Domingo
Cavallo volvió a tensar la cuerda en la relación con Brasil.
Ayer dijo que devaluar es como robarle al vecino, en obvia
alusión al socio regional, que hace un año y medio abandonó
el sistema de bandas de flotación cambiaria y dio lugar a una maxidevaluación
de su moneda. La declaración del ministro de Economía fue
durante la primera jornada de la Cumbre Económica del Mercosur,
del Foro Económico Mundial, ámbito en el que se supone que
los funcionarios deben buscar marcos de acuerdo para hacer prosperar el
bloque regional. Lejos de ese espíritu integrador, Cavallo sorprendió
a los brasileños con un ataque inesperado, quienes quedaron entre
indignados y perplejos.
La extrañeza fue mayor cuando el ministro manifestó que
rechaza el régimen automotor del Mercosur, largamente promovido
por el gobierno que integra, y el cual recomendó, palabras más
o menos, tirar a la basura y negociar uno nuevo. Eso es justamente lo
que propone el gobierno de Brasil, el mismo al que Cavallo acusó
sin mencionarlo de robarle al vecino, es decir
a la Argentina.
El jefe de Hacienda fue a contramano, una vez más, de su colega
en el gabinete, el canciller Adalberto Rodríguez Giavarini. Ambos
se cruzaron hace tres semanas por cuál debe ser la estrategia en
los acuerdos comerciales. Cavallo se pronunció en favor de pactar
con Estados Unidos, al margen del Mercosur, mientras que Rodríguez
Giavarini molesto por la intromisión del ministro de Economía
en su área tuvo que dar explicaciones a Brasil y ratificar
que el Gobierno prioriza el Mercosur. Para el canciller, vuelve a ser
incómodo que Cavallo la emprenda otra vez contra Brasil, al calificar
la devaluación como un robo.
El gran desafío para el Mercosur es la competitividad, que
la vamos a lograr cuando creemos las condiciones para que haya inversión,
y no con la devaluación permanente de nuestras monedas, que es
como robarle al vecino, enfatizó el ministro. Tras esa declaración,
un periodista le preguntó si se refería a Brasil, a lo que
contestó que no y que cualquier parecido con
la realidad es pura coincidencia. Lo cierto es que a los funcionarios
brasileños les pareció una agresión gratuita y más
que descortés que Cavallo quiera aventar los temores de devaluación
en Argentina apuntando a su socio regional. En su afán por llevar
calma a los mercados, el ministro cuestionó la devaluación
como mecanismo para ganar competitividad y consideró esotérica
la idea del default (cesación de pagos de la deuda).
Los mercados han estado exageradamente asustados, pero apenas vayan
recibiendo toda la información y vayan viendo resultados, se van
a quedar mucho más tranquilos, afirmó el ministro.
También sostuvo que vamos a conquistar mayor competitividad
sin introducir sorpresas en el valor de nuestra moneda y, por ende, sin
afectar los derechos de propiedad de los argentinos y de los extranjeros.
Una de las formas en que el Mercosur podría lograr mayor competitividad,
de acuerdo con el jefe de Economía, es anulando el régimen
automotor vigente y negociando uno nuevo. En eso coincide con Brasil y
con los fabricantes de autos locales, en contra de los autopartistas argentinos.
Los obstáculos a la competitividad, tanto de Argentina como
de Brasil, no vienen tanto del Arancel Externo Común (AEC), sino
de las imperfecciones de nuestra área de libre comercio. El régimen
automotriz es un ejemplo claro de una gran imperfección,
destacó.
El convenio establece que los autos ensamblados en Argentina deben contener
como mínimo un 30 por ciento de autopartes producidas en el país.
También fija un mecanismo de intercambio compensado con Brasil.
Ese acuerdo fue celebrado por los autopartistas argentinos, pero las terminales
aducen que el mecanismo de compensación traba las exportaciones
a Brasil. Y piden que el régimen sea anulado.
En un área de libre comercio, debería haber libre
movimiento de autopartes de vehículos terminados, no debería
existir ninguna restricción del tipo de comercio balanceado, no
deberían existir componentesnacionales y debería ser realmente
el libre comercio lo que prime entre sus integrantes, enfatizó
Cavallo, y agregó que este mal sistema automotriz que tenemos
fue propuesto por la Argentina, o sea que nosotros no le podemos reclamar
a Brasil por este tema. De ese modo, volvió a atacar a la
Cancillería, que participó junto a Débora Giorgi,
ex secretaria de Industria y hoy titular de Comercio, en la elaboración
del acuerdo. Finalmente, Cavallo dijo que habría que bajar de 35
a 20 por ciento el arancel del Mercosur para importar vehículos
de extrazona, propuesta que Brasil y las terminales comparten. En cambio,
los autopartistas sostienen que eliminar la protección puede resultar
fatal para ellos.
Asistencia
a terminales
Las
terminales automotrices negocian con el Ministerio de Economía
un plan de asistencia para el sector. Directivos de la Asociación
de Fabricantes de Autos (Adefa) estuvieron reunidos ayer con el secretario
de Industria, Carlos Sánchez. El propio Domingo Cavallo confirmó
que la industria automotriz será alcanzada por medidas de fomento,
así como las industrias de base cultural, tecnológica
y agrícolo-ganaderas del noroeste argentino. Por otra
parte, Economía puso ayer en vigencia el Bono Fiscal para los
fabricantes nacionales de bienes de capital, medida que permitirá
a las empresas del sector beneficiarse con un reintegro de 14 por
ciento sobre el valor de sus ventas en el mercado interno. El bono
servirá para saldar impuestos nacionales ante la AFIP. El beneficio
es retroactivo al 1º de abril y las empresas deberán consultar
sobre el mecanismo en la Secretaría de Industria. |
JOSE
BOTAFOGO GONÇALVES, REPRESENTANTE DE BRASIL, RESPONDE A CAVALLO
No
le veo sustancia a sus dichos
Por
Claudio Scaletta
José
Botafogo Gonçalves, el hombre puesto por Fernando Henrique Cardoso
al frente de los representantes
de Brasil en el Mercosur, es reconocido por sus pares como uno de los
más hábiles negociadores y, a la vez, diplomáticos
de la región. Conoció, desde distintos cargos, todas las
etapas del proceso de construcción, avances y retrocesos del Mercosur.
Y en esos roles, se sentó, conversó y confrontó con
los distintos ministros que pasaron en una década por la administración
argentina. Nadie le debe haber provocado tantos dolores de cabeza como
Domingo Cavallo. En una entrevista con Página/12, ayer respondió
el ataque del ministro de Economía y lo descalificó con
altura. No lo entendí, remató.
El ministro Domingo Cavallo dijo que cuando un país devalúa
como forma de mejorar la competitividad le está robando a sus vecinos.
¿Brasil le roba a sus vecinos?
La Unión Europea devalúo su moneda con relación
al dólar ¿Le roba a Estados Unidos? Canadá devaluó
su moneda respecto al dólar ¿Canadá le está
robando a sus vecinos? La experiencia indica que en todo el mundo hay
permanentes fluctuaciones de una moneda con relación a otras. Cité
sólo dos ejemplos. Y uno al interior del Nafta (Acuerdo de Libre
Comercio de América del Norte, por sus siglas en inglés),
donde no hay tipos de cambio fijo y una moneda puede fluctuar con relación
a otras. Y Nafta es un excelente ejemplo, con buenos resultados, de una
política de libre comercio. Lo mismo vale para la Unión
Europea. Así es que yo no veo ninguna substancia en esas declaraciones
del ministro Cavallo. No lo entendí.
¿Que cambió en la construcción del Mercosur
desde que Cavallo ocupa el ministerio de Economía?
Yo puedo hablar de los contactos que regularmente mantengo con el
gobierno. No hubo ningún cambio.
Sin embargo se rompió el arancel externo común (AEC)
y se amenazó con negociar directamente con el ALCA.
El cambio de aranceles fue apoyado y autorizado por Brasil, porque
entendió que Argentina estaba en un período difícil
y que necesitaba medidas urgentes que podrían favorecer las inversiones.
Podría entenderse entonces que a Brasil le preocupa más
la macroeconomía de Argentina que sus modificaciones arancelarias.
Brasil está muy preocupado para que Argentina, cualquiera
sea su ministro, pueda recuperar su capacidad de crecimiento. De qué
le sirve a Brasil un socio principal con dificultades económicas.
Sin duda, la prioridad es que Argentina crezca.
¿El Mercosur entró en un camino de retroceso sin retorno?
Mire, hablemos claramente. El ministro Cavallo, siempre que hace
sus críticas, que no son pocas, sea sobre la integración
o sobre las características de la Unión Aduanera, dice que
son a título personal, que no son las opiniones de su gobierno,
que el es un hombre disciplinado y que los compromisos que Argentina adoptó
van a continuar. Entonces yo, como representante de un gobierno, no puedo
responder declaraciones hechas a título personal.
Hay sectores intelectuales de Brasil que sostienen que el ALCA vaciaría
de contenido al Mercosur, concretamente que son incompatibles.
Creo que esas son opiniones personales, pero no es lo que entiende
el gobierno. En Belo Horizonte, en una reunión ministerial que
tuvimos en 1997, ya se establecía que el Mercosur puede convivir
y sobrevivir a una negociación ALCA.
¿Para los sectores industriales de su país no sería
contraproducente el libre comercio con Estados Unidos?
No es un mercado de gran interés para todos. Aunque si interesa
el acceso al mercado estadounidense, produce desagrado que permanezcancerradas
algunas puertas importantes para nuestros productos. Pero claro que hay
ventajas. De lo contrario no estaríamos negociando.
¿Desde hace tres semanas se está renegociando la política
automotriz?
El acuerdo está vigente. Lo que hubo fue reuniones de una
criatura derivada del acuerdo, que es el Comité Automotor. Hay
muchos asuntos que estarán bajo la órbita de este comité.
Pero que yo sepa, ninguna de las partes propuso una renegociación.
El ministro Cavallo señaló en este Foro que el Acuerdo
Automotor es una camisa de fuerza para la producción automotor,
que debe bajarse el arancel externo sectorial del 35 al 20 por ciento.
Bueno, si con arancel del 35 por ciento la industria automotriz
argentina está en crisis, con 20 sería peor. Por otra parte,
este acuerdo fue solicitado por Argentina. Si Argentina cree que debe
cambiar, que presente una propuesta. Cualquier tema es aceptado en la
discusión. La posición brasileña es muy sencilla.
Si se quiere libre comercio inmediato, estamos totalmente de acuerdo.
¿Cómo se superan los constantes conflictos comerciales?
Ya en tiempos del ministro Machinea y lo confirmamos con Cavallo
propusimos sentarnos a discutir la economía real de los distintos
sectores con una metodología que funciona muy bien en mi país,
que son los llamados Foros de Productividad. Significa sentarnos con los
privados y examinar todos los eslabones de la cadena productiva, para
indicar dónde están los problemas y tomar medidas para corregirlo.
Esto lo hicimos en el sector automotor, que representa un cuarto del Mercosur,
pero estamos dispuestos a hacerlo en todos los sectores sensibles. Con
medidas restrictivas nunca se llegará a ninguna solución.
¿Habrá llegado el momento sentarse a rediscutir todos
los aranceles?
Yo creo que sí. Estamos dispuestos a hacerlo cuando el ministro
Cavallo designe a los representantes para la discusión.
Portazo
de Hebe
Hebe
de Bonafini protagonizó un hecho inusual para las rutinarias
sesiones de la segunda jornada de la sección Mercosur del
Foro Económico Mundial, realizada ayer en el hotel Hilton.
Yo no voy a estar sentada con los que hambrean a mi pueblo,
dijo la presidenta de Madres de Plaza de Mayo, tras lo cual se levantó
de un panel, ante la mirada sorprendida de los otros participantes:
la vicejefa de la ciudad de Buenos Aires, Cecilia Felgueras, el
vicepresidente de Bolivia, Jorge Quiroga y el ex embajador menemista
en Estados Unidos, Diego Guelar. Más tarde, calificó
al encuentro de farsa e hipocresía porque consideró
que ya todo el mundo sabe cuántos nos vamos a morir
de hambre y cuanto nos vamos a quedar en las rutas.
Otro de los paneles movidos fue el que protagonizaron el titular
del Banco Central brasileño, Arminio Fraga; Felipe Larraín,
profesor de la Universidad Católica de Chile, y Federico
Sturzenegger, actual secretario de Política Económica.
En línea con el discurso de su jefe, que no deja de coquetear
con Estados Unidos, Sturzenegger, lanzó un dardo a las autoridades
brasileñas al afirmar hoy que la devaluación del real
en enero de 1999 causó tensiones en el Mercosur,
al tiempo que consideró que al gobierno argentino le preocupa
el desvío de inversiones directas extranjeras que se produjo
en favor del socio más grande del bloque después de
esa medida. Además, relativizó el éxito comercial
del Mercosur con el argumento al destacar de que en los 10 años
de integración no se produjo un incremento de la participación
de las exportaciones extrazona.
El momento entretenido del panel se produjo cuando Sturzenegger
compitió con Fraga acerca de cuál debería ser
la moneda de referencia para una futura unión monetaria en
el Mercosur. El argentino propuso el peso y el brasileño
el real. Entonces, Larraín, para no ser menos, dijo, en tono
irónico, para el caso él proponía el peso chileno,
desatando las risas del auditorio.
La coincidencia entre los tres panelistas fue que la adopción
de una moneda única para el Mercosur es un objetivo a largo
plazo que está condicionado a lograr la convergencia macroeconómica
y mayor integración del bloque regional. Fraga señaló
que la cuestión de la moneda única es una cosa
que nos intriga y aunque afirmó que no es el
momento para plantear ese objetivo, este debate no va
a desaparecer.
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