Por Felipe Yapur
Fue dura, muy dura con el gobierno
de Fernando de la Rúa, con Domingo Cavallo y el modelo económico
que representan. A ellos, Elisa Carrió, les anticipó la
muerte del régimen por sus propias contradicciones. La frase
de la diputada se escuchó durante un acto multitudinario que realizó
la agrupación Argentinos por una República de Iguales (ARI)
y que buscó lanzar una amplia convocatoria a la dirigencia intermedia
de los partidos políticos para que se sumen a su iniciativa: Este
es un profundo movimiento de renovación moral de conciencia para
recuperar la política.
El teatro Coliseo estuvo colmado. Sus organizadores gritaban eufóricos
que había más de dos mil personas. Nadie las contó,
pero los aplausos y los vítores que estallaron cuando uno a uno
los diputados que integran el ARI ingresaron al escenario hizo pensar
que era cierto. Allí estuvieron, además de Carrió,
los diputados socialistas democráticos Alfredo Bravo, Héctor
Polino, Oscar González y Jorge Rivas, el justicialista disidente
Juan Domingo Zacarías, los radicales Osvaldo Alvarez Guerrero y
Fernando Cantero y el empresario Manuel Herrera.
Sólo dos hicieron discursos, Bravo y Carrió, y cientos de
adhesiones. El socialista fue el primero en hablar. Dejó de lado,
como habitualmente hace, el discurso escrito para hablar sin límites.
Su primer cuestionamiento estuvo dedicado a De la Rúa, a quien
calificó como el hombre invisible que hoy gobierna el país
y le reclamó que sepa oír el clamor de quienes piden
trabajo y dignidad.
Mientras Bravo hablaba, abajo se amontonaban los invitados especiales
con la militancia convocada. Ya no había espacio para separar a
uno de otros: podía verse a la titular de la Ctera, Marta Maffei
junto a los diputados del Frepaso rebelde Eduardo Macaluse, Jorge Giles,
Elsa Quiróz y José Luis Lanza, apretados en un rincón
de la platea.
Es mentira continuó Bravo, es mentira lo que
dicen en el entorno del presidente sobre las manifestaciones, los cortes
de rutas y que dicen que son producto de malditos subversivos. Se trata
de aquellos a quienes le prometió un futuro mejor cuando era candidato
y por esa traición es ahora presidente, y nuevamente aplausos,
sólo interrumpidos para escuchar la referencia al gobernador Carlos
Ruckauf, a quien primero calificó como el (Benito) Mussolini
de la risa permanente para luego pedirle que termine con la
arenga de la mano dura, el gatillo fácil.
Luego llegó el turno de la Carrió. Mientras el teatro la
ovacionaba, la diputada chaqueña recordó los primeros días
del gobierno delarruista, por el que había luchado tanto
y que nos estaba traicionando para siempre. Pero el recuerdo de
la legisladora no era gratuita, se estaba preparando para lanzar la convocatoria
del ARI: Yo estaba muy triste por esos días hasta que Alfredo
me dijo que cuando uno se queda solo cuidando la verdad y los principios,
después vuelven todos.
Es preciso renovar la política, la economía y acá
hay un espacio para garantizar estos pensamientos. El ARI debe servir
para que políticos intermedios del país, del radicalismo,
del peronismo, del Frepaso trabajen en esta emergencia pública,
social y económica para recuperar la política, porque desde
ahí se construye la economía, dijo la legisladora
que preside la comisión investigadora sobre lavado de dinero.
La economía fue un tema excluyente en el discurso de Carrió.
Buscó desde un primer momento revalorizar la política por
sobre la economía. Y para ello no vaciló en citar a Adan
Smith, el padre de la economía liberal: los falsos liberales
que deberían recordar que Smith escribió también
la teoría de los sentimientos morales. Por eso digo y afirmo que
la economía nació como ciencia moral.
Pero la chaqueña no se olvidó de los actuales economistas
y más precisamente del ministro Cavallo: Hace un mes y medio,
cuando llegó al gobierno, nos dijeron que era un hombre cambiado.
Fue en ese momento que le dije a Alfredo una cosa: `mi experiencia me
dice que los maridos nuncacambian. ¿A vos te parece que Cavallo
puede cambiar? Y no nos equivocamos, dijo mientras Bravo estallaba
en una carcajada.
Una y otra vez, Carrió repitió su convocatoria a la dirigencia
intermedia. Pero si bien los organizadores se preocuparon en todo momento
por advertir que no se trataba de un acto de lanzamiento de campaña,
Carrió dijo una frase que dejó a varios pensando: No
teman, soy gorda pero no tonta. No voy a estar sujeta a la captación
oligárquica de muchos que cuando estuvieron en el poder perdieron
sus principios.
Carrió cerró su discurso con una advertencia: Se han
llevado todo, el oro, el trabajo, el respeto. Nos dejan pobres y humillados,
maltratados. Pero es preciso que quede en claro una cosa: el alma de los
pueblos, nuestra conciencia no se privatiza. Cavallo, (David) Mulford
y De la Rúa no pueden llevarse nuestra conciencia.
ALFONSIN
VERSUS CAVALLO, PARTE II
Garantías y descontento
El lunes pasado, Raúl
Alfonsín pronunció una serie de declaraciones que provocaron
una dura réplica del Gobierno. Ayer, lejos de dar marcha atrás,
el jefe del radicalismo insistió y criticó la propuesta
de Domingo Cavallo de garantizar el pago de la deuda con la recaudación
fiscal. No creo que el Presidente tome una decisión en ese
sentido, presionó Alfonsín.
Luego de pronunciar un furcio histórico (ver recuadro de tapa),
el jefe del radicalismo se vio obligado a aclarar sus palabras. Las
delegaciones importantes de facultades que hizo el Congreso de la Nación
fueron otorgadas al Presidente, quien es quien toma las decisiones,
sostuvo ayer el ex Presidente. A continuación, en un intento por
desandar el lapsus que había cometido un rato antes, agregó:
De la Rúa está permanentemente frente a todos los
problemas y decidiendo con su estilo especial, que todos sabemos que no
es estridente, pero que es muy firme. Quien gobierna la Argentina es Fernando
de la Rúa y no Cavallo. Es el presidente De la Rúa, sin
ninguna duda, completó. Y aprovechó para aclarar que
no cree que el Presidente respalde el proyecto de Cavallo de garantizar
el pago de la deuda con la recaudación.
Las declaraciones de Alfonsín siguen su línea del lunes
pasado. Desde Brasil, el jefe del radicalismo había defendido el
Mercosur ante los intentos de Cavallo por acercarse al ALCA y dijo que
la Ley de Convertibilidad implicó una crucifixión
para los argentinos. El voltaje de los conceptos llevó a una réplica
de Nicolás Gallo, quien aclaró que la crucifixión
se debió a la hiperinflación y no a la Convertibilidad.
Ayer, consultado sobre la crisis social, Alfonsín aseguró
que el descontento popular es muy claro y calificó
como preocupantes a las protestas. He recorrido todo
el país viendo qué pasa, pero no hace falta ir muy lejos
para verlo, explicó. Finalmente, en sintonía con algunos
funcionarios que habían acusado a algunos grupos de aprovechar
el clima, Alfonsín dijo: Creo que el PC residual tiene fuerza
como para movilizarse, sobre todo cuando hay una posibilidad de desarrollo
de ese descontento, señaló.
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