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DEFINICIONES DEL SECRETARIO DE EDUCACION SUPERIOR
“Esto no es un arancel”

Para Juan Carlos Gottifredi, cobrar un extra en Ganancias a los padres de alumnos de la universidad �es más justo que cobrarles un arancel a todos�.

Por Javier Lorca

En medio de la polémica desatada alrededor del financiamiento universitario, el secretario de Educación Superior, Juan Carlos Gottifredi, defendió en una entrevista con Página/12 la propuesta del Ministerio de Educación de cobrar un plus del 1 al 2 por ciento sobre el impuesto a las Ganancias a los padres de estudiantes. Pero alertó: “La única duda que me queda es a partir de dónde cobrar la sobretasa”. También negó que se planee arancelar la enseñanza, aunque reconoció que existen presiones en esa dirección.
–El proyecto de aumentar Ganancias para los padres de alumnos ¿no resulta otro ataque a la clase media? ¿No evade, otra vez, la posibilidad de diseñar un sistema de impuestos verdaderamente progresivo?
–Hay dos variables para diferenciar si los proyectos de financiamiento universitario son retrógados o progresivos. Una es la cobertura del sistema educativo sobre la población estudiantil. La otra es el grado de inequidad en la distribución de los estudiantes según su procedencia social. Cualquier medida que disminuya la cobertura o haga más inequitativa la distribución, es retrógrada. Si mueve favorablemente esas variables, es progresivo.
–¿Cómo analiza a esta propuesta en particular?
–Habrá que estudiarla seriamente. Si el proyecto de aumentar el impuesto a las ganancias no cumple con esas variables, para mí sería inaceptable. La única duda que me queda es a partir de dónde cobrar la sobretasa. Si la pongo en los sueldos de 600 pesos, perjudico a demasiados sectores. Ahora, si lo pongo a tres mil o cinco mil, estoy seguro de que no perjudico y puedo crear un fondo fiduciario. La clave es no tener en cuenta cuánto quiero recaudar, sino cómo disminuir la inequidad del sistema. Por otro lado, sí hay que reconocer que éste no es el mejor momento para plantear esto, con la economía constriñéndose y la mayoría de la gente haciendo grandes esfuerzos. Pero lo que se pretende es afectar al quintil de la población con más altos ingresos.
–El nuevo impuesto, ¿contemplará que no todos los estudiantes están en el lugar de hijos sostenidos por sus familias? De hecho, casi todos son mayores de 18 años, es decir, adultos.
–Es cierto que eso podría redundar en injusticias. Supongo que, en los casos en que el estudiante se mantiene con su trabajo, se podrá presentar como responsable ante los requerimientos impositivos. Pero esto no creo que se dé en la mayoría de los casos. También puede darse de padres que no tienen relación con sus hijos, pero también sería excepcional.
–¿Y qué pasaría con un padre que tiene más de un hijo estudiante?
–Lo pagaría una sola vez. Esto es un buen ejemplo para ver la diferencia que hay con un arancel. La idea es que se pague según el poder tributario, no según la cantidad de hijos. Si fuera un arancel, habría que pagar por cada estudiante.
–¿La única alternativa para mejorar el financiamiento de un área clave como la educación es el aporte de los padres de los alumnos?
–No. La idea es crear una batería de medidas que contribuyan a crear un fondo fiduciario para otorgar becas y fomentar la inserción. Podríamos gravar también a las empresas que emplean a los profesionales graduados en la universidad pública. También sigue abierta la posibilidad de que los propios graduados paguen una sobretasa durante un tiempo limitado, no de por vida. Ahora esperamos que, en la Comisión para el Mejoramiento de la Educación Superior, las universidades y los diferentes actores mejoren estas propuestas y hagan otras, alternativas.
–¿El Ministerio de Educación pretende arancelar la universidad?
–No. Nuestra propuesta es muy diferente. Un arancel es algo que pagan todos los estudiantes, implica una cuota fija por lo que afecta a todos de manera diferente, y termina siendo retrógado: elimina a un montón deestudiantes y, como si eso fuera poco desastroso, se incrementa la inequidad, porque los que se van son los sectores más vulnerables.
–Pero, ¿hay presiones para que se aplique un arancel?
–No le quepa duda. Hay sectores que quieren un arancel. Tienen como objetivo reducir el aporte que hace el Estado a la educación y destinarlo al pago de la deuda externa. Así, se desfinanciaría la educación y se la distorsionaría, porque su desarrollo estaría dependiendo de lo que se recaude por el arancel.
–¿Dentro del Gobierno hay quienes impulsan el arancelamiento?
–Puede ser que haya algún sector del Gobierno que esté a favor. Pero el Presidente ha repetido que quiere una Argentina que crezca con equidad. Y un arancel no sería equitativo.
–¿Qué opinan en el Ministerio de Economía sobre la posibilidad de aplicar un plus al impuesto a las ganancias?
–No sé qué opinan, porque ellos creen que hay que reducir los impuestos.
–¿No se dialogó con Economía sobre esta propuesta?
–No, no hubo diálogo todavía.

 

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