Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


EL CANAL CINEMAX DEDICA UN ESPECIAL AL JAPONES AKIRA KUROSAWA
Mundo privado de un cineasta impar

Durante medio siglo, en que filmó treinta films, el nombre de Kurosawa identificó y calificó a un cine que Occidente desconocía. El documental televisivo cuenta la historia de su vida, y la relación de ella con su obra.

Por Luciano Monteagudo

¿Quién fue Akira Kurosawa? ¿Cómo fue su infancia? ¿Qué episodios de su juventud determinaron su vocación artística? ¿Cuándo comenzó a ser reconocido fuera de su país? A estos y otros interrogantes intenta responder el documental que la señal de cable Cinemax * le dedica a uno de los grandes creadores de la historia del cine, Akira Kurosawa (1910-1998). Sin duda el cineasta japonés más célebre y admirado en Occidente, Kurosawa fue autor de obras fundamentales como Rashomon y Los siete samurais, hitos de una carrera que abarcó más de treinta films en cincuenta años, un cuerpo de obra de un profundo humanismo y de un apabullante virtuosismo formal, que dejó una marca indeleble en la historia del cine.
El documental de Cinemax no siempre está a la altura de su objeto de estudio, pero aun así incluye testimonios valiosos, particularmente en la primera de sus dos horas de duración, cuando da cuenta de la infancia de Kurosawa, de su difícil tránsito por la adolescencia y de sus primeras incursiones cinematográficas, casi desconocidas. El hilo conductor del programa es la autobiografía del cineasta, leída desde la banda de sonido por el gran actor británico Paul Scofield. En palabras del propio Kurosawa, que recuerda sus primeras, borrosas imágenes como “una película fuera de foco”, se sabe que el niño Akira era de naturaleza enfermiza, que su padre provenía de una familia de origen samurai y que imponía en la casa una estricta disciplina militar, de la cual también era víctima su madre, regañada por desconocer ciertos rituales ancestrales.
Fotos de la época, con Kurosawa en brazos de su niñera, ilustran estos pasajes, que se complementan con imágenes del primer episodio del film autobiográfico Sueños (1989), en la que un niño sale de su casa a contemplar la lluvia y no puede resistir la tentación de internarse en el bosque, en la bruma de lo desconocido, para presenciar un acto féerico. El documental recurre a su vez a material de archivo para ilustrar el terrorífico relato que Kurosawa hace de un terremoto que en septiembre de 1923 arrasó con la mitad de la población de Tokio y cuyas imágenes de muerte y desolación quedaron grabadas a fuego en su memoria. Otro episodio particularmente traumático fue el suicidio de su hermano mayor, quien había sido el primero en introducirlo al mundo del cine, ya que se ganaba la vida como relator de películas mudas.
El tramo quizás más interesante –por desconocido– es el que el documental le dedica a los primeros años de Kurosawa en la productora Toho, después de haber abandonado sus escarceos con la pintura en la Liga de Artistas del Proletariado, de inspiración marxista. Allí se ve algún ejemplo de los films de propaganda bélica para los cuales Kurosawa escribía los libretos y hay imágenes de reveladoras de Sanchiro Sugata (1943), La más bella (1944) y de No me arrepiento de mi juventud (1946), tres de sus films iniciales, en los que ya es evidente la huella del maestro, a pesar de que el propio director declara que la primera película que considera totalmente suya es El ángel ebrio (1948), que fue también el primer protagónico de un joven actor llamado Toshiro Mifune.
A partir de allí, el recorrido se hace más previsible, con fragmentos de sus films más famosos –Dersu Uzala, Kagemusha, Ran– y entrevistas a algunos de sus colaboradores más cercanos, la mayoría de ellos no identificados en el subtitulado local, como sus hijos, que hablan descarnadamente del intento de suicidio de Kurosawa, luego del fracaso de Dodeskaden, en 1971. Hay algunas entrevistas prescindibles o poco aprovechadas –James Coburn, Clint Eastwood– y faltan en cambio Francis Ford Coppola o Martin Scorsese, que en los últimos años conocieron bien de cerca a Kurosawa. Pero lo más sorprendente es la ausencia absoluta de cualquier referencia al holocausto de Hiroshima, un tema crucial que el propio Kurosawa abordó de manera directa en Rapsodia en agosto (1991), unfilm aquí completamente omitido. ¿Será porque el documental fue concebido para su difusión masiva en las señales de cable de los Estados Unidos, donde ese tema todavía es tabú?

* El documental Kurosawa se exhibirá por Cinemax Este mañana miércoles 23 a las 13.15 y por Cinemax Oeste el jueves 24 a las 15.15, con múltiples pasadas sucesivas programadas para los próximos días en ambas señales.

 

PRINCIPAL