se verificaba una fuerte caída de la actividad industrial, como
consecuencia del primer impuestazo del ex ministro José Luis Machinea
que interrumpió el tímido proceso de recuperación
que se observaba hacia fines de 1999.
Uno de los sectores más golpeados por la recesión, según
las encuestas oficiales, es el de Textiles. Abril observa una baja en
la producción del 22,9 por ciento con relación al mismo
mes del año anterior. Comparando el acumulado de todo el primer
cuatrimestre del año corriente con respecto a los primeros meses
del 2000, se registra una caída del 18,7 por ciento.
No es mucho más alentador el panorama en la industria metalmecánica.
Tanto para el sector automotor en particular, como para el resto de la
rama, se observan fuertes caídas con respecto al 2000 tanto para
el mes como para el cuatrimestre. En el mes, la caída en la producción
de vehículos automotores fue del 7,8 por ciento y en el resto de
la metalmecánica, del 8,8 por ciento. En el acumulado de enero
a abril, la pérdida de producción fue del 23,4 por ciento
para la primera y del 14 por ciento para la segunda. Menos significativas
son las caídas registradas en Alimentos y bebidas, Tabaco, y en
Papel y cartón. En cambio, registran distinto grado de recuperación
las ramas Refinación de petróleo, Sustancias y productos
químicos e Industrias metálicas básicas. Los empresarios
no esperan cambios importantes en su nivel de actividad en lo inmediato.
Con perspectivas a un mes, una amplia mayoría del 60 al 80
por ciento respondió a la encuesta cualitativa del Indec
que no espera variaciones en la demanda interna, exportaciones totales
y con destino al Mercosur en particular, utilización de insumos
importados y en los stocks de productos terminados.
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