Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


SE CERRO EL ACUERDO CON LOS BANCOS ORGANIZADORES DEL MEGACANJE DE DEUDA
Papeles caros en selecto club del trueque

Finalmente, Economía y los bancos definieron las condiciones del canje. Habrá cinco títulos nuevos para retirar viejos, que devengan una tasa más baja. Ese es el precio que pagará Cavallo ante la urgencia por la concentración de vencimientos de deuda.

Daniel Marx, secretario de Finanzas.
En el canje habrá bonos nuevos a tasa flotante y también fija.

Por Claudio Zlotnik

El Gobierno y los siete bancos coordinadores cerraron ayer todos los detalles del megacanje. Ahora, sólo queda esperar que los entes de control bursátiles de la Argentina y Estados Unidos den su visto bueno. En Economía confían en que ello ocurrirá dentro de dos semanas y que, entonces, varios funcionarios, incluido Domingo Cavallo, además de banqueros, saldrán de gira por las principales plazas financieras para promocionar el trueque millonario. Economía envió el prospecto detallando el megacanje a Nueva York para que las autoridades estadounidenses den el acuerdo. El avance de la operación volvió a impactar positivamente en el mercado: el riesgo país cayó 32 puntos y se ubicó en los 959. En la semana, el riesgo mejoró un 12,3 por ciento.
El último lunes, el riesgo se había clavado en 1093 puntos. Pero una vez que Economía salió a dar señales de que haría el canje sí o sí, a pesar del alto costo que conllevaría, los títulos públicos afianzaron una tendencia alcista. Frente a la inminencia de la transacción se generó una demanda adicional de bonos debido a que los inversores no quieren quedarse con títulos que, tras el megacanje, perderán liquidez. A su vez, los grandes bancos adquieren esos bonos para sumarlos a la operación.
Los funcionarios de Economía y los bancos coordinadores sellaron el siguiente acuerdo:
Habrá cinco nuevas emisiones de deuda, que reemplazarán a los títulos que por ahora están en circulación.
De esas cinco, tres serán tramos de corto plazo (un Bono Pagaré, un Global y un Bonte) a 5, 6 y 7 años de plazo, respectivamente, un bono de mediano plazo (15 años) y otro de largo (30 años).
Uno de los bonos estará nominado en pesos.
El Bono Pagaré será el único a tasa flotante: dependerá de la evolución de la tasa de interés promedio que rinden los depósitos a plazo fijo. Los demás bonos se emitirán a tasa fija.
Habrá dos mecanismos para rescatar los títulos “viejos”. El primero consistirá en pagar a precio de mercado, inferior al de emisión. Para esos casos, los nuevos bonos también se colocarán a valores de mercado. Es decir, lo que el Estado se ahorra pagando menos (valor de mercado menos valor de emisión), lo pierde colocando los títulos del canje a una paridad más baja (por ejemplo, un bono de 100 dólares, lo entrega a 90). El resultado neto, no obstante, será negativo para el Estado porque termina endeudándose a tasas altas a un plazo mayor al de los bonos que existen en la actualidad.
En el segundo mecanismo, el Estado rescata a un valor más alto que el de mercado. Esto le permite emitir los nuevos títulos a una tasa de interés más baja. No obstante, como pagó más caro, la “tasa implícita” de la operación termina siendo superior a la del bono retirado de plaza.
Si el megacanje se hiciese con el actual nivel de riesgo país, la tasa promedio de las nuevas emisiones rondaría el 15 por ciento anual. Sin embargo, tanto en Economía como en los bancos organizadores de la transacción especulan con que ese indicador retrocederá hasta un nivel de 800 a 850 puntos en las próximas dos semanas. De ser así, la tasa se ubicaría entre 14 y 14,5 por ciento para los casos de los títulos con renta fija.
Habrá período de gracia para el pago de intereses de 3 a 5 años.
A pesar del pedido de Economía para que las Letes queden incluidas en el megacanje, finalmente eso no ocurrirá. Los bancos se negaron.
El objetivo es que la operación alcance a los 15.000 millones de dólares. La diferencia de 5000 millones con la meta original se debe a la escasa repercusión que, por ahora, el megacanje tuvo entre los inversores institucionales extranjeros.
La intención de Economía es salir a recomprar los nuevos bonos en caso de que, en un futuro, mejore el escenario financiero para la Argentina ybaje sensiblemente el riesgo país. En ese caso, se volverían a lanzar bonos a tasas de interés más bajas.
De los 29.000 millones que –como máximo– podría involucrar el megacanje, en Estados Unidos podrían colocarse 15.500 millones, de acuerdo al pedido de autorización que se envió a Wall Street.
Daniel Marx, secretario de Finanzas, volvió a relativizar los efectos del megacanje. “No hay que confundir la herramienta con los objetivos”, dijo, dando por sentado que la operación podría aliviar financieramente a la Argentina pero no necesariamente implicará que automáticamente la economía despegará.

 

Riesgo país: 959 puntos

Frente a la concreción del megacanje, los títulos públicos volvieron a subir –ayer, un 1 por ciento en promedio– y el riesgo país cayó otro escalón, para situarse en 959 puntos. Como ya se descuenta que la Argentina no caerá en cesación de pagos en el corto plazo, los especuladores que estaban sobrevendidos (“alquilaban” bonos apostando a la baja) salieron presurosos a comprar títulos para devolverlos a su dueño original antes de que se concrete la operación. Pese a la reacción positiva en el mercado de deuda, las acciones terminaron hacia abajo. El índice MerVal perdió un 1 por ciento. La excepción fue el papel de Bansud, que subió 14 por ciento, acumulando 43 por ciento de ganancia en dos ruedas, gracias a la venta del banco al Citi.

 

AMENAZA DE ECONOMIA A LOS DIRIGENTES DEL AGRO
Si hay corte, no hay ayuda

Por Claudio Scaletta

Las tres entidades agropecuarias que se reunieron con Domingo Cavallo, Federación Agraria (FAA), Confederaciones Rurales (CRA) y Coninagro, se encontraron con “similitud de diagnósticos” y mucha “comprensión”. Las medidas concretas, sin embargo, deberán esperar a que “la situación fiscal se equilibre un poco”. Según el ministro esto ocurrirá tras el megacanje de deuda. La única respuesta del Gobierno fue una amenaza. “Los productores que participen de cortes de rutas no recibirán planes de competitividad”, advirtió al término de la reunión el secretario de Agricultura, Marcelo Regúnaga. La promesa de etéreos “planes de competitividad” ha sido hasta ahora la única y monocorde propuesta que ofrece Economía a cuanto reclamo sectorial se le presenta.
Manuel Cabanellas, presidente de CRA, dijo a Página/12 que la amenaza de Regúnaga estuvo “completamente fuera de lugar”. Las entidades agropecuarias “hemos funcionado conteniendo a los productores”, consideró el dirigente. Regúnaga “que recién llega”, no puede “ponerse a jugar de árbitro”.
El secretario de Agricultura había dicho que la próxima semana anunciaría un plan de competitividad para los productores del Alto Valle del Río Negro, que participan en los cortes de ruta, pero condicionó esta posibilidad al levantamiento de esa medida de fuerza.
Sobre los resultados del encuentro con Cavallo, Cabanellas destacó que “su diagnóstico coincidió con el nuestro, pero de anuncios, nada”, se quejó. Deben darse cuenta que “la situación llegó a la gravedad actual porque no se tomaron medidas cuando debían tomarse”. Sobre los aspectos en que hubo coincidencia el titular de CRA señaló “la refinanciación de pasivos con más lógica” y la “eliminación de impuestos distorsivos, en especial a los intereses, a la renta mínima presunta y al gasoil”, enumeró.
Por su parte el vicepresidente de FAA, Pablo Orsolini, se manifestó en el mismo sentido. En diálogo con este diario sostuvo que “el ministro dijo que estaba de acuerdo en todos nuestros reclamos pero que no había medios económicos”. La propuesta de Economía fue que aplicará planes de competitividad “en los sectores más críticos”. Entre ellos, la fruticultura de peras y manzanas y el sector algodonero. También que se formará una “mesa permanente de diálogo” con las entidades.
La situación del campo es paradójica. La última campaña (2000/2001) con 66 millones de toneladas fue la segunda cosecha récord, y para la presente se espera la más grande de la historia. Las causas se deben según Cabanellas, “a la actitud de meterle para adelante” de los productores, pero también a la baja de costos por nuevas tecnologías como siembra directa y la ingeniería de semillas. No obstante, una cosecha récord en tiempos de recesión no soluciona los problemas de rentabilidad del sector. Tampoco el contexto de concentración de la propiedad de la tierra y creciente marginación de los sectores más vulnerables.

 


 

EMPRESARIOS AUTOMOTRICES CRITICAn AL GOBIERNO
La trampa de anunciar caída de precios

El gobernador José Manuel de la Sota y su ministro de la Producción, Juan Schiaretti, se fueron de boca, según los representantes de la empresas automotrices. Para los empresarios del sector, el anuncio de que los precios de los autos podrían reducirse entre un 15 y un 20 por ciento una vez que se apliquen los planes de competitividad que estudia el Ministerio de Economía resulta aventurado. “En anteriores oportunidades en las que se anunciaron medidas similares, en las dos semanas posteriores se plancharon las ventas”, comentó un directivo de la Asociación de Fabricantes de Automóviles (ADEFA).
“Una persona que tiene la plata para comprar un auto, si por esperar quince días se gana 6 mil pesos, seguro que lo va a hacer”, agregó el empresario. La industria, en la época dorada de reactivación fácil de la Convertibilidad, llegó a tener una facturación equivalente a 40 mil unidades por mes, cifra que cayó a solo 15 mil en abril pasado. “Con esto (el anuncio de la rebaja de precios) si se llegan a superar las 10 mil unidades en mayo haríamos una fiesta”, dramatizó el directivo. Paradójicamente, ADEFA había presentado al Gobierno un informe de la consultora Booz Allen en el que se recomienda reducir los precios para reactivar la demanda interna.
En los últimos días, el gobernador De la Sota viene subiendo el tono ante el gobierno nacional en su reclamo de un proyecto de reactivación para la industria automotriz. Tales pedidos se intensificaron después de que Renault anunciara la suspensión de todo su personal en su planta de Santa Isabel en Córdoba (1350 empleados), por los meses de julio y agosto, debido al incremento de stocks ocasionado por la caída de ventas. Pero el gobernador parece no haber evaluado el impacto en el delicado equilibrio entre las expectativas de los empresarios, por un lado, y los consumidores/votantes, por el otro.
Ayer, De la Sota envió una carta a De la Rúa en la que machaca con el tema. Habla de la “grave situación que atraviesa la industria automotriz” y enfatiza: “Le reitero por lo tanto mi pedido, que lleva más de un año, de concertar una rebaja en los precios de los vehículos automotores, que impulse la reactivación de las ventas del sector”. En tanto, Schiaretti, ex secretario de Industria cuando Cavallo era ministro de Menem, se encargó de precisar que el objetivo fundamental es “entusiasmar a los argentinos que quieran comprar un automóvil rebajando los precios de venta en un 15 o 20 por ciento”. Tal rebaja sería compartida por las provincias y la Nación, mediante la reducción de impuestos, y las propias empresas. También dijo que a esto se sumaría “crédito a una tasa en pesos menor al diez por ciento anual”. El gobierno cordobés espera que esos créditos sean aportados por el Banco Nación.
Según el gobernador, quien dijo haber conversado con sus coprovincianos Domingo Cavallo y el secretario de Industria, Carlos Sánchez, Economía convocó para el próximo martes a los empresarios, sindicatos y gobiernos provinciales para empezar a delinear el plan automotor.

 

PRINCIPAL