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Se busca juez para encausar al intocable presidente-rey francés

Un juez encontró culpable de corrupción al presidente de Francia Jacques Chirac. Pero no puede juzgarlo. Para el juicio político, una iniciativa socialista juntó las firmas de 30 diputados. Faltan 28.

Página/12
en Francia

Por Eduardo Febbro
Desde París

”Culpable por malversaciones y otros delitos similares busca juez.” Por imposible que parezca, este anuncio define muy bien la situación del actual presidente francés Jacques Chirac. Al cabo de una investigación de varios años, el juez Eric Halphen concluyó que existían suficientes pruebas para juzgar al presidente por su relación con dos gigantescos escándalos que se produjeron cuando Jacques Chirac era intendente de París: el mercado inmobiliario “trucho” de los departamentos administrados por la Municipalidad y la remuneración de militantes de su partido, el centroderechista Reunión por la República (RPR), pagados con fondos de la misma Municipalidad. Pero como en Francia los textos son ambiguos y hacen del presidente un monarca intocable, el juez confesó su imposibilidad de enjuiciarlo. Es esa anomalía de la jurisprudencia la que el diputado socialista Arnaud Montebourg se propone corregir convocando a la única instancia habilitada para llevar a cabo un juicio semejante, la Alta Corte de Justicia. Antes debe conseguir la firma de 58 diputados para que dicha resolución sea votada en la Asamblea Nacional. Ya consiguió 30.
Si el objetivo podía parecer inalcanzable hasta hace unas semanas, hoy ya no es así. Montebourg consiguió que la petición fuera firmada por 30 diputados de izquierda: 19 son socialistas, cuatro ecologistas, cuatro radicales de izquierda, dos comunistas y uno del Movimiento de los Ciudadanos. Según Montebourg, la convocatoria de la Alta Corte es necesaria, ya que la “justicia ordinaria” no puede juzgar al residente en los dos casos en los que aparece implicado. Para afianzar con argumentos inatacables su acusación, Arnaud Montebourg invoca casos internacionales como el de Joseph Estrada en Filipinas, Alberto Fujimori en Perú o Richard Nixon en EE.UU.
Aunque Chirac conserva una calificación alta en la opinión pública pese a la desastrosa gestión de su gobierno y a la pérdida de la mayoría parlamentaria luego de la disolución anticipada de la Asamblea Nacional (1997), la Justicia avanza hacia lo que podría convertirse en un hecho inédito en la historia de Francia: el juicio a un presidente en ejercicio. El impacto que causó la reunión de las 30 firmas es tanto más grande cuanto que el secretario general del Partido Socialista (PS), François Hollande, había dado estrictas consignas públicas para que ningún diputado socialista firmara la propuesta, al tiempo que la dirección del PS ejerció fuertes presiones sobre el conjunto de la izquierda a fin de impedir que los diputados “simpatizaran” con la moción. Arnaud Montebourg se encuentra hoy a mitad de camino en un contexto más que agitado por las elecciones presidenciales del 2002, donde Chirac se presenta para un segundo mandato, y, desde luego, la cohabitación entre el mismo Chirac y el premier socialista Lionel Jospin, “candidato virtual” del 2002.
Muchos de los firmantes de la petición estiman que Jacques Chirac encarna los años en que los partidos confundían las cajas del Estado con las propias. Todas las investigaciones realizadas por los jueces más un puñado de “confesiones” explosivas de hombres del aparato de la Municipalidad pusieron siempre a Jacques Chirac en el centro de la nebulosa. El documento completo de la acusación elaborada por Arnaud Montebourg será publicado el miércoles en forma de libro y los “derechos de autor” quedarán a disposición de la asociación caritativa Los restaurantes del Corazón, fundada por el difunto cómico Coluche. Los extensos párrafos que trascendieron ayer convergen todos en esta pregunta: “¿cómo vamos a explicar a nuestros conciudadanos que en Francia no hay ningún juez para juzgar al presidente?”.

 

 

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