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DE LA RUA ELOGIO A DE LA SOTA Y LOLE COMPARANDOLOS CON RUCKAUF
La Alianza en la interna del PJ

El Gobierno piensa que el gobernador bonaerense transgredió todos los límites con sus críticas. El Presidente salió a cruzarlo y compararlo con sus competidores cordobés y santafesino. Mestre también lo cruzó y aseguró que Moyano �está mal de la cabeza�.

Estallidazo: �El estallido social
se dio cuando Ruckauf fue ministro
del Interior y se quemó la Casa de Gobierno de Santiago del Estero, rememoró Mestre.

De la Rúa dejó de lado su estilo conciliador con la oposición.

Por Fernando Cibeira

“Superó los límites”, explicaba anoche un vocero de la Rosada por qué el Gobierno dejó a un lado los buenos modales y salió a retrucarle con tanta insistencia a Carlos Ruckauf, habitual aliado de la gestión delarruista, quien había considerado que en el país existe una situación de estallido social. El presidente Fernando de la Rúa no sólo le recomendó a Ruckauf que “atienda con sus recursos las necesidades sociales” de la provincia, sino que también incursionó en el terreno que más le puede doler al gobernador bonaerense: la interna peronista. El Presidente dijo que, a diferencia de Ruckauf, los otros potenciales candidatos presidenciales del PJ, el cordobés José Manuel de la Sota y el santafesino Carlos Reutemann, no se quejan y se ocupan de atender sus problemas.
La reacción del Gobierno comenzó temprano. Ruckauf había salido a decir que De la Rúa “no está enterado de algunas de las cosas fundamentales que pasan en la Argentina” y que “se enoja cuando uno describe la realidad”. De ahí pasó a su propia descripción de la realidad, que terminó por enojar a varios funcionarios del Gobierno, que ya venían masticando bronca por las declaraciones del gobernador de los días previos. “Si lo que vemos todos los días por televisión, cortes de ruta por todo el territorio nacional, marchas hacia el Ministerio de Trabajo, no es un estallido, díganme de qué se trata un estallido”, atacó ayer Ruckauf.
A eso se agregaron las nuevas declaraciones del líder de la CGT disidente, Hugo Moyano, a quien en Gobierno consideran un aliado de Ruckauf. El sindicalista insistió con su pedido de elecciones anticipadas y le pidió al Presidente el mismo “gesto de grandeza” que tuvo Raúl Alfonsín, quien renunció antes de tiempo. “¿Qué van a esperar, que tengamos todas las rutas y las calles cortadas?”, preguntó Moyano.
Habitualmente poco afecto a las palabras de alto voltaje, el ministro del Interior, Ramón Mestre, cruzó a los dos. De Moyano dijo que “no está bien de la cabeza”. “Yo respeto a todos los dirigentes sindicales, pero no puedo respetar a quien no respeta en la democracia a las autoridades legítimamente constituidas”, agregó. A Ruckauf, en tanto, lo acusó de “no hacerse cargo” de los problemas de su jurisdicción y le pidió “dar la cara en los temas de seguridad”. “El estallido social se dio cuando Ruckauf fue ministro del Interior y se quemó la casa de gobierno de Santiago del Estero. Ese fue un verdadero estallido social”, rememoró Mestre, recordando el “Santiagazo” sucedido en 1993.
Y no fue el único. Antes de que hablara De la Rúa, también el secretario general de la Presidencia, Nicolás Gallo, y el secretario de Seguridad Interior, Enrique Mathov, le contestaron a Ruckauf. “El es el responsable de lo que está aconteciendo en el propio conurbano. Ruckauf no debe mirar para atrás, adelante o para el costado, sino mirar hacia adentro de sí mismo cuáles son las responsabilidades que tiene y que no está haciendo frente”, consideró Gallo. Mathov evaluó que el gobernador “cometió un grave error” al hablar de estallido, y que su principal objetivo era crear “temor en la gente”.
Tanta animosidad contra Ruckauf hacía pensar en un cambio de estrategia en el Gobierno. Desde los albores de la gestión delarruista, el Ejecutivo se preocupó en armar una relación privilegiada con los tres gobernadores de las provincias grandes. Y entre ellos, Ruckauf, siempre se mostró como el más cercano a De la Rúa. Pero, ayer evaluaban en la Rosada, en los últimos tiempos esa cercanía comenzó a estar marcada por los vaivenes de la interna peronista. Cuando De la Sota y Reutemann se mostraban amistosos con De la Rúa, Ruckauf desaparecía, y viceversa. Pese a ello, el Gobierno siempre trató de evitar que la relación con el gobernador bonaerense se enfriara. Un poco por la necesidad de contar con el apoyo opositor para algunos proyectos claves del Ejecutivo pero también, como explica ayer un vocero del Ejecutivo, “porque el gobierno no se puede dar el lujo de dejar caer a la provincia de Buenos Aires. El costo sería altísimo”. Con todo, ayer, más de un importante miembro del gabinete se mostró molesto con la pasividad presidencial demostrada hasta ahora con las arranques opositores de Ruckauf. “Desde que asumimos ya lo ayudamos con alrededor de 500 millones de pesos”, sostenía el funcionario. “Incluso, le dimos 30 millones la semana pasada. Sin embargo, dejamos que salga en público a echarnos la culpa de todo y nadie le responde”, se quejaba el funcionario de trato frecuente con los gobernadores.
No hay dudas que ayer Ruckauf se pasó de la raya, aún para los permisivos límites –para alguno de sus funcionarios– con que se maneja De la Rúa en su trato con la oposición. El Presidente viajó a Mar del Plata a participar de los actos por el Día de la Armada. En su visita, debió soportar algunas protestas de desocupados y de familiares de pescadores. Al momento de las preguntas, ya venía entonado. “Ruckauf lo que debe hacer es atender con sus recursos las necesidades sociales de su provincia. El sigue con el estilo de transferir las responsabilidades que pasan en su provincia a la Nación”, se quejó en la rueda de prensa que ofreció en la Base Naval marplatense. “El 70 por ciento del gasto total de la Nación en materia social está en manos de la provincia y tan sólo el 30 en manos de la Nación. Así que la provincia no se puede desentender porque estos hechos ocurren en territorio bonaerense”, remarcó.
Luego llegó el párrafo que seguramente más le dolió a Ruckauf. “Diría que esta provincia es la única que siempre dice que los problemas corresponden a la Nación, mientras que Carlos Reutemann se preocupa de los problemas de su provincia y el gobernador de Córdoba, José Manuel De la Sota, también se ocupa de los suyos”, dijo el Presidente. Y puso fin al contrapunto. Hasta hoy.

 

Cortes de norte a sur

El siguiente es el mapa de protestas sociales y cortes de ruta en el conurbano y en otras zonas del país, además del más populoso, ubicado sobre la ruta 3 en Isidro Casanova:
Provincia de Buenos Aires: en Panamericana y 197, la Coordinadora de Desocupados del Tigre cortó esa intersección, en reclamo de más planes Trabajar; Luis Antón, uno de los líderes de la protesta, pidió que “mantengan 168 planes Trabajar” y que “nos den 400 más, porque los desocupados aumentaron”. En tanto, en Garín, a la altura de la ruta 26, miembros de la Corriente Clasista Combativa interrumpieron el tránsito por el mismo motivo. Por su parte, en Avellaneda, unos 200 militantes del Movimiento Independiente de Jubilados, que conduce Raúl Castells, acampan a metros del Puente Pueyrredón hasta hoy a la mañana, cuando marcharán a Plaza de Mayo. Por último, integrantes de la Federación de Tierra, Viviendas y Hábitat de la Central de los Trabajadores Argentinos (CTA), cortaron Puente Alsina, en solidaridad con la protesta en la ruta 3.
Río Negro: los chacareros cortan la ruta nacional 22, a 480 kilómetros de Viedma, interrumpiendo el tráfico entre el Alto Valle y el puerto de San Antonio Oeste, en reclamo de ayuda para el sector frutihortícola.

 

LA NEGOCIACION OCULTA CON EL PIQUETERO D’ELIA
00Aiello, el agente secreto

Tres personajes sentados a una mesa de un bar del barrio de San Cristóbal: Luis D’Elía y Juan Carlos Alderete, líderes del corte de la Ruta 3 en La Matanza, y nada menos que Leonardo Aiello, secretario privado del presidente De la Rúa y negociador en última instancia del Poder Ejecutivo.
Esa reunión ocurrida ayer, mientras atardecía, en Entre Ríos y San Juan, mostró el doble juego del Gobierno ante los cortes: salir a criticar en público a los piqueteros, y al mismo tiempo intentar llegar a un acuerdo “en secreto”, para no aparecer cediendo terreno a los reclamos. Pero la cumbre dejó “off side” al ministro de Interior, Ramón Mestre, y al secretario de Seguridad Interior, Enrique Mathov, quienes se habían encargado de mostrar la “cara de perro” del Gobierno ante las crecientes manifestaciones.
“Nos reuniremos mañana (por hoy) a las 14 en la intendencia de La Matanza, con los funcionarios que el Poder Ejecutivo designe”, reveló D`Elía, después del encuentro. “Queremos que nos mantengan los planes Trabajar que el Gobierno canceló, y que si ponen un seguro de desempleo de 160 pesos, no corten los planes, sino que se sumen a ellos”, agregó. “Que la plata la saquen de un 10 por ciento del impuestazo que metió Cavallo”, explicó el concejal frepasista de La Matanza.
Ante la multiplicación de los cortes de ruta en el resto del país, el problema del piquete masivo en el Kilómetro 22 en la ruta 3 forzó al Gobierno a sentarse a dialogar, aunque pretendió mantenerlo en secreto. Los manifestantes iniciaron el corte el lunes 7, por el incumplimiento del acuerdo firmado entre los piqueteros y la administración delarruista en noviembre de 2000, durante una protesta similar, y con el agravante de la cancelación anticipada de miles de planes laborales.
Por la mañana, Mathov y Mestre habían puesto la cara para defenestrar las protestas; “cada vez que hay alguna persona con necesidades insatisfechas y reclama, estos grupos se encaraman sobre ella”, dijo el secretario de Seguridad Interior, y en la misma línea, el ministro de Interior había afirmado que “hay dirigentes políticos que se montan sobre estas situaciones sociales, o aprovechan una convocatoria de otros grupos”. Pasadas las 18, Aiello, que también tuvo un rol protagónico y semiclandestino en las negociaciones por el corte del año pasado, se reunía con D’Elía y Alderete, desnudando la otra política oficial. Hoy a las 14, en San Justo, sigue la saga. Hasta ahora, también sigue el corte.

Informe: Alejandro Cánepa.

 

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