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MICHEL STIPE SE DECLARO GAY CUANDO LA BANDA EDITO UN NUEVO CD
R.E.M. es la historia de la semana

El cantante asumió públicamente
su condición homosexual en una entrevista publicada por la revista �Time�, paralelamente al lanzamiento mundial de �Reveal�, nuevo disco del trío. Ambas noticias conmueven: Stipe cortó con los rumores y R.E.M. produjo su mejor trabajo
en una década.

La formación actual de R.E.M. versión 2001, de derecha a izquierda: Michael Stipe, Mike Mills y Peter Buck.

Por Esteban Pintos

La noticia es que Michael Stipe, una superestrella del primer mundo rock, declaró públicamente su homosexualidad. No, la noticia es que R.E.M. –la banda que lidera Stipe desde 1981– editó un nuevo disco, Reveal, su decimosegundo registro en estudios. En verdad, ambas novedades se superpusieron en un par de días durante esta semana y merecen atención desde distintos ejes de análisis, tratándose de un artista y una banda claves en la música pop de las últimas dos décadas del siglo pasado, perfectamente vigentes en la primera de la nueva centuria. Por un lado, la revelación de Stipe en una entrevista publicada por la edición en Estados Unidos de la revista Time puso en blanco sobre negro una situación que incluso había generado polémicas durante años en el circuito internacional de la música pop. Paralelamente el nuevo álbum de R.E.M. –editado con apenas un par de días de diferencia en Inglaterra, Estados Unidos y Argentina–, elogiado casi unánimemente como el mejor disco del ahora trío en más de una década, se ubicó primero en el ranking de ventas del Reino Unido de la Gran Bretaña y colocó 33.000 copias en un día, superando cómodamente al nuevo lanzamiento de la superpromocionada ex Spice Girl Geri Halliwell, que sólo vendió 10.000.
Por cierto: la ya famosa declaración mereció un discreto último párrafo dentro de una nota titulada “Michael Stipe y los pibes sin edad de R.E.M”. Nada de títulos catástrofe sobre aquello. En el párrafo en cuestión puede leerse: Stipe dice que está fenomenalmente ocupado pero feliz. Dice que ha estado “en pareja con un hombre increíble” por alrededor de tres años (él dice que su compañero no es celebridad). En el pasado Stipe eludió preguntas sobre su sexualidad, pero ahora se siente más cómodo hablando de eso. “Fui cobarde al respecto”, dice, “y eso explica mi silencio más el hecho de que se tratase de un asunto privado”. Por eso ahora rápidamente se describe a sí mismo como un “artista homosexual”. Tal como hace unos años Rob Halford ante las cámaras de MTV y George Michael en CNN, Stipe lo hizo. Fin de todas las especulaciones que, durante años, los medios musicales especializados se hicieron sobre la preferencia sexual de un artista multimillonario y famoso en todo el mundo.
Las repercusiones de la admisión de su homosexualidad –en inglés se utiliza para estos casos la expresión out of the closet, salir del armario– no se hicieron esperar. El semanario inglés New Musical Express publicó esta semana un comentario de Paul Flynn, editor de la revista gay Attitude. “Es grandioso. Existe una serie de artistas masivos de rock declarados abiertamente gays, pero no hay hombres gay en los charts de Estados Unidos. Hay mujeres, Melissa Etheridge y kd Lang, por ejemplo. Pero no hay hombres, entonces es buenísimo, abre una gran puerta y las ventas de Reveal no han caído ni mucho menos. Es grandioso que él haya lanzado un álbum comercial al mismo tiempo, aunque dudo mucho de que la sincronía temporal fuese deliberada.” Pese al júbilo que le provoca, el mismo Flynn no evitó comentar que “puede verse también como un poco ridículo, especialmente con alguien tan obvio como él y que sin embargo haya esperado hasta los cuarenta y pico para hacerlo. Posiblemente haya habido un cierto factor vergonzante, luego de que todo el mundo lo supiera. Son sólo dos palabras, ¡por Dios!”.
En la mención de Flynn sobre la coincidencia entre famoso rockero que se asume homosexual y banda de famoso rockero que lanza un nuevo disco ingresa un elemento no descartable en términos de “empuje” promocional para un lanzamiento del tamaño de un nuevo disco de R.E.M. Ahora: ¿cabe intuir una movida de esta clase en una banda que ha hecho de la independencia del negocio montado a su alrededor una bandera y una conducta? Una situación similar, no igualable pero sí comparable, se vivió al momento de la firma de un millonario contrato entre R.E.M. y la multinacional Warner (hoy Time-Warner), a mediados de la década del noventa y luego del fenomenal suceso del álbum Out of time. En aquel momento la prensa económica dedicó especial atención a un contrato por varios motivos histórico, calculado en un monto bruto de 80 millones de dólares. ¿R.E.M., la banda símbolo del rock independiente de los Estados Unidos y fuente inspiradora de una corriente de otras bandas por el estilo, había vendido su alma al diablo? Recientemente Stipe volvió sobre la cuestión en una entrevista publicada por la revista dominical del diario español El País. Y dijo: “Warner alquila nuestros servicios musicales, pero no nuestra alma. Al mismo tiempo, no pedimos disculpas por grabar para la discográfica más poderosa del mundo. En realidad, hasta la discográfica más importante es una empresa capitalista. Firmás con una o con otra por los servicios que te ofrecen y, sobre todo, por la relación personal con la gente que hay allí.”
Stipe es, por muchos motivos que superan el monto de sus cuentas bancarias y un indudable carisma escénico –del cual los argentinos pudieron disfrutar una noche gloriosa, este verano durante el Buenos Aires Hot Festival, ver recuadro–, un personaje bien interesante y fácilmente distinguido dentro del circo de entretenimientos y variedades del rock and roll global. Luego de consolidado su status de estrella que todo lo puede, ha dedicado buena parte de su tiempo en una incipiente carrera cinematográfica como productor. Así fue responsable de la concreción de dos películas que dejaron huella en la década del noventa, al menos en el ámbito independiente: Velvet goldmine, una fábula sobre los años de gloria del glam rock y la sugerida relación íntima entre Iggy Pop y David Bowie; y ¿Querés ser John Malcovich?, una locura que llegó a rankear para los premios Oscar, dirigida por el notable realizador de videoclips Spike Jonze. Actualmente, Stipe dirige dos productoras en ambas costas de los Estados Unidos –C-Hundred en Nueva York, Single Cell Pictures en Los Angeles– agrupadas en una empresa madre llamada Self Timer. Bajo esa etiqueta, en cine y televisión por cable, se estrenarán en los próximos sesenta días tres películas de bajo presupuesto: Our song, dirigida por su socio Jim McKay, el drama carcelario femenino Stranger inside (se emitirá por HBO) y 13 Conversations about one thing, protagonizada por los reconocibles Mattew McConaughey y Amy Irving. Ninguna supera los 500.000 dólares en términos de costo de producción.
Paralelo a los avatares y demás gustos en la vida de su cantante e imagen pública, Reveal significa una responsabilidad histórica para R.E.M. Es el disco de la refundación de un grupo que estuvo al borde de la separación, cuando una gira mundial extenuante derivó en la grave enfermedad y posterior alejamiento del baterista Bill Berry. En pleno reacomodamiento de piezas y con el formato de trío, editaron Up, un disco escasamente valorado por la crítica aunque profético en más de un sentido.
Mucho del sonido Up se presenta en versión corregida y aumentada en Reveal. Se trata de una colección de muy buenas canciones marca R.E.M., dotadas de simpleza instrumental y profundidad poética que superan la media compositiva de la banda y que remiten, con su ornamento electrónico leve pero distinguible, a la mejor cosecha circa Automatic for the people. Con esta plataforma de lanzamiento, bien puede pensarse que habrá R.E.M. para rato, tal la declaración velada que subyace en estas nuevas canciones. Esa sea, tal vez, la mejor y más perdurable noticia, por encima de preferencias sexuales, películas y estrategias de marketing.

 

Cuerpos, calor y fútbol

El paso por Sudamérica en el verano, con dos shows en Río de Janeiro y Buenos Aires, dejó sus huellas en los R.E.M.. Michael Stipe en varias entrevistas la experiencia iniciática de la banda en el sur de América. “Río es el sitio más sexy en el que haya puesto los pies. Nunca había visto más cuerpos hermosos juntos; la tentación era constante. La verdad es que Río de Janeiro me embriagó, era la primera vez que estaba en Brasil y no estaba preparado para la comida y el calor”, dijo sobre la primera escala. De Buenos Aires, en cambio, se fijó otros detalles. “Me sugirieron que mencionara al fútbol desde el escenario. Salí con una pelota e hice un recitado de países futboleros, para que no pareciera una concesión al nacionalismo. Fue inútil, llegué a Argentina y todo el estadio empezó con su himno”. Lo que Stipe entendió por “himno.” no era otra cosa que un tradicional “¡Argentina, Argentina!”, entonado por la multitud de 35.000 personas que poblaba el Campo de Polo de Palermo.

 

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