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YOFRE COMPLICO MAS AL MENEMISMO EN SU DECLARACION ANTE URSO
“Nunca me consultaron sobre esto”

El ex embajador en Panamá reveló que Menem le pidió perdón por �mandarlo a un país de mierda� y que su Gobierno nunca pensó en hacer negocios allá. Apuntó a Bauzá y a Di Tella y Cavallo.

Juan Bautista “Tata” Yofre, ex embajador en Panamá y primer
jefe de la SIDE de Carlos Menem.

Por Adriana Meyer

“Quizá porque algunos pensaban que Panamá era un país de mierda le hicieron eso”, aseguró el ex embajador argentino en ese país Juan Bautista “Tata” Yofre tras declarar como testigo en la causa sobre la venta ilegal de armas a Croacia y Ecuador. Según relató, el ex presidente Carlos Menem le había dicho cuando lo designó “me parece que te mandé a un país de mierda”. El ex funcionario menemista consideró que “era imposible que Panamá pudiera comprar armas” y que eso “lo sabía todo el mundo, salvo que se fuera ignorante o vivo”. Yofre afirmó que el senador Eduardo Bauzá “tiene que saber mucho” por haber sido secretario general de la Presidencia durante el gobierno anterior. Involucró también al ex canciller Guido Di Tella y al ministro de Economía Domingo Cavallo. Según los investigadores del caso, su declaración fue “muy importante” y perjudica a Menem.
“En los días en que se estaban firmando los decretos yo estaba acá, y estuve varias veces con Menem, con Di Tella y toda la plana mayor del gobierno. El 27 de julio había nacido mi segundo hijo, y volví a Buenos Aires para bautizarlo. Así que en esos días de agosto y primera semana de septiembre (de 1991) yo estaba en Buenos Aires, entonces me tomaron de boludo. Estaban haciendo una cosa con Panamá y no me lo decían, es decir... ¡No estaban haciendo nada con Panamá!”. Yofre pronunció ayer estas palabras ante el juez federal Jorge Urso y el fiscal Carlos Stornelli, y luego la repitió ante la prensa. El principal argumento del Menem siempre se centró en insistir que los decretos tenían el destino real de las armas y que el desvío lo produjeron los intermediarios. Los dichos del ex diplomático se contradicen de plano con ese razonamiento. “A mí me dejaron afuera de esto, nunca me consultaron a pesar de ser el embajador (en Panamá)”, aseguró Yofre ante el juez y el fiscal.
Aunque en la puerta de los tribunales enfatizó que desde hace mucho tiempo está alejado del menemismo, en el juzgado abonó la estrategia que le es funcional al ex presidente: disparar sobre Cavallo. Yofre apuntó en su contra al indicar que él estaba en la embajada en Panamá cuando el ahora ministro de Economía era canciller, y desde ese lugar envió varios cables –que aportó– en los que informaba sobre la ausencia de embarques y gestiones por las armas. Mientras tanto, en Buenos Aires preparaban el decreto para enviar armas a ese país. Cavallo aún no está imputado en el caso porque el juez considera que su firma en los decretos no es suficiente para acusarlo. Sin embargo, una fuente con acceso al expediente aclaró a Página/12 que si aparece una sola prueba más puede ser implicado porque los investigadores opinan que el ministro estaba al tanto de la maniobra. De todos modos, la fuente agregó que “la declaración de Yofre fue muy estudiada y aunque afuera intentó tomar distancia parecía que tenía instrucciones precisas”.
En tal sentido, Página/12 le preguntó al ex embajador si había recibido llamadas de algún integrante del gobierno anterior antes de presentarse a declarar. Yofre respondió afirmativamente. “Me pidieron mantener un encuentro pero no accedí. Me llamaron tres o cuatro personas. Hacía tiempo que no me llamaban”, contestó sin ocultar una sonrisa.
Yofre aseguró que la maniobra fue decisión estratégica, de Estado, y no un negocio. “En el caso Panamá hay una displicencia norteamericana para que las armas puedan llegar a Croacia. Había una decisión en el marco de la agenda con Estados Unidos. Pero que lo digan los que tomaron las decisiones. Yo era un chichipío que estaba en Panamá”, expresó Yofre en sintonía con los argumentos que despliegan los menemistas. Además, calificó al ex embajador norteamericano James Cheek como “un gran mamarracho”. Durante el interrogatorio también mencionó al canciller Guido Di Tella, según él mismo contó al término de la audiencia.
El ex funcionario, ahora de nuevo periodista, ocupó la embajada argentina en Panamá entre junio de 1990 y febrero de 1992. Ayer recordó ante el juez que “es imposible que ese país comprara armas” porque endiciembre de 1989, la invasión norteamericana para detener a Manuel Antonio Noriega, acusado de favorecer el narcotráfico a Estados Unidos, dejó a aquel país sin Fuerzas Armadas. “Me tomaron de boludo porque estaban haciendo una cosa con Panamá y no me lo dijeron. En verdad no estaban haciendo nada con Panamá”, se quejó. Y agregó que “Panamá no es un país de mierda, y menos para un peronista porque fue un país que le ofreció su generosidad a Juan Domingo Perón”. Yofre aseguró que cuando se quiso ir del gobierno no lo dejaron. “Me obligaron a ir a Portugal, pregúntenle a Bauzá. Conozco la ingeniería en la toma de decisiones de ese gobierno y Bauzá tiene que saber mucho”, indicó. Y aclaró que hace tiempo que no habla con Menem. “No es que esté enojado ni nada. Me fui en 1997, me dediqué a criar cabras en La Cumbre, me fue mal y volví al periodismo”, expresó antes de abandonar Comodoro Py.

 

Un testimonio neutro

El ex jefe del Estado Mayor Conjunto, general Carlos Zabala, fue interrogado ayer por el juez Jorge Urso a pedido de la defensa del ex jefe del Ejército Martín Balza. Zabala reiteró ante el magistrado que los faltantes de armamentos del Ejército “no afectaron la capacidad operativa” de esa fuerza. Sin embargo, durante el transcurso de su declaración, el militar retirado recordó que el secretario privado de Balza, el coronel Mario Chretien, “terminó como agregado en Croacia” durante la época del conflicto bélico en la zona de los Balcanes, hecho que era conocido por los investigadores de la causa, pero no había quedado plasmado en ningún testimonio. Fuentes consultadas por este diario afirmaron que el efecto de la declaración de Zabala fue neutro y no beneficioso para Balza, pero el detalle sobre Chretien es un elemento que el ex jefe del Ejército también tendrá que explicar cuando vuelva a ser indagado.

 

Barrionuevo, amigo leal

Con la desfachatez que lo caracteriza, el líder del sindicato gastronómico, Luis Barrionuevo, dijo que le “encanta” que haya “un montón de funcionarios procesados”. “Carlos Menem –dijo Barrionuevo– está cosechando lo que sembró.” “En el gobierno anterior hubo un montón de funcionarios que se enriquecieron” y “que se creían impunes”, dijo en una conferencia de prensa que se hizo en Mar del Plata, en el XXXVI Congreso Extraordinario de la Unión de Trabajadores Hoteleros y Gastronómicos. A pesar de haber sido uno de los principales operadores en la negociación del Pacto de Olivos y, por ende, garante de la reelección de Menem, Barrionuevo despotrica como si nada contra su gobierno. “Todo aquel que se enriqueció en buena hora que lo pague con una Justicia transparente”, insistió. Y recordó, otra vez, su célebre frase: “Habría que dejar de robar dos años”. “No me dieron bola –se jactó–, pasaron once años y siguieron robando y creo que seguirán, pero creo que ahora hay cada vez menos para robar porque las empresas del Estado están todas privatizadas.”

 

NAZARENO Y LA ASOCIACION ILICITA EN EL GOBIERNO
“Si se dan ciertos elementos”

El presidente de la Corte Suprema, el riojano Julio Nazareno, intentó tomar distancia de una iniciativa que él mismo impulsó para favorecer a Carlos Menem en la causa sobre la venta ilegal de armas. Ayer dijo, contra su coterráneo, que “obviamente” funcionarios de un gobierno pueden ser acusados por asociación ilícita “si se dan ciertos elementos”. Junto a los otros tres supremos de la mayoría automática, Nazareno trató de incluir, aunque sin éxito, alguna definición jurídica sobre la figura de asociación en dos fallos sobre Víctor Alderete y el ex juez Hernán Bernasconi.
Como si faltara alguna confirmación sobre el naufragio de los intentos en la Corte para beneficiar a Menem a través de expedientes ajenos al de las armas –en el que Menem está citado a indagatoria– Nazareno ayer lanzó declaraciones sorpresivas al salir de tribunales. A Menem, se defendió, “hace años que no lo veo”, y llamó, como es su costumbre en este tipo de casos, a “no politizar los temas judiciales”. “Quizá Nazareno ahora quiere aparentar que tiene amplitud de criterio, pero no nos preocupa”, dijo un abogado que defiende a ex funcionarios de la era de Menem.
Diga lo que diga Nazareno, fueron él, Eduardo Moliné O’Connor, Adolfo Vázquez y Guillermo López, quienes hicieron piruetas y propuestas varias para colar alguna apreciación sobre el delito de asociación ilícita en las causas de Bernasconi y Alderete, presos por ese delito. Uno de los borradores que estuvo cerca de prosperar objetaba la aplicación de la figura en cuestión a miembros de un gobierno.
En el Gobierno y en tribunales circula una versión que sugiere que la Corte dio marcha atrás no sólo porque era una maniobra grosera sino porque el juez Jorge Urso envió señales de que no procesará al ex presidente por el delito en cuestión, el único que podría llevarlo a la cárcel.
El martes último la Corte finalmente firmó un fallo que rechazó un recurso presentado por Bernasconi para recuperar su libertad y otro que revocó la prisión preventiva por defraudación contra el ex titular del PAMI, que igual sigue preso. Nada dijeron los ministros sobre la asociación ilícita. En cuanto a la causa armas, Nazareno dijo “un día llegará a la Corte y entonces decidiremos”.
En la causa contra Alderete la resolución de la Corte cuestionó duramente por arbitraria y por carecer de pruebas la decisión de la Sala I de la Cámara Federal, que había confirmado su procesamiento por defraudación. Varios jueces protestaban ayer en los tribunales federales por los términos de esa acordada. “Así no tiene sentido nada de lo que investigamos”, decían. Ahora será la sala II de la Cámara la encargada de revisar el procesamiento de Alderete. La Oficina Anticorrupción, que es querellante, le pedirá que lo ratifique, en contra de lo que dice la Corte.

 

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