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ALEJANDRO TOLEDO Y ALAN “EMPATARON” EN EL DEBATE TELEVISIVO EN PERU
El Cholo, con una ayuda del enemigo

Alan García no desplegó sus virtudes de polemista y cedió lo que era, quizás, su última oportunidad para remontar los 15 puntos que le lleva Alejandro �el Cholo� Toledo, con vistas a los comicios del 3 de junio.

Página/12
en Perú

Por Carlos Noriega
Desde Lima

Un empate con sabor a triunfo para Alejandro Toledo fue la sensación mayoritaria que quedó flotando en el ambiente luego del esperado debate entre Toledo y Alan García, que se realizó en la noche del sábado en el Hotel Marriott, en el residencial distrito de Miraflores, en medio de una gran expectativa. El segundo debate entre candidatos presidenciales en la azarosa historia de la democracia peruana .-el primero fue en 1990 entre el famoso novelista Mario Vargas Llosa y el entonces desconocido Alberto Fujimori– fue transmitido por todas las cadenas de televisión del país. Y en las afueras del Hotel y en los locales centrales de Perú Posible y del partido aprista se colocaron pantallas gigantes para que los partidarios de uno y otro candidato siguieran las incidencias de lo que ocurría en uno de los salones del Marriott, al cual sólo pudieron ingresar treinta privilegiados invitados. Más de doscientos periodistas peruanos y extranjeros debieron seguir las incidencias de la polémica entre los dos candidatos, que duró noventa minutos, a través de las pantallas de los televisores instalados en un salón contiguo.
Por sus dotes como orador y polemista, Alan García llegó al esperado encuentro como el gran favorito. Todos esperaban verlo superando largamente a su rival. Aunque no lo admitían públicamente, entre los asesores de Toledo había preocupación por lo que podría ocurrir en el debate. Fueron ellos los que presionaron para que se adopten unas reglas de juego muy rígidas, que no favorecen el desarrollo del debate. Esas reglas prohibieron que algún candidato sea enfocado por las cámaras mientras hablaba el otro. A diferencia de su rival, Toledo partía con una expectativa baja sobre lo que podía ser su desempeño. Por ello, un empate, o incluso un ligero triunfo de García, resultaba favorable para Toledo. Es que las encuestas dan una ventaja a Toledo de 15 puntos sobre García.
Para reducir significativamente esa distancia, el ex presidente García necesitaba una victoria clara que no pudo lograr. Luis Benavente, director del Grupo de Opinión Pública de la Universidad de Lima, dijo a Página/12 que “no hubo un ganador claro y el impacto que tenga este debate sobre el electorado no creo que sea muy grande”. Enrique Zileri, director de la revista Caretas, resumió el balance de la jornada haciendo una alusión boxística: “García necesitaba ganar por knock out y no lo ha hecho”. Para César Hildebrandt, director del diario Liberación, “Toledo ganó por puntos”.
Las encuestas telefónicas que se hicieron luego del debate arrojaron resultados diferentes. Según la empresa Veridata, un 49.8 por ciento de quienes llamaron por teléfono señalaron que vieron ganar a García y un 30,5 por ciento a Toledo. El Canal N, que se transmite por cable, hizo una encuesta telefónica paralela al desarrollo del debate y Toledo obtuvo un 63 por ciento y García un 37 por ciento. El canal Frecuencia Latina realizó una encuesta el domingo, en la cual García obtuvo una ligera ventaja de 49 por ciento contra 48 por ciento de su rival. En el sondeo telefónico del diario Liberación la ventaja se invirtió: Toledo obtuvo un apoyo del 45 por ciento y García del 43,5 por ciento.
Toledo y García compitieron en ofertas electorales. Ambos prometieron crear empleo y aumentar los sueldos, pero fue poco lo que dijeron sobre cómo alcanzar esos objetivos. En términos económicos no hubo nada nuevo en sus discursos. El candidato de Perú Posible repitió su adhesión a una “economía de mercado con rostro humano”, mientras el líder del Apra habló de una “economía social de mercado”. “García ha tenido un discurso moderado que se ha acercado demasiado al de Toledo”, es el balance delanalista político Santiago Pedraglio sobre las posturas económicas mostradas por ambos candidatos.
En lo que sí hubo una clara diferencia entre ambos fue en la estrategia para encarar el debate. Toledo estuvo más agresivo, atacando repetidas veces la gestión presidencial de García entre 1985 y 1990, y con García adoptando la mayor parte del tiempo una postura concertadora. El ex presidente optó por eludir responder las constantes críticas de su oponente a su gestión de gobierno y cuando lo hizo fue para recordarle a Toledo que había sido funcionario de un banco estatal durante los cinco años en los que él fue presidente. Toledo se hizo el desentendido ante esa revelación. El momento más encendido del debate fue cuando García se salió de estrategia de moderación y acusó a Toledo de cocainómano. “A mi, señor Toledo, nadie me ha registrado como consumidor de cocaína (...) un consumidor de cocaína no puede ser gobernante de un país; yo pienso que la lucha contra la corrupción comienza por casa también”, le espetó García a su rival, trayendo a la memoria un certificado médico de 1998 que registró trazas de cocaína en el organismo de Toledo. El candidato de Perú Posible no respondió la alusión directa. “Es inconcebible, señor García, que usted hable de derechos humanos, de corrupción, de lucha contra el narcotráfico, cuando usted tiene juicios pendientes”, contraatacó Toledo, y le recordó a García los más de dos mil desaparecidos y las matanzas cometidas por los militares durante su gobierno. Toledo emplazó a su rival para que se comprometa, como hizo él, para que en el caso de que llegue a la presidencia adopte como un mandato imperativo las recomendaciones que haga la Comisión de la Verdad que se formará, pero García esquivó el reto.
Para Hildebrandt, “Toledo tuvo el monopolio de la agresividad; la pose de estadista le impidió a García responder y eso puede costarle varios puntos. García trató a Toledo con guantes blancos, mientras éste lo golpeaba con guantes de box”. Para Luis Benavente, “Toledo superó las expectativas”. García cerró su presentación haciendo un llamado a la concertación, mientras Toledo lo hizo pidiendo “un voto por el cambio”. Luego del debate, ambos candidatos improvisaron discursos en sus locales políticos.

Claves

* Los candidatos presidenciales peruanos Alejandro Toledo y Alan García se trenzaron el sábado por la noche en un debate televisivo cuyo objetivo principal era captar la gran cantidad de votos en blanco y nulos (más del 30 por ciento) que indican las encuestas para la segunda vuelta presidencial del 3 de junio.
* Se “trenzaron” en sentido literal: ambos candidatos privilegiaron las acusaciones por sobre las propuestas y programas de gobierno. Toledo acusó al ex presidente García por las violaciones a los derechos humanos y el descalabro económico de su gobierno (1985-1990) y García retrucó hablando de la supuesta adicción a la cocaína de Toledo.
* La mayoría de los analistas políticos peruanos consideraron el debate como una derrota para Alan García, ya que no desplegó su arma más fuerte, su capacidad oratoria, para tratar de acortar los 15 puntos de ventaja que le lleva Toledo en las encuestas.

 

 

 

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