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LOS CAMARISTAS DE BAHIA BLANCA, CITADOS POR EL CONSEJO
La denuncia de un represor

Ante la acusación de la esposa del represor Santiago Cruciani contra la Cámara de Bahía Blanca por �la privación de libertad� de su marido, el Consejo de la Magistratura citó
a los camaristas.

Los camaristas de Bahía Blanca llevan adelante el Juicio por la Verdad por la represión ilegal.

Por Victoria Ginzberg

El 31 de mayo del año pasado la Cámara Federal de Bahía Blanca dispuso el arresto del ex suboficial del Ejército Santiago Cruciani. El militar, que en sus épocas de torturador en el centro clandestino de detención “La Escuelita” era conocido como “El Tío”, se había negado a declarar en la causa en que se investiga el destino de los desaparecidos. Su mujer, Yolanda Pozzi de Cruciani, denunció al Tribunal, tanto penalmente como ante el Consejo de la Magistratura. La querella criminal fue desestimada en octubre del 2000, pero el expediente en el organismo de control de los jueces sigue en pie. Los cuatro camaristas fueron citados por el Consejo para dar explicaciones por las paradójicas acusaciones de “privación ilegal de la libertad” y “discriminación” que hizo la esposa del represor.
Los jueces Augusto Fernández y Angel Argañaraz fueron convocados por la Comisión de Acusación del Consejo de la Magistratura para el 29 de mayo. Para una semana después fueron citados Luis Alberto Cotter y Ricardo Emilio Planes. La noticia fue recibida con sorpresa y mucho malestar entre los camaristas bahienses, que creen que no hay motivo para que el expediente siga abierto. Algunos incluso interpretaron la decisión de la Comisión de Acusación como “una injerencia dentro del Poder Judicial”, ya que consideraron que el Consejo “no es una instancia para revisar los fallos sino para evaluar la independencia y el buen comportamiento de los magistrados”.
El consejero Fermín Garrote, que por sorteo quedó a cargo de la denuncia, fue quien propuso que se convoque a los camaristas de Bahía Blanca. Consultados por este diario, sus asesores aclararon que los magistrados fueron llamados para pedirles explicaciones y no para que realicen un descargo, como se hace cuando hay una acusación firme. También expresaron que la citación “de ninguna manera debe interpretarse bajo un tinte político”. Dentro de la Comisión, algunos miembros piensan que la denuncia no tiene futuro, en cambio otros prefieren esperan a escuchar a los involucrados antes de manifestar una opinión. Pero los jueces estarían debatiendo si acudirán a no a la cita.
A fines de mayo del año pasado ,Cotter, Fernández y Argañaraz viajaron a Mendoza para tomarle declaración a Cruciani y antes de volver a Bahía Blanca decidieron que el militar debía ser llevado a la Unidad 32 del Servicio Penitenciario de Mendoza. La sanción se realizó por aplicación del Código de Justicia Militar. El militar se había negado a contestar las preguntas de los camaristas que investigaban lo ocurrido con los desaparecidos en jurisdicción del V Cuerpo del Ejército. En ese momento, la abogada Mirta Mántaras recordó que “Cruciani conocía a todos y cada uno de los secuestrados, con nombres y apellidos, sus fotos estaban en un álbum y sus datos íntegros volcados en ‘declaraciones’ que hacía firmar”. Para las sesiones de torturas en La Escuelita, “El Tío” aprovechó la “experiencia” acumulada al lado del general Acdel Vilas durante la represión en Tucumán.
La mujer de Cruciani expresó en el escrito que su esposo fue víctima de un “velado y elegante acto de tortura tan repudiable como aquellos que la Cámara Federal de Bahía Blanca se empeña en investigar, pero más grave porque es llevado a cabo no en una guerra revolucionaria, con su lamentable secuela de excesos, sino en un ordenamiento constitucional”.
El teniente coronel Julián Oscar Corres estuvo detenido un mes, hasta que la Sala IV de la Cámara de Casación integrada por Amelia Berraz de Vidal, Ana María Capolupo de Durañona y Vedia y Gustavo Hornos, ordenó su liberación. El Tribunal dispuso que los militares que sean llamados a declarar en los Juicios por la Verdad no sean obligados a comprometerse a decir la verdad, criterio que siguen las Cámaras Federales de Buenos Aires y La Plata. Pero Casación paralizó de hecho el juicio bahiense, ya que reclamó todo el expediente –de más de diez mil hojas– antes de expedirse sobre el caso de Cruciani y el del teniente coronel en actividad Corres, que fue denunciado por falso testimonio. La Cámara de Bahía Blanca noaceptó la competencia de Casación y actualmente la causa está en la Corte Suprema.

 


 

TRAS LA OPERACION, EL DICTADOR VOLVERA A CAMPO DE MAYO
Massera llegó al Hospital Naval

El dictador Emilio Eduardo Massera se recuperará de su operación de by-pass en el Hospital Naval y luego volverá a Campo de Mayo, donde cumple con su arresto por su responsabilidad en la apropiación de menores durante la última dictadura militar. Así lo dispuso ayer el juez Rodolfo Canicoba Corral, quien tiene a su disposición a Massera junto con su colega María Servini de Cubría.
El sábado pasado, Massera fue sometido a un by–pass con reemplazo de válvula aórtica en el Instituto Cardiovascular de Buenos Aires. La dirección de la clínica intentó que no se supiera nada sobre el inesperado huésped, al que sólo delataban los policías en la puerta. Pero la noticia trascendió y el juez Canicoba Corral se molestó con la Gendarmería porque no había sido consultado para autorizar el traslado. Como respuesta, la fuerza de seguridad emitió un comunicado en el que se aseguraba que “los traslados del detenido fueron dispuestos y coordinados por el Juzgado Federal Nº 1 a cargo de la Dra. María Servini de Cubría con conocimiento del Juzgado Nº 7, del Dr. Adolfo Bagnasco, subrogado por el Dr. Rodolfo Canicoba Corral”.
En medio de la controversia entre el juez y Gendarmería, el defensor oficial Horacio Michero, representante de Massera, solicitó que el dictador fuera trasladado a su domicilio. Pero Canicoba Corral se opuso.
El Almirante Cero perdió el beneficio de la prisión domiciliaria el año pasado, cuando fue descubierto paseando fuera de los límites de su quinta de El Talar de Pacheco. Finalmente, el juez aceptó que Massera sea llevado al Hospital Naval hasta que se recupere de la operación.
El dictador fue arrestado el 24 noviembre de 1998 por la jueza Servini de Cubría por su responsabilidad en la apropiación del hijo de la desaparecida Cecilia Viñas. Luego fue también procesado por el juez Adolfo Bagnasco –ahora reemplazado por Canicoba Corral– por su participación en el plan sistemático de robo de bebés durante la última dictadura militar.
En el batallón de Gendarmería de Campo de Mayo, el Almirante Cero está acompañado por el represor Jorge “El Tigre” Acosta, preso por la apropiación de menores en la ESMA y Julio Simón, alias “El Turco Julián” fue arrestado por el juez Gabriel Cavallo por el secuestro de la menor Claudia Poblete y sus padres.

 

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