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OPINION

Vasconia y Berlusconia

Por Alfredo Grieco y Bavio

Hace una semana, dos formaciones políticas centroderechistas despreciadas por sus pares nacionales o europeos fueron premiadas por sus votantes con las mejores elecciones de su historia. El Partido Nacionalista Vasco (PNV) y Forza Italia ganaron en relación directa a las injurias inferidas desde Madrid y desde las restantes capitales europeas. Ahora enfrentan, paralelamente, un problema que a la vez comparten con sus opositores: cómo reorganizarse. El PNV tiene tiempo. Convocó al diálogo a los partidos en general y los nacionales en especial. Y probablemente busque defender, como querrán los nuevos votantes radicales que ganaron en estas elecciones, el ideario soberanista del pacto de Lizarra. Entretanto, los partidos popular y socialista ven caída por la derrota su alianza nacional-constitucionalista, y ya se aprontan a comportarse como buenos enemigos de cara a las próximas elecciones españolas. El éxito del magnate italiano de los medios Silvio Berlusconi le dio amplia mayoría en Diputados y Senado para formar gobierno. Las dudas de il Cavaliere sobre cómo integrar su gobierno, y el desgarramiento entre compromisos que preferiría olvidar y grandes nombres que le gustaría incluir, tienen su correlato en la derrotada izquierda. La coalición El Olivo se debilitó por la división entre el líder de la campaña, Francesco Rutelli, y el del principal partido que la compone, Massimo D’Alema, a lo que se sumó el aguijón que fue la izquierda de la izquierda, los disidentes de Fausto Bertinotti. La coalición de derecha la Casa de las Libertades, en cambio, quedó prisionera del éxito de su principal partido, Forza Italia de Berlusconi, que ganó más votos que todos sus aliados juntos. Los demás integrantes de la coalición, como los post-fascistas de Alianza Nacional y los ex separatistas de la Liga del Norte, reclaman a los gritos una visibilidad de la que puede depender su supervivencia. Il Cavaliere se retiró el fin de semana a Cerdeña para intentar responder con sus asesores la pregunta: ¿cómo contentar a todos? En su coalición existen recelos sobre el xenófobo Umberto Bossi, en especial con vistas a la presidencia belga de la Unión Europea en el segundo semestre y después de que el canciller de ese país, Louis Michel, haya evocado sanciones contra Italia si la Liga entra en el gobierno. Pero, así como el PNV ya enjugó las acusaciones de Madrid de ser en suma cómplice de ETA, el gobierno italiano de derecha ya avanza hacia una plena legitimidad europea. Es posible que la voluntad de fortalecerla recomiende a Berlusconi astucia en sus designaciones.


 

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