Los
desocupados de La Matanza entraron en la segunda semana del corte de ruta
esperando una nueva propuesta del Gobierno, después del fracaso
de las negociaciones del sábado. En el piquete sobre la ruta 3,
como todos los días, ayer una asamblea debatió la situación
y volvió a votar por permanecer en el lugar. En los días
que vienen los piqueteros buscarán amplificar su reclamo apoyándose
en otros cortes y protestas de organizaciones con demandas propias, pero
solidarias con los matanceros. Se verán nuevos cortes en
la provincia, en barrios del sur de la Capital y una concentración
frente a la residencia de Olivos, detallaron los líderes
del corte.
La tarde del domingo tuvo algunas visitas y una conversación telefónica
con el secretario del Presidente, Leonardo Aiello. El dirigente de la
CTA Luis DElía aseguró que no quieren
que Aiello deje las negociaciones a pesar de que hasta ahora
no se ha llegado a un acuerdo. DElía aseguró incluso
que sin el secretario no habrá diálogo ni acuerdo.
Los puntos centrales por los que las conversaciones están estancadas,
según los manifestantes, son tres:
u La última propuesta del Gobierno llegó a 7500 planes de
empleo. El compromiso que había firmado en noviembre fue por 8400
programas de asistencia.
u No se garantizó el pago a 3500 personas de los sueldos de 160
pesos adeudados de enero, febrero y marzo de este año. Sobre el
punto hay una fuerte discusión con el Ministerio de Trabajo, que
considera que la cifra está inflada, y los manifestantes, que sostienen
que pueden probar que no es así.
u Tampoco hay una respuesta firme sobre la situación de Emilio
Alí, el dirigente de Mar del Plata condenado a cinco años
y medio de prisión por haber encabezado un pedido de comida en
un supermercado.
El último tema está en manos de la gobernación bonaerense.
En principio, los líderes del piquete pidieron la intervención
del Ejecutivo provincial para facilitar la prisión domiciliaria
de Alí, que está en la cárcel de Batán. Pero
tal decisión está en la órbita del Poder Judicial,
por lo que en los últimos días se empezó a hablar
sobre la posibilidad de una conmutación de la pena, lo que sí
figura entre las atribuciones del Ejecutivo.
En las negociaciones sin resultado de la semana pasada, señalan
DElía y Juan Carlos Alderete, los representantes del Gobierno
adujeron que la caída en la recaudación los obliga a podar
el presupuesto. Sobre la ruta 3 se necesitará oír algún
otro argumento para levantar las carpas. Cualquiera que pierda 10 minutos
de tiempo hablando con la gente instalada al costado de la ruta escuchará
agrios comentarios sobre los planes Nuevos Roles Laborales descubiertos
en manos de dirigentes de Franja Morada. Salvo por el frío, muchos
dicen que están mejor en el piquete que en los asentamientos. Hay
comida y de noche nadie molesta, resumió a este diario uno
de los manifestantes días atrás.
Ayer se vio en la ruta 3 y las vías al titular de la Central de
Trabajadores Argentinos, Víctor De Gennaro. También a representantes
de las organizaciones que preparan medidas para esta semana como la Federación
de Tierra y Vivienda de San Martín, los desocupados de la Corriente
Clasista y Combativa (CCC) de San Francisco Solano y la Mesa de enlace
de Organizaciones Sociales de La Boca. Sobre el pequeño escenario
montado en medio de la calle cantó Ignacio Copani.
Se aguardaba un nuevo borrador del gobierno. Aunque se especula con que
las próximas conversaciones estarán a cargo de los funcionarios
de Trabajo y del ministerio del Interior, ayer no hubo emisarios de Patricia
Bullrich ni de Ramón Mestre y en el corte insistían en mantener
un teléfono abierto con Aiello. A Bullrich no le interesa
encontrar soluciones y Mestre quiere garrotearnos, respondió
DElía al ser consultado sobre el tema.
Intercambio
de flores
Con
las negociaciones en punto muerto, el gobierno nacional y el bonaerense
se echaron culpas por el conflicto de La Matanza. El secretario
general de la Presidencia, Nicolás Gallo, consideró
que el origen de la protesta es que la gestión de Carlos
Ruckauf no cumplió con las obligaciones contraídas
en el acuerdo de noviembre pasado. El vicegobernador Felipe Sola
diagnosticó en cambio que el problema es ajeno. La
idea de que cuando algo ocurre en un territorio es responsabilidad
de quien gobierna ese territorio, es una idea equivocada y tramposa
informó. En Río Tercero estalló un polvorín
y no era culpa de Angeloz.
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