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La boda Máxima ya tiene fecha

No se sabe si por cábala, pero la argentina que será princesa de Holanda se casará el 2 del 2 de 2002. Falta el sí del Parlamento.

 

Si usted es miembro de la reducida high society porteña, mejor será que vaya pensando en mandar su smoking a la tintorería, o que empiece a recorrer los ateliers de los grandes diseñadores en busca de un modelito exclusivo: en los próximos días, una participación de boda con el sello de la casa real de Holanda podría aparecer en su buzón, convidándolo al casamiento entre el príncipe Guillermo Alejandro y la argentina Máxima Zorreguieta, que se realizará el sábado 2 de febrero de 2002. Así lo dio a conocer el Servicio de Información del Reino holandés, en un comunicado de prensa emitido ayer. Pero antes del “sí” de los novios, hay otro “sí” de vital importancia: el del Parlamento holandés, que deberá aprobar el compromiso y autorizar el casamiento del heredero del trono.
Hasta el momento, Máxima superó exitosamente dos de los escollos básicos en su camino hacia el trono: aprendió a hablar el complicado idioma de su futuro marido –del cual hizo gala durante el anuncio de su compromiso, celebrado el pasado 30 de marzo en el palacio Noordeinde–; y se convirtió en ciudadana holandesa, aunque conservará la nacionalidad argentina. Sin embargo, a la futura princesa aún le queda un duro momento por atravesar: el próximo 3 de julio, el Parlamento holandés decidirá si aprueba o no su matrimonio con Guillermo Alejandro, futuro rey de Holanda. Aunque Maxi se ha ganado la simpatía de muchos holandeses con su carisma y su historia de hadas, varios sectores se manifestaron en contra de la unión, por el pasado de Jorge Zorreguieta –padre de la novia– como funcionario del gobierno de facto de Jorge Rafael Videla.
Ahora, el Parlamento deberá analizar con detenimiento el proyecto de ley presentado por el primer ministro, Wim Kok, dos días después de la boda del príncipe Constantino, hermano menor de Guillermo. El documento indica que, tras la boda, la blonda Zorreguieta se convertirá en la “princesa Máxima de Holanda”, y se arrogará el derecho de ser llamada “su alteza real”. Asimismo, los hijos de la pareja serán príncipes o princesas. Los títulos que portará Máxima serán los de princesa de Orange, princesa de Nederlanden, princesa de Orange-Nassau y Jonkurouw Von Amsberg (“señora de Amsberg”, título nobiliario alemán que la argentina recibirá de parte de la familia de su suegro, el príncipe Claus Von Amsberg).
La futura boda despertó el interés no solo de los fanáticos y de los detractores de Máxima, que se dieron cita virtual en la página de Internet www.maximaforum.cjb.net para discutir sobre las vicisitudes del romance: el canciller argentino, Adalberto Rodríguez Giavarini, se mostró entusiasmado con la unión entre Guillermo Alejandro y Máxima, con vistas a que traiga aparejado un mejoramiento en las relaciones comerciales entre Holanda y Argentina. “No hay duda de que el amor todo lo puede. ¿Por qué no habría de aumentar las exportaciones?”, se preguntó el funcionario.

 

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