Por Santiago Rodríguez
Desde París
Me vuelvo conforme porque
la referencia que tienen de Buenos Aires en el exterior es muy buena y
hay también una buena percepción sobre su situación
y su potencialidad económica, declaró ayer Aníbal
Ibarra a Página/12 antes de partir hacia el aeropuerto Charles
de Gaulle para abordar el avión que lo llevó de regreso
a la Argentina. La visita del jefe de gobierno porteño a París
combinó como la que también realizó a Bruselas
en el marco de su corta gira por Europa aspectos de gestión
con promoción de la ciudad, con el aditamento de la búsqueda
de inversores para los proyectos que piensa desarrollar durante su mandato.
Al cabo de una jornada de 13 horas de actividad corridas apenas
interrumpidas quince minutos para tomar un café en un bar parisino
Ibarra volvió de la capital francesa con el compromiso del alcalde
de esta ciudad, Bertrand Delanoe, de que privilegiará la relación
con Buenos Aires por encima de otras comunas sudamericanas y con el interés
de varias empresas de participar en varias de las obras que tiene proyectadas.
Ibarra empezó su último día en Europa con una conferencia
de prensa ante periodistas franceses, interesados sobre todo en su trayectoria
política y en su opinión sobre la situación en la
Argentina, y posteriormente se trasladó al cuartel central de la
Sureté para interiorizarse sobre el modo en que se controla la
seguridad y el tránsito de los parisinos (ver aparte).
Después se dio un tiempo para estar con los responsables del Partido
Socialista. En François Hollande, el primer secretario de esa fuerza
en Francia, encontró la misma inquietud que en su visita del martes
al líder socialista belga, Elio di Rupo: aprovechar los gobiernos
progresistas que a nivel comunal hay en Europa y Latinoamérica
para posicionarse internacionalmente.
Usted es un alcalde que también se preocupa por los temas
nacionales, le dijo más tarde Delanoe a propósito
de su encuentro con Holland cuando lo recibió para almorzar en
su despacho. La reunión con su colega de París fue una suerte
de reunión de trabajo de la cual participaron también los
secretarios de Hacienda y Cultura porteños, Miguel Pesce y Jorge
Telerman, y sus pares parisinos.
Entre plato y plato, todos intercambiaron experiencias sobre la gestión
en ambas ciudades y Delanoe prometió su decisión de tener
una relación privilegiada con Buenos Aires y que París
sea la puerta de entrada de las empresas argentinas y porteñas
a Europa. En el marco de esa relación, el secretario de Planeamiento
Urbano porteño, Enrique García Espil, viajará en
los próximas semanas a la capital francesa para ponerse al tanto
de como se manejan las cuestiones urbanísticas. En el encuentro
entre Ibarra y Delanoe también surgió la idea de abrir en
París una sala de cine que exhiba películas argentinas y
en Buenos Aires otra dedicada al cine francés.
El tramo de la gira enfocada a captar inversiones para Buenos Aires no
sólo incluyó reuniones puntuales con algunos empresarios
(ver aparte), sino también una presentación ante la cámara
que agrupa a las grandes empresas francesas y una entrevista al secretario
de Comercio Exterior de Francia, François Huwart. Lo más
importante fue su impresión de que la situación argentina
y de la ciudad es mucho mejor de la que plantean los mercados, destacó
Pesce.
Una tarde en la Sureté
Aníbal Ibarra aprovechó su estadía en París
para visitar el sistema de control de la seguridad en esta ciudad
que la Sureté tiene en su cuartel central. No se trata
de una tecnología inalcanzable sino que lo que hace falta
es diseñar una estrategia para su utilización,
explicó el jefe de Gobierno porteño al salir del centro
desde el cual la policía parisina controla los movimientos
en cada uno de los sectores de la capital francesa y sus alrededores.
La Sureté tiene un avanzado sistema de control de seguridad
y tránsito a través de cámaras de video 317
montadas en los principales puntos de París y 1900 que pertenecen
a la red de subterráneos y que también están
incorporadas a la red que le permite agilizar su intervención
frente a situaciones de crisis. Ibarra también se interesó
en el modo en que la policía se maneja en caso de manifestaciones,
cuyo promedio en París es de cinco por día.
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Inversiones francesas
Las inversiones que Aníbal Ibarra vino a promocionar en
París son básicamente tres: la ampliación de
la red de subterráneos puesta en marcha por el gobierno porteño
meses atrás, el tratamiento y la disposición final
de la basura y la iluminación de la vía pública,
dos servicios cuyas concesiones vencen el próximo año.
De todas, la que sobresale por su envergadura es la inversión
en subterráneos: el plan de Ibarra es construir cuatro líneas
la H, F, G e I, más de 30 kilómetros y
hace que sea la mayor obra de ese tipo a nivel mundial. Ibarra y
su secretario de Hacienda, Miguel Pesce, ya se habían entrevistado
con las autoridades de la empresa Alstom, proveedora de los vagones
y señales del tren de alta velocidad TGV, cuando viajaron
el miércoles desde Bruselas a París a bordo de ese
tren. Los responsables de esa firma están interesados en
participar de la licitación para la construcción de
los subterráneos porteños e Ibarra se dio, incluso,
el gusto de manejar el TGV formación ferroviaria a unos 250
kilómetros por hora. La misma reacción encontró
ayer en su visita a la sede de la EDF, la empresa estatal francesa
que tiene a cargo el transporte de pasajeros en París. También
se interesó por el proyecto la empresa Sistra y el banco
de inversión Dexia manifestó su intención de
participar en el diseño financiero del proyecto.
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