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 Los futbolistas de Boca y de
River ya están soñando con enfrentarse en la final de la
Copa Libertadores de América: los del actual campeón del
torneo continental, atentos a su racha favorable en los últimos
Superclásicos; los del líder del Clausura, porque no habrá
oportunidad mejor para redimirse de esa misma racha que ellos ven desde
el costado negativo; ambos planteles porque, en el fondo, no puede haber
mejor satisfacción que ganar un campeonato de semejante magnitud
nada menos que ante el tradicional rival.
“Sea el rival que sea, si alzamos la Copa tendremos el reconocimiento
de nuestra gente. Pero será mayor si somos campeones ante Boca”,
admitió ayer el capitán de River, Leonardo Astrada. “A
nosotros nos tocó la peor llave. Ahora es Vasco y si pasamos será
Palmeiras o Cruzeiro. Podríamos decir que tenemos que pasar dos
finales para llegar a la final, pero confiamos en volver a ganar la Copa,
y si es contra River, mejor”, opinó Guillermo Barros Schelotto,
delantero de Boca.
Ambos conjuntos jugarán el próximo miércoles sus
primeros compromisos por los cuartos de final de la Libertadores. Boca
jugará ante el Vasco da Gama, en Río de Janeiro, a las 15,
mientras que River recibirá al Cruz Azul a las 19.30. El otro representante
argentino que sigue en la Libertadores, Rosario Central, será local
ante el América de Cali, el próximo martes a las 21.10.
Palmeiras–Cruzeiro, el restante encuentro de los cuartos, también
se jugará el miércoles, a las 21.40.
En la edición 2000 del torneo, que ganó Boca, ambos rivales
clásicos se enfrentaron en los cuartos de final, la misma instancia
que afrontarán desde la semana próxima. Empataron en el
Monumental en el partido de ida, y Boca ganó 3-0 en la revancha
en la Bombonera, la noche que Martín Palermo retornó después
de su lesión, señalando el último tanto.
“Boca jugará ante rivales más fuertes, con Vasco da
Gama y, después, quizás con Palmeiras –aceptó
Astrada–. Para River, en cambio, van a ser más complicados
los viajes”, añadió el volante, imaginando una final
Superclásica.
“River es un equipo complicado –aseguró el Mellizo–.
Boca cambió la manera de jugar, porque ahora somos tres los que,
además de generar juego, tenemos que tratar de definir, pero esperamos
que nos dé los mismos resultados”, aseguró en referencia
a las funciones que cumple junto a Marcelo Delgado y Juan Román
Riquelme. El delantero elogió al próximo rival de Boca,
el Vasco da Gama: “Ellos ganaron todo, son un muy buen equipo”,
señaló.
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Boca busca divisas
para su deuda
Boca está buscando otro torneo internacional para jugar
y recaudar. La caída definitiva de la empresa ISL obligó
a la FIFA a suspender el Mundial de Clubes que iba a disputarse
entre el 28 de julio y el 12 de agosto en España, del que
iba a participar Boca, por lo que los dirigentes del club están
tratando, desde hace una semana, de reflotar la Copa Interamericana,
para jugar ante Los Angeles Galaxy, último ganador de la
Copa de Campeones de América Central y del Norte, en Los
Angeles, durante julio.
“Es una pena, porque Boca se perdió de ganar una cifra
importante de dinero que nos iba a servir para equilibrar las finanzas
y pagarles la deuda a los jugadores”, afirmó el vicepresidente
del club, Roberto Digón.
Boca mantiene una deuda de seis millones de dólares con el
plantel profesional, por los premios de la Copa Intercontinental
y el Apertura 2000. Por participar del Mundial de Clubes iba a recibir
algo menos de dos millones de dólares, cifra que, en caso
de ganar el certamen, hubiera ascendido a 13 millones. Fue el propio
presidente de la FIFA, Joseph Blatter (foto), quien presentó
la propuesta de suspender el torneo, al no estar en condiciones
la entidad de solventar los gastos organizativos y de aportar los
20 millones de dólares de premios. ISL era la responsable
del marketing de los principales torneos de la FIFA.
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LO
POSTERGARON POR LA SITUACION SOCIAL
Quilmes–Banfield va mañana
La final del campeonato de la
Primera B Nacional no se jugará hoy sino mañana a las 11,
luego de una reprogramación determinada por el Ministerio de Seguridad
bonaerense, que en principio había decidido suspender el encuentro
a causa de la situación social que se vive en algunos puntos de
la provincia, con cortes de ruta y movilizaciones. Pero, por la tarde,
el organismo garantizó el concurso de las fuerzas policiales necesarias
para jugar el partido mañana por la mañana.
“Cerca de las 17 me comunicaron oficialmente que se dio marcha atrás
en la decisión primaria de postergar el partido y habrá
policías, como corresponde”, explicó el presidente
de Quilmes, Daniel Razzetto.
La alternativa era la postergación de la final, que Banfield se
adjudicará con sólo empatar, logrando el ascenso directo
a Primera, para el miércoles 23 o el domingo 27, siempre en horario
diurno. En ese caso hubiera sido necesario reprogramar también
los dos encuentros de ida de las semifinales del Reducido por el segundo
ascenso.
A raíz de informes de inteligencia que indicaban la necesidad de
reforzar la seguridad a raíz de los cortes de ruta y movilizaciones
de desocupados, el gobernador Carlos Ruckauf y el ministro de Seguridad
bonaerense, Ramón Verón, resolvieron que la final pasara
al domingo, con el fin de utilizar efectivos de seguridad en distintos
puntos del Gran Buenos Aires. Además, a unos 200 metros de distancia
del estadio de Quilmes, hoy se jugará una nueva fecha del Mundial
de hockey femenino sobre césped, lo que hacía necesaria
la presencia de un mayor número de efectivos.
El jefe de Eventos Deportivos de la provincia, subcomisario Rubén
Pérez, había declarado: “No se jugará el sábado
ni el domingo porque los efectivos que tendríamos que utilizar
en ese evento son necesarios para que se ocupen de atender operativos
relacionados con la situación social”. Según el funcionario,
“no se puede descartar que algunos infiltrados quieran provocar desórdenes
en ese partido, que se tendría que jugar a poca distancia del Mundial
de hockey”.
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