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Un film sobre la muerte de Lenin conmueve Cannes

El cineasta ruso Alexandr Sokurov plasmó en �Taurus� su oscura visión de los últimos momentos de Lenin, mientras Nanni Moretti, con �La stanza del figlio�, presentó una tragedia devastadora.

Gravedad: �Taurus� narra el final de la existencia de Lenin, sometido a la tutela de sus colaboradores, en la completa debilidad del moribundo.

En “Taurus”, Sokurov baja del
pedestal a Vladimir Ilich Ulianov.

Desde Cannes

Fue una de las figuras centrales de la historia mundial del siglo XX. En las últimas semanas antes de su muerte, sin embargo, sólo era un anciano malhumorado, confundido y que casi no comprendía lo que ocurría a su alrededor. Esa es la visión de Taurus, una delicada película sobre el agonizante Vladimir Ilich Ulianov, Lenin, del realizador ruso Alexandr Sokurov, que impresionó a la crítica en el 54º Festival Internacional de Cine de Cannes, donde compite –y, de acuerdo a lo visto, muy seriamente– por la Palma de Oro.
El film, basado en la atmósfera y en los detalles, se sale completamente de todo lo visto hasta ahora y es, como experiencias anteriores del realizador ruso, una obra maestra de la plástica cinematográfica. Filmada en tonos verdosos, tiene un aspecto acuático y húmedo y narra el final de la existencia de Lenin, mostrándolo bajo la tutela de sus colaboradores, en la completa debilidad del moribundo. A veces, no quiere aceptar la cercanía de la muerte, otras pide que le lean cómo pasó Marx las últimas horas de su vida. “Los caracteres humanos son interesantes, pero de los dictadores no me fascina nada”, explicó el director. “Comparado con Stalin, Lenin todavía era humano.” Con su film anterior, Moloch, con el que inició una tetralogía, Sokurov ganó hace dos años el premio al mejor guión en Cannes. Como en Moloch, en la que se trataba la relación de Hitler con Eva Braun, Sokurov confió el papel del líder revolucionario a Leonid Mozgovoi. El actor encarna al hombre que entusiasmaba a intelectuales y a las masas, pero que en la Rusia de los años 1922 y 1923 vive aislado y enfermo, mientras Stalin espera su muerte en el pasillo.
Impregnado por una melancolía que recuerda al teatro de Chejov, Taurus hace referencia además al mito del Minotauro, que es un monstruo pero al mismo tiempo sufre: dotado de un poder inmenso, sin embargo está aislado del mundo. El realizador, que ve su obra como parte de “la cultura cinematográfica no comercial de Europa”, prepara en estos días la siguiente parte de la tetralogía. La tercera película sobre hombres en el poder en el siglo XX tendrá lugar aún más al Este en el mapa, y el final, según adelantó, será tomado de las obras de Thomas Mann y Goethe.
La competencia oficial del festival también sumó ayer La stanza del figlio, nuevo film de Nanni Moretti que se reveló como otro firme candidato a la Palma. La película del italiano Moretti narra la trágica historia de un psicoanalista que pierde a su hijo en un accidente. Hasta el momento y por el excepcional y sutil tratamiento de un tema tan proclive a la sensiblería, es otra de las favoritas de la crítica internacional. Esta es la cuarta vez que Moretti compite en Cannes, tras Ecce Bombo, en 1978, Caro diario, en 1994, y Aprile, en 1998. El cineasta se presenta ahora a competición con un film que obtuvo 12 nominaciones para los premios David de Donatello, de los que finalmente ganó tres, mejor filme, mejor música, para Nicola Piovani, y mejor interpretación femenina, para Laura Morente.
La película, filmada en Ancona y protagonizada por el propio director, describe la vida cotidiana de una familia burguesa en la que reina una armonía ideal. Un día, este cuadro idílico se rompe con la muerte accidental del hijo. Después de un tiempo de dolor insoportable, una pesadez de plomo se abate sobre los tres sobrevivientes, cada uno de los cuales elabora el duelo de manera diferente. Tras la proyección, Moretti dijo a propósito de su método de trabajo: “Yo utilizo mis obsesiones personales, las cristalizo en un guión e inmediatamente ruedo un filme”.
Esta es la primera película en la que Moretti abandona los asuntos autobiográficos y aborda temas universales. En esta ocasión contó con la ayuda de la guionista Heidrun Schleef y de la escritora Linda Ferri. “En cuanto a mis proyectos —declaró Moretti—, tengo dos en mente pero todavía no quiero escribirlos. Todavía llevo encima el dolor del protagonista de La stanza del figlio. Me identifiqué totalmente con elpersonaje y supongo que me resultará difícil desembarazarme de él para encarar una nueva obra.”

 

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