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ESTAN DETENIDOS DOS EMPLEADOS DEL NEGOCIO ASALTADO
Entregadores de un drama

Son dos empleados que estaban presentes el día del asalto, en que murieron dos policías y un ladrón. Se descubrió que hablaron por celular con otros asaltantes. Buscan al resto de la banda.

Por Carlos Rodríguez

Los detenidos por el trágico robo del sábado en un comercio del barrio de Once son dos empleados del local que habrían actuado como entregadores y que estaban presentes, como supuestas víctimas, la mañana del hecho, confirmaron a Página/12 fuentes allegadas a la investigación. Anoche, sobre la base de la declaración de los dos detenidos, el juez Roberto Grispo preparaba una serie de procedimientos tendientes a lograr la detención de cuatro hombres y una mujer que tomaron intervención en el asalto en el que murieron dos policías y uno de los delincuentes. Las pistas habrían sido aportadas por los empleados infieles, quienes al ser interrogados sobre lo sucedido, primero incurrieron en contradicciones y luego fueron detenidos al comprobarse que se habrían comunicado por medio de un teléfono celular con los miembros de la banda, presuntamente para coordinar los últimos detalles del golpe. La repercusión del hecho adelantó para hoy el tratamiento de un proyecto que restituye a la policía la facultad de interrogar a los detenidos en el lugar del hecho (ver aparte).
“Los dos detenidos estaban en el local; eran dos de los seis empleados que acompañaban al propietario del comercio (Juan Pablo Ignacio) y a su hijo (Jorge)”, confirmaron fuentes allegadas a la causa. Los voceros precisaron que el delincuente muerto, cuyo nombre se mantiene en reserva, llevaba consigo “más de siete mil pesos” que fueron recuperados. El doble homicidio de los sargentos Roberto Hugo Ceballo y Rubén Darío Montaos fue cometido “por uno de los delincuentes”, quien se encontraba oculto detrás de una pila de colchones de los que se vendían en el local.
Aunque el secretario de Seguridad Interior, Enrique Mathov, declaró que los dos policías entraron al local “sin desenfundar las armas”, los investigadores afirman que las llevaban en la mano, pero las bajaron al observar que dentro del comercio la situación parecía tranquila porque el dueño del comercio “estaba negociando con los ladrones para que se fueran con el dinero sin producir ningún hecho de violencia”. De todas maneras, lo que está confirmado es que los disparos ingresaron por la nuca y los policías no tuvieron oportunidad de defenderse.
Al parecer, Ceballo y Montaos, que estaban en un patrullero de la comisaría 7ª, recibieron una señal de alerta y por eso se dirigieron al negocio de la calle Larrea 749, aunque “nunca pensaron en una situación de tal gravedad”. Los testigos confirmaron que los ladrones eran cuatro hombres y una mujer, aunque la policía insiste en que fueron seis, además de los dos empleados infieles. “Vamos a llevarle tranquilidad al dueño del comercio y se sorprenderá cuando sepa de donde proviene el episodio”, había anticipado a la prensa el jefe de la Federal, Rubén Santos, quien luego eludió confirmar si los detenidos eran empleados del negocio.
“Uno hacía paquetes y el otro se encargaba del depósito. Yo no tengo la confirmación, pero me han llamado sus familiares diciendo que no habían vuelto a su casa, de manera que es posible que estén arrestados”, admitió Juan Pablo Ignacio, propietario del comercio. El hombre precisó que los ladrones tenían “alrededor de 30 años” y estaban “muy bien vestidos”. El propio Santos definió al robo como “una visita programada”, dando a entender que la tranquilidad y la seguridad con la que fueron a buscar el dinero daba la pauta de la presencia de por lo menos un entregador.
Anoche, el juez de la causa y el fiscal José María Campagnoli trabajan en conjunto con personal de las divisiones Robos y Hurtos y Homicidios para diagramar una serie de operativos tendientes a capturar a los sospechosos. Los allanamientos podrían realizarse en distintas localidades del Gran Buenos Aires. Una de las pistas sería el cruzamiento de las llamadas telefónicas realizadas, en las horas previas al robo, por los dos empleados que se encuentran detenidos.
Santos y Mathov se refirieron también a los gritos hostiles que ambos recibieron el domingo, durante el sepelio de los dos policías, de parte deun grupo de personas. “Cuando a mí me gritaban guerrillero, erpiano, judío andate, seguramente algún legislador que veía (por televisión) pensaba: ‘qué le vamos a dar poderes a estos energúmenos’”, admitió Mathov, quien sin embargo defendió el otorgamiento de mayores facultades a la Policía Federal. Santos, por su parte, dijo que uno de los manifestantes “sería un suboficial retirado de la fuerza” que pasó a retiro a comienzos de los noventa, pero eludió identificarlo. El Centro Simon Wiesenthal repudió las agresiones que agravian “no sólo a la comunidad judía, sino principalmente a los deudos de las víctimas y a la Policía Federal”.

Prácticas virtuales
La falta de entrenamiento policial aparecería como una deficiencia que habría favorecido el accionar de los delincuentes que asesinaron a dos policías e hirieron de gravedad a un tercero, Miguel Angel Zarza, en el asalto del sábado. El jefe de la Federal, Rubén Santos, negó que el entrenamiento fuera inadecuado, pero de todos modos anunció que se están diseñando “polígonos virtuales para el entrenamiento del personal policial” y anticipó que los trabajos “serán frecuentes”.
Una fuente policial explicó a Página/12 que se trata de polígonos en los cuales “los efectivos disparan a través de un tubo blindado de un metro veinte con centímetros de diámetro que evita accidentes y permite instalar esos lugares de entrenamiento en los centros urbanos”, lo que facilita la concurrencia de los efectivos.
El vocero admitió que si bien los suboficiales y oficiales reciben instrucción sobre cómo actuar en un procedimiento, defensa personal y tiro al blanco, “no es obligatoria” su práctica permanente. De todos modos, la fuente estimó que “un policía puede tener todo el entrenamiento necesario y caer en la calle, como está ocurriendo, porque el policía tiene un uniforme, es fácilmente individualizado, mientras que los ladrones pueden atacar por sorpresa y en forma salvaje, como ocurrió el sábado”.

 

 

 

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