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SUB-BLOQUE DISIDENTE
Con un guiño de Chacho

El nuevo sub-bloque de ocho diputados del Frepaso fue alentado por Alvarez, en una conversación con González, Lanza y Soñez.

Las críticas de Alvarez al
Gobierno fueron un disparador.
El otro fue una charla donde los diputados plantearon problemas.

Por Felipe Yapur

Cuando los diputados Eduardo Macaluse, Jorge Giles, Elsa Quiroz, Marcela Bordenave, Rafael Flores, María América González, José Luis Lanza y Federico Soñez anunciaron la conformación de un sub-bloque dentro de la bancada del Frepaso, sonó a noticia vieja. Es que desde hacía varios meses venían funcionando con autonomía de las decisiones de la conducción del bloque. Pero había dos datos nuevos escondidos detrás de las razones de la política de diferenciación que significa el nuevo grupo y que tenían en común un mismo personaje. El primero de ellos fueron las críticas de Carlos “Chacho” Alvarez al Gobierno y a la permanencia del Frepaso dentro de él. El segundo, que involucró a los tres últimos legisladores, fue una conversación con el ex líder frepasista, quien los alentó a sumarse a esta iniciativa.
Las declaraciones de Alvarez ocurrieron hace más de diez días y generaron un verdadero simbronazo en la estructura frentista que había comenzado cuando Chacho anunció su retiro del Frepaso. Para los legisladores rebeldes Macaluse, Giles, Quiroz y Bordenave, esto provocó un escenario más que favorable para su lectura política de lo que debía realizar la representación parlamentaria del Frepaso: abandonar el bloque de la Alianza para recuperar autonomía pero al mismo tiempo interactuar con el sector del radicalismo más afín, es decir el alfonsinismo. Esto supone para los rebeldes un paso al costado de Darío Alessandro de la presidencia de la bancada aliancista. Durante las dos últimas reuniones de bloque, Alessandro y Rodolfo Rodil no aceptaron la idea que había sido expresada por el santacruceño Rafael Flores.
Ante la doble negativa de la conducción del bloque de aceptar la idea de la autonomía, los rebeldes se veían en la obligación de tomar una decisión. Entre romper y quedarse como ala opositora, optaron por una posición intermedia que se tradujo la conformación del sub-bloque, “eso sí, siempre autónomo de la conducción”, como expresó Giles a este diario. Pero a estos legisladores, que provienen de Ctera y ATE, la idea de ser cuatro nos los convencía del todo. Todo cambió cuando comenzaron a sumarse González, Lanza, Flores y Soñez.
La decisión de Flores es la que más sorprendió. Tradicionalmente moderado en sus posiciones internas, o racionalista, como le gusta definirse, el santacruceño dice que su incorporación se produjo fruto de una convicción: “Es la única manera de mantener el Frepaso vivo. Nuestro partido no soportaría otro ruptura”.
De los tres restantes, al menos dos llegaron a su decisión tras una charla con “la persona que nos trajo al Frepaso”. Según trascendió, durante la semana que pasó Alvarez se encontró con estos legisladores, que le desgranaron un rosario de quejas y dudas que desaparecieron cuando el ex jefe del Frepaso consideró “una buena idea” un sub-bloque que rescate las ideas originales del frente. Hasta los alentó, según confiaron fuentes de este sector, a que “sumen más gente”.
Hasta tanto las posibles incorporaciones se concreten, en el sub-bloque –al que se decidió no darle nombre para no generar divisiones o rechazos- plantean profundizar las coincidencias parlamentarias que tienen con el bloque Argentinos por una República de Iguales (ARIA) de los radicales Elisa Carrió y Fernando Cantero, los socialistas democráticos Alfredo Bravo, Jorge Rivas, Héctor Polino y Oscar González, y el justicialista disidente Juan Domingo Zacarías.
Como en política valen tanto las palabras como los gestos, el jueves se produjo un hecho que podría considerarse un anticipo de en qué derivarían las primeras coincidencias entre rebeldes y ARI, que trascenderían al Congreso. Prácticamente el nuevo sub-bloque completo estuvo presente en el acto que el ARI realizó en el teatro Coliseo. Por ahora, ambos sectores coinciden en una frase: “Todavía es prematuro hablar de ello”.

 

OPINION
Por José Vitar *

Chacho debe volver

La política argentina no puede prescindir de un dirigente como Chacho Alvarez. Mucho menos el espacio del progresismo, acotado tanto por las limitaciones de una estructura social degradada como por la mediocridad que campea en el escenario político. La vieja encrucijada teórica sobre si las circunstancias históricas generan o producen a los líderes o a la inversa tiene aquí un capítulo apasionante. A lo largo de estos diez años Chacho hizo gala de una brillante combinación de inteligencia, audacia e intuición política generando prácticamente desde la nada una tercera fuerza en la Argentina. En tiempo record transformó al casi testimonial Grupo de los Ocho en una fuerza cuestionadora del sistema político, sin la que no se hubiese puesto fin a la década menemista. Paradójicamente, la crisis del Frepaso se plantea en el momento mismo de la llegada al gobierno. La contradicción siempre presente en los movimientos transformadores entre política e ideología se expresó ahora en el esfuerzo por lograr una síntesis, entre afrontar la responsabilidad de gobernar en una realidad inhóspita y mantenerse fiel a la identidad y al discurso de siempre. Está claro que la síntesis no fue lograda y que ello está en la médula de la renuncia a la vicepresidencia. El incómodo lugar en que se ubicó después del alejamiento derivó a su vez en una nueva y polémica decisión, la de retirarse de la conducción de la fuerza. Hoy, cuando la tentación de hacer leña del árbol caído se apodera de muchos, es fundamental el esfuerzo por encontrar el balance objetivo. Los devaneos revisionistas de criticar con los ojos de hoy lo que ayer se aplaudió o consintió en silencio no ayudan en la búsqueda de la síntesis política. Recuperar el pleno protagonismo de Alvarez en la lucha por un país más justo está lejos de ser una necesidad personal de él, es por el contrario una exigencia colectiva. Nadie puede discutir que en la figura de Chacho se encarna el esfuerzo inconcluso en la lucha contra el privilegio. En la tremenda dimensión humana que encierra el autocastigo que se impuso conviven el error político y el desprendimiento. Sobre todo, queda una enseñanza: es preciso encontrar la síntesis, entre el esfuerzo individual y la construcción colectiva. Confío en que Chacho logrará hacerla para recomenzar con la fuerza de la sabiduría que otorga aprender de los propios errores. Aunque no sea posible la identificación precisa en el tiempo, ni quienes serán coprotagonistas de esa reconstrucción de la épica progresista.

* Diputado de la Nación-Frepaso.

 

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