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Un chico de 14 condenado en EE.UU. a más de 20 años

Acusado de matar a un profesor, Nathaniel Brazil fue juzgado como si fuera adulto. Ayer lo encontraron culpable de asesinato en segundo grado. La condena oscilará entre 22 años y perpetua.

Nathaniel Brazil y su abogado
tras oír que el jurado lo consideró culpable de asesinato.

Sentado junto a su abogado, Nathaniel Brazil escuchó la sentencia del jurado sin inmutarse. Ayer, el joven estadounidense de 14 años que en mayo del año pasado mató a su profesor de un disparo en la cabeza fue declarado culpable de asesinato en segundo grado, y podría recibir una condena de 22 años o más por ese delito. Nathaniel no es el primer adolescente juzgado como adulto en el estado de Florida, cuya ley considera que todo menor de 17 años debe ser sometido a la legislación como si se tratara de una persona mayor cuando es autor de delitos graves, como una violación o un asesinato (ver aparte): en marzo último, Lionel Tate, de 14 años, y John Silva, de 15, fueron condenados a cadena perpetua, al ser hallados ambos culpables de asesinatos en primer grado.
Al considerar a Brazil responsable de “asesinato en segundo grado”, el jurado –compuesto por nueve mujeres y tres hombres, la mayoría de ellos padres de familia– concluyó que no hubo premeditación en el crimen que el joven cometió en mayo del 2000, cuando le disparó a su profesor de inglés, Barry Grunow, de 35 años. En todo momento, Nathaniel sostuvo que se trató de un “accidente”, que el arma “se disparó” y que nunca pretendió matar a su profesor, sino asustarlo para que le permitiera entrar al aula. Robert Udell, abogado defensor del joven, consideró que se trató de “un veredicto justo”. En una sesión fijada para el 29 de junio, el juez Richard Wennet fijará la pena para Brazil, que puede oscilar entre los 22 años y la cadena perpetua.
El 26 de mayo del año pasado, el profesor Grunow –titular de una clase de inglés para alumnos extranjeros del colegio Lake Worth Middle School– mandó a Nathaniel de regreso a su casa porque el chico estaba molestando a sus compañeros arrojando globos llenos de agua. Dos horas después, el chico volvió a la escuela montado en su bicicleta: bajo el buzo llevaba escondida la pistola semiautomática calibre 25 de su abuelo. Brazil quiso entrar nuevamente al aula, diciendo que quería saludar a dos amigas, pero el maestro lo retuvo en la puerta. Tras una fuerte discusión, Nathaniel sacó el arma y mató a su profesor de un disparo en la cara. La agresión fue registrada por una de las cámaras de seguridad de la escuela.
La decisión del jurado se base en la hipótesis de que el joven vivió un momento de gran ofuscación cuando Grunow le prohibió entrar al aula, y por eso disparó. El alegato del fiscal, en cambio, sostenía que el asesinato había sido “premeditado”, y pedía para Brazil el cargo de asesinato en primer grado y una condena a cadena perpetua. “No es justo –consideró el padre de Nathaniel–. Todo niño merece una segunda oportunidad”. Por su parte, el director de Lake Worth se mostró satisfecho con el fallo: “El sistema legal funcionó. Espero que todos hayamos entendido el mensaje”.
El caso de Nathaniel concentró la atención de los medios periodísticos en Estados Unidos, al tiempo que desató una polémica en torno al hecho de que algunos estados de la Unión –entre ellos, Florida– juzguen a menores como si se tratara de adultos, en caso de delitos de extrema gravedad. Eso sucedió en marzo de este año con Lionel Tate y John Silva, dos chicos que fueron hallados culpables de asesinato en primer grado.
Uno de los sentenciados fue Lionel Tate, de 14 años, que mató a la hija de su vecina, de 6 años, mientras jugaba con ella a la lucha libre. La niña sufrió fractura de cráneo y de costillas, varias hemorragias internas y un desgarro en el hígado. El otro caso fue el de John Silva, de 15 años, que estranguló a un compañero de colegio con un elástico y luego escondió el cadáver cámara séptica. Ambos fueron condenados a cadena perpetua en marzo de este año, con apenas una semana de diferencia.

 

Si los chicos son grandes

Según la legislación del estado de Florida, los menores de 17 años deben ser “juzgados y tratados como adultos” cuando el delito que se les imputa es “pasible de pena de muerte o de cadena perpetua”. El caso Brazil reavivó la polémica en torno de las normas vigentes en ese estado, en el que los jueces ya condenaron a otros dos jóvenes a cadena perpetua.
En un debate transmitido por la cadena CNN, el abogado Geoffrey Fieger consideró que este mecanismo “deja de lado la capacidad del menor para entender los cargos que se le imputan y defenderse”. “Meter a niños en la cárcel acaba por convertirlos en super-criminales”, añadió.
Por su parte, la ex fiscal Nancy Grace consideró que ciertos delitos “merecen según nuestra sociedad un trato de adulto” hacia sus autores. “En este país, las leyes están hechas por el pueblo, y el pueblo así lo ha querido”, dijo. A pesar de esta postura, el propio gobernador de Florida, el republicano Jeb Bush –hermano del actual presidente norteamericano–, consideró que “debería existir una pauta diferente para castigar a niños de 12 o 14 años”.

 

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