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DERROTO CLARAMENTE A QUILMES COMO VISITANTE Y ASCENDIO
Banfield es de Primera

Vuelve después de cuatro años, tras una campaña extraordinaria: 23 de invicto, con Ponce de técnico y Garrafa Sánchez, figura.

Banfield consiguió ayer el primer ascenso a Primera, tras derrotar con un contundente 4–2 a Quilmes, en el estadio Centenario, después convertido en un campo de batalla de los hinchas locales y la policía provincial. Banfield, que había ganado el partido de ida por 2–1, volvió a mostrar superioridad ante un rival que pareció desconcentrado y sin armas como para aprovechar la pequeña ventaja que tenía a priori: con el 1–0 le bastaba, porque a igualdad en la suma de goles, ascendía. Con esta derrota, el Quilmes gerenciado por el Exxel Group, con un presupuesto mensual de 150 mil pesos para el fútbol, sumó otra frustración: es la cuarta final por el ascenso que desperdició en menos de un año. Los hinchas quilmeños produjeron un serio alboroto con un saldo lamentable de heridos, detenidos y destrucción (ver aparte), lo que obligó a Elizondo a suspender el partido cuando faltaban dos minutos. La figura fue el veterano Garrafa Sánchez, estratega y autor del primer gol.
El planteo del técnico de Banfield, Ramón Ponce, fue clave. En el primer tiempo, los visitantes especularon con el aceleramiento de Quilmes y en el complemento lo redujeron a la impotencia, aun antes de quedar con uno más por la expulsión de Braña. Firme en defensa y eficaz de contra, Banfield, que suma un invicto de 23 partidos, estableció la justa diferencia con los goles de Garrafa Sánchez, Leeb, Del Río y Forestello.
Los primeros minutos fueron de Quilmes que, insistiendo con centros, inclinó la cancha y presionó a Luchetti, muy seguro ante cada envío del local. Pero Banfield contestó, Garrafa Sánchez comenzó a ordenar el juego de sus compañeros y entonces Banfield fue creciendo paulatinamente.
Quilmes casi abre el marcador, a los 20, con un cabezazo de Pagés que Luchetti detuvo con esfuerzo. Banfield contestó a los 25, cuando Sánchez entró por la izquierda, superó a su marca y frente a Alayes remató sobre Elizaga. Enseguida fue una gran jugada de Leeb la que le permitió a Sánchez entrar al área y recibir un patadón de Mazzina, que Elizondo sancionó en penal y que Sánchez convirtió. Pero Quilmes descontó enseguida con un contraataque que comenzó Bordi por la derecha, quien metió el centro que Giampietri cabeceó en el medio del área para poner el 1–1.
Banfield no se desesperó y continuó llevando el partido a su propio ritmo y llegó al segundo, tras un centro frontal que Leeb consiguió tocar sobre un costado ante la marca de Schiavi. Pero faltaba, porque Quilmes, antes de pasar al entretiempo, volvió a descontar. Luego de un centro de Díaz, que Schiavi y Alayes intentan ganar frente a Luchetti, le quedó un rebote a Giampietri, quien le pegó como venía y puso el 2–2. Partidazo.
En la segunda, los planteos cambiaron: Quilmes quiso ser el protagonista y Banfield ya se paró de contra. Ninguno de los dos consiguió llegar con claridad, aunque Banfield pudo aprovechar más su planteo gracias a la expulsión de Braña, que le dejó espacios a Sánchez por la izquierda.
Quilmes terminó siendo todo impotencia. Rivoira se fue quedando sin argumentos y ni el ingreso de Alex Rodríguez alcanzó para cambiar la historia. Peor aún, a los 75, un tiro libre de Sánchez, cruzado de derecha a izquierda, le permitió a Del Río poner de cabeza el 3–2. Y encima, cuando la gente de Quilmes comenzaba a irse a los 87, una gran habilitación de Sánchez, tras un centro de Castro, le permitió a Forestello anotar el 4–2 definitivo con un violento remate sobre el palo izquierdo de Elizaga.
Así, Banfield volverá a Primera, tras cuatro años de ausencia.

 

 

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