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Le preguntaron �de todo� y dijo que no sabía nada

Hugo Anzorreguy, jefe de la SIDE durante casi toda la gestión de Menem, fue interrogado durante dos horas y media. Negó haber sabido algo.

Por Eduardo Tagliaferro

“Me preguntaron de todo”, fue la respuesta que Hugo Anzorreguy, ex titular de la SIDE, entregó a la prensa que lo esperaba en las escalinatas de los tribunales federales de Comodoro Py. Durante dos horas y media quien supo estar al frente de la central nativa de los espías, durante casi nueve de los diez años que gobernó Carlos Menem, sostuvo que su organismo no “se enteró de nada”.
Según señaló Anzorreguy a los investigadores judiciales, su desconocimiento de la venta ilegal de armas a Croacia y Ecuador, se debía a que los máximos responsables del poder político, léase Menem, no le ordenó chequear la voluntades de los países compradores del armamento argentino. En este caso, Panamá y Venezuela.
Por las dudas, el Señor 5 aclaró que dentro de la generosa plantilla de delegados que la SIDE tenía en el exterior, casualmente no tenían ninguno en Panamá. Difícilmente podrían tenerlo, ya que luego de la invasión norteamericana que encarceló a Manuel Antonio Noriega, el territorio panameño era un apéndice de los Estados Unidos y en el sobresalían las tropas del gran hermano del norte y de los agentes de la CIA.
En verdad el área internacional de la SIDE estuvo durante varios años bajo la órbita de Ricardo Díaz Luján, un riojano de rápida llegada a Menem. Tal vez porque es hijo de la primera novia del ex presidente: Ana María Luján, que supo estar encargada de una virtual representación comercial en los países asiáticos.
Mientras su abogado lo tironeaba para evitar el contacto con la prensa, Anzorreguy se excusó de informar sobre su declaración, invocando el secreto de sumario. Secreto que actualmente no está vigente. El subterfugio le permitió al ex jefe de los espías evitar a los cronistas, introducirse en su automóvil y enfilar hacia su aristocrático piso en el palacio Estrugamou.
La presencia de Anzorreguy, miembro de una familia de fuerte ascendiente en el Poder Judicial, no pasó desapercibida entre los magistrados que trabajaban en Comodoro Py. El juez federal Jorge Urso, eligió no estar presente en la audiencia en la que testimonió, ya que tiene una fuerte amistad con el hermano del testigo, Jorge. Por ese motivo, la audiencia fue llevada adelante por el secretario del juzgado, Juan Martín Hermida y el fiscal Carlos Stornelli, quien había solicitado la citación del ex hombre fuerte de los espías.
El testimonio de quien supo guardar y ser fiel a los más grandes secretos del menemismo, era esperado con expectativa por los investigadores judiciales. Aunque medidas, sus palabras fortalecen el convencimiento que tienen los responsables de la causa: que el gobierno de Menem no tomó los recaudos necesarios para evitar el desvío de las armas.
Anzorreguy es el único ex funcionario del menemismo que podría haber aportado elementos al expediente sin autoincriminarse. Mientras condujo la SIDE no estaba obligado a denunciar la existencia de posibles hechos sospechosos pues podía ampararse en el secreto que rodea a los servicios. Quienes conocen la causa por la venta ilegal de armas, malician que la mano de la SIDE está presente en más de una situación dudosa. Tuvieron información de sus agregados en Perú y en Ecuador y los espías también fueron vistos en los momentos más trágicos de la maniobra, como la explosión de Río Tercero.

Tras la ruta del dinero
La ruta del dinero parece ser el punto más débiles de los investigados en la causa por la venta ilegal de armas. Junto con el posible enriquecimiento ilícito de los involucrados, los funcionarios judiciales buscan dilucidar el camino que podrían haber seguido las transacciones en las que se blanquearon retornos y otros depósitos de dudoso origen.
El titular de la financiera Multicambio, Pedro Stier, cuya firma aparece vinculada a una gran cantidad de operaciones que son cuestionadas por la justicia, se desvinculó de su probable participación en la venta ilegal de armas a Croacia y Ecuador. Stier reconoció que a través de Multicambio se transfirió a Yoma S.A. una serie de depósitos provenientes de la sociedad fantasma uruguaya Elthan Trading.
“Yoma era un cliente más”, dice Stier en su escrito. Algo dudoso de creer pero que el financista argumenta con cierto fundamento cuando dice que en esa época tenía entre su cartera de clientes a 2500 empresas. Muchas de esas pertenecientes al rubro textil, petroleras o curtiembres. Entre estas últimas se encontraba el grupo riojano.
El punto más crítico para el financista es la transferencia a la cuenta Daforel de los famosos 400 mil pesos que el traficante Diego Palleros dijo haber depositado para “un alto influyente vinculado al poder político”. “Dicha transferencia no contenía referencia alguna que pudiera individualizar el destinatario”, dice Stier a modo de descargo. En otro punto de su presentación, el titular de Multicambio, admitió que Yoma “empezó a trabajar con ellos en el `93”. La relación se mantuvo hasta el `96. Por las dudas aclaró “antes trabajaban con el Banco Baires”.

 

 

 

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