Banfield
consiguió ayer el primer ascenso a Primera, tras derrotar con un
contundente 42 a Quilmes, en el estadio Centenario, después
convertido en un campo de batalla de los hinchas locales y la policía
provincial. Banfield, que había ganado el partido de ida por 21,
volvió a mostrar superioridad ante un rival que pareció
desconcentrado y sin armas como para aprovechar la pequeña ventaja
que tenía a priori: con el 10 le bastaba, porque a igualdad
en la suma de goles, ascendía. Con esta derrota, el Quilmes gerenciado
por el Exxel Group, con un presupuesto mensual de 150 mil pesos para el
fútbol, sumó otra frustración: es la cuarta final
por el ascenso que desperdició en menos de un año. Los hinchas
quilmeños produjeron un serio alboroto con un saldo lamentable
de heridos, detenidos y destrucción (ver aparte), lo que obligó
a Elizondo a suspender el partido cuando faltaban dos minutos. La figura
fue el veterano Garrafa Sánchez, estratega y autor del primer gol.
El planteo del técnico de Banfield, Ramón Ponce, fue clave.
En el primer tiempo, los visitantes especularon con el aceleramiento de
Quilmes y en el complemento lo redujeron a la impotencia, aun antes de
quedar con uno más por la expulsión de Braña. Firme
en defensa y eficaz de contra, Banfield, que suma un invicto de 23 partidos,
estableció la justa diferencia con los goles de Garrafa Sánchez,
Leeb, Del Río y Forestello.
Los primeros minutos fueron de Quilmes que, insistiendo con centros, inclinó
la cancha y presionó a Luchetti, muy seguro ante cada envío
del local. Pero Banfield contestó, Garrafa Sánchez comenzó
a ordenar el juego de sus compañeros y entonces Banfield fue creciendo
paulatinamente.
Quilmes casi abre el marcador, a los 20, con un cabezazo de Pagés
que Luchetti detuvo con esfuerzo. Banfield contestó a los 25, cuando
Sánchez entró por la izquierda, superó a su marca
y frente a Alayes remató sobre Elizaga. Enseguida fue una gran
jugada de Leeb la que le permitió a Sánchez entrar al área
y recibir un patadón de Mazzina, que Elizondo sancionó en
penal y que Sánchez convirtió. Pero Quilmes descontó
enseguida con un contraataque que comenzó Bordi por la derecha,
quien metió el centro que Giampietri cabeceó en el medio
del área para poner el 11.
Banfield no se desesperó y continuó llevando el partido
a su propio ritmo y llegó al segundo, tras un centro frontal que
Leeb consiguió tocar sobre un costado ante la marca de Schiavi.
Pero faltaba, porque Quilmes, antes de pasar al entretiempo, volvió
a descontar. Luego de un centro de Díaz, que Schiavi y Alayes intentan
ganar frente a Luchetti, le quedó un rebote a Giampietri, quien
le pegó como venía y puso el 22. Partidazo.
En la segunda, los planteos cambiaron: Quilmes quiso ser el protagonista
y Banfield ya se paró de contra. Ninguno de los dos consiguió
llegar con claridad, aunque Banfield pudo aprovechar más su planteo
gracias a la expulsión de Braña, que le dejó espacios
a Sánchez por la izquierda.
Quilmes terminó siendo todo impotencia. Rivoira se fue quedando
sin argumentos y ni el ingreso de Alex Rodríguez alcanzó
para cambiar la historia. Peor aún, a los 75, un tiro libre de
Sánchez, cruzado de derecha a izquierda, le permitió a Del
Río poner de cabeza el 32. Y encima, cuando la gente de Quilmes
comenzaba a irse a los 87, una gran habilitación de Sánchez,
tras un centro de Castro, le permitió a Forestello anotar el 42
definitivo con un violento remate sobre el palo izquierdo de Elizaga.
Así, Banfield volverá a Primera, tras cuatro años
de ausencia.
|