Por
Liliana Viola
El
diccionario es una institución destinada a organizar la diversidad.
Con el pretexto o la obligación del orden alfabético, justifica
la aparición de opuestos y hasta de incompatibles y otorga la ilusión
de que es posible poseerlo todo. Cada vez que dudes, cada vez que
no sepas, para encontrar lo que te falta, tenés que recurrir al
diccionario es una consigna que comienza en los años escolares
y se mantiene a lo largo de la vida. A partir de mañana, Página/12
presentará un diccionario único en su género: se
trata de 4000 biografías de personalidades de distintas áreas
(arte, literatura, música, política, ciencia, cine, religión,
periodismo, diseño, deporte, danza, teatro, educación, artes
plásticas, medios) que modelaron la historia argentina en el transcurso
del siglo XX.
La preocupación por confeccionar diccionarios es muy antigua, tanto
que se podría reconstruir la cultura
de los pueblos a través de la historia de sus diccionarios. El
diccionario es un libro total por excelencia lo cual no quiere decir
perfecto ni completo y en este sentido tiene una connotación
de fascinación y de encanto para el que lo consulta y también
para el que lo escribe.
La colección ideada y realizada por este diario tiene características
inéditas. La red en la cual se apoya cada palabra de este diccionario
es nada menos que el pasado argentino más reciente, el siglo XX.
Por esta razón aparecen aquí ordenadas alfabéticamente
4000 personalidades representativas de los ámbitos más dispares.
El lector se va a encontrar con una gran cantidad de nombres que le resultan
familiares. Algunos pertenecen a personajes que han nacido a fines del
siglo XIX. Otros están en plena actividad. En ese caso, la lectura
de esos nombres es un reencuentro con lo sabido. Confirmación,
pero también sorpresa ante historias que se conocían parcialmente
o nombres que hasta el momento eran familiares simplemente porque remitían
a una calle o a una localidad.
Pero
el lector también se encontrará con nombres que jamás
ha escuchado, personajes olvidados injustamente. Se han escogido aquellos
que actuaron en la primera línea y también ciertos personajes
de la segunda fila, teniendo en cuenta, sobre todo, la importancia
de las corrientes inmigratorias y la fuerza constructora de las últimas
dos décadas del siglo XIX. En ese recorte de 4000 personas aparecen,
por ejemplo, algunas que no nacieron en el país, pero que construyeron
aquí sus vidas. Desde payadores políticos de las primeras
décadas del siglo, hasta pioneros y benefactores. El recorrido
cronológico para la selección de nombres comienza con aquellos
que actuaron durante el último gobierno del general Roca y culmina
con los contemporáneos, es decir la presidencia de De la Rúa.
A partir de este recorte, artistas, funcionarios, religiosos, arquitectos,
y hasta personas que sin quererlo modificaron el curso de la historia,
se dan cita en este Diccionario de los Argentinos.
Se trata, por otra parte, de un trabajo de recopilación de informaciones
que están dispersas en otros
excelentes diccionarios parciales que dan cuenta de artistas, personajes
históricos, escritores, científicos, músicos, pero
que no los integran en la malla imperfecta y apasionante de un diccionario
único. Esto último tal vez sea la novedad de este diccionario
y lo que lo vuelve interesante. Con la aparente única lógica
del orden alfabético, hay otra lógica secreta que conduce
al lector a lo largo de las diversas décadas de nuestra vida y
va conectando a través de un sistema de remisiones, una persona
con otra, hasta reproducir la configuración de instituciones, momentos
cruciales, ciertas hipótesis. El orden alfabético viene
a ser una coartada que justifica la coexistencia -como la realidad ya
la ha justificado de los personajes más nefastos, como dictadores
y represores, y sus mártires, científicos, artistas, y estrellas.
El lugar de las definiciones está ocupado aquí por pequeñas
biografías, donde la vida de cada uno aparece recortada por sus
obras, un rápido perfil, y sobre todo por aquel hecho que lo hizo
merecedor de quedar en la memoria. Este diccionario es sin dudas una excelente
herramienta de consulta que provee la información básica
de fecha de nacimiento, lugar, actividades principales en un contexto
histórico, sucinto pero concreto. Estamos acostumbrados, desde
la infancia, a tener que ir a buscar al diccionario el sentido
que falta. Sería soberbio pretender que este diccionario va a dar
a todos el sentido que está faltando, pero sin duda, tanto la construcción
de este recorte por la vida de estas 4000 personas y luego su correspondiente
lectura contribuirán a un ejercicio saludable, el ejercicio de
la memoria.
|