Por José Natanson
Luego de más de dos
semanas de tironeos, el conflicto de la Ruta 3 en La Matanza podría
resolverse hoy cuando los desocupados debatan en asamblea la propuesta
formulada ayer por el Gobierno: 7500 planes Trabajar y el reconocimiento
de unos 6200 programas adeudados. Si ésa es la oferta, nos
estamos acercando, dijo anoche a Página/12 Luis DElía,
uno de los líderes piqueteros, coincidiendo con la perspectiva
optimista difundida por fuentes del Ministerio de Trabajo y por hombres
cercanos al intendente de La Matanza, Alberto Balestrini. Con el acuerdo,
el Gobierno pondría fin a una larga negociación que más
allá de los reclamos tensó como nunca la relación
entre la Casa Rosada y el gobernador Carlos Ruckauf.
El largo día de ayer comenzó bien temprano, con la reunión
de Gabinete, donde Fernando de la Rúa dijo que era necesario encontrar
con urgencia una salida al conflicto. De todos modos, esto
no impidió que los funcionarios insistieran después con
los mismos argumentos: acusar a Ruckauf y Balestrini y negar la responsabilidad
del Gobierno Nacional en el asunto.
El ministro del Interior, Ramón Mestre, fue uno de los más
duros y aseguró por radio que algunos piqueteros estaban armados.
Pero no fue el único. El secretario General de la Presidencia,
Nicolás Gallo, también relativizó el rol de la Nación.
Hay miles de municipios y si el Gobierno interviniera en la resolución
de conflictos en cada uno de los municipios, dejaría de tener razón
de ser la existencia de la comuna, aseguró Gallo. Después,
cinco intendentes peronistas del Conurbano se solidarizaron con Balestrini.
Pero entre las duras declaraciones sobresalían dos anuncios. Por
un lado, Chrystian Colombo dijo que la Casa Rosada no quiere esquivarle
el cuerpo al problema y que está dispuesto a cumplir el acuerdo
firmado con los piqueteros de La Matanza en noviembre, cuando el Gobierno
se comprometió a entregar 8400 planes trabajar. El segundo anuncio,
también formulado por Colombo, es más amplio y más
político: según dijo, el Gobierno decidió que a partir
de junio comenzará a transferir a las provincias los 225 millones
de pesos para ayuda social acordados en el Compromiso Federal, con el
objetivo de descomprimir la tensión con muchos gobernadores y desactivar
posibles estallidos sociales.
Los dos datos preanunciaban un acuerdo. Un rato más tarde, la ministra
de Trabajo, Patricia Bullrich, y el secretario de Empleo, Horacio Viqueira,
se reunieron con Balestrini en la cartera de Trabajo. Queremos comprometer
al intendente porque si no no hay salida posible, explicaban en
el Gobierno.
En el encuentro los funcionarios nacionales hicieron su oferta: 7500 planes
trabajar, que comenzarían a abonarse en los primeros días
de junio. Además, se comprometieron a abonar 6200 beneficios adeudados.
A cambio, un comité mixto integrado por autoridades nacionales,
provinciales y municipales deberá realizar el reempadronamiento
de los beneficiarios, cuestión de evitar fraudes y superposiciones.
Finalizada la reunión, Balestrini volvió con la propuesta
a la sede de la municipalidad de La Matanza, donde al cierre de esta edición
permanecía reunido con los líderes de los piqueteros. Los
tres bandos pronosticaban un final feliz. Están dadas las
condiciones para que el acuerdo se cierre rápidamente, aseguraban
en el Ministerio de Trabajo. Somos muy optimistas, decían
cerca de Balestrini. Si esa es la propuesta, estamos cerca de un
acuerdo, completaban los piqueteros.
Aunque la propuesta será debatida hoy en una asamblea que los desocupados
realizarán sobre la ruta, las dos semanas de conflicto permiten
extraer algunas conclusiones:
La primera es política.
Desde que se bloqueó la ruta, el 7 de mayo pasado, las autoridades
nacionales y provinciales se atribuyeron mutuamente la responsabilidad
por el conflicto. Hubo una serie de crucesque tiñeron de política
el reclamo y que demostraron que el idilio entre Ruckauf y De la Rúa
uno de los datos básicos de los primeros meses de gestión
aliancista es ya irrecuperable.
La segunda tiene que ver con
las complicadas intrigas de palacio. Bullrich, la primera negociadora,
optó desde un primer momento por una posición bastante dura.
Después de unos días, como la situación seguía
empantanada, De la Rúa reemplazó a la ministra por su secretario
privado, Leonardo Aiello, como parte de una táctica a dos puntas:
los funcionarios de primera línea criticaban a los piqueteros mientras
Aiello apuraba la negociación. Pero al final la estrategia terminó
multiplicando los interlocutores dentro del Gobierno y creó una
confusión que fue aprovechada por los manifestantes. El sábado,
De la Rúa repuso a Bullrich al frente de la negociación.
Si no fuera por el cambio de interlocutor, las cosas se habrían
resuelto antes, aseguraban ayer en Trabajo.
La última conclusión
tiene que ver con el temido efecto dominó. Como ocurre cada vez
que ceden ante una protesta social, en el Gobierno advertían sobre
los peligros de que la resolución del conflicto dispare protestas
en otros lugares. Estamos monitoreando permanentemente los centros
potenciales de conflicto, y por ahora no aparece a la vista nada grave,
pero nunca se sabe, aseguraban ayer en el Gobierno.
Cortes y más
cortes
Ayer, desocupados de distintos puntos del Conurbano bonaerense
y la Capital realizaron una serie de cortes en solidaridad con la
situación de los piqueteros de La Matanza. Los cortes fueron
protagonizados por desocupados enrolados en la Corriente Clasista
y Combativa (CCC) que lidera el sindicalista Carlos Santillán
y en el Congreso de los Trabajadores Argentinos (CTA) de Víctor
De Gennaro. Al mediodía, en Florencio Varela, un grupo de
desocupados cortó la ruta 26, mano La Plata-Buenos Aires,
y provocó un gran congestionamiento vehicular. Mientras tanto,
en Morón, más de un centenar de desocupados cortaban
dos importantes avenidas en reclamo de planes trabajar y asistencia
social. Al mismo tiempo, en el barrio porteño de La Boca,
manifestantes de agrupaciones Sin Techo y desocupados de La Boca,
Barracas y Avellaneda, se encolumaron detrás de una gran
bandera de la CTA, cortando el Puente Nicolás Avellaneda.
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INDIGNACION
Y TRISTEZA EN EL PIQUETE BONAERENSE
Dolor a la vera de la ruta
La de ayer no fue una jornada
más para los piqueteros de La Matanza, no sólo por la nueva
ronda de negociaciones con el Gobierno; pasadas las nueve de la mañana,
llegó el féretro con los restos de Luisa Alegre, presidenta
del centro de jubilados Alma y Vida, quien falleciera el lunes
por la madrugada en el Hospital Guido Paroissien, después de que
sufriera una descompostura cardíaca mientras tocaba un redoblante
en el piquete. Los manifestantes hicieron una oración en su homenaje,
que incluyó la lectura de un párrafo de la Biblia por parte
de Luis DElía, concejal frepasista por La Matanza y uno de
los líderes de la protesta, junto a Juan Carlos Alderete, de la
Corriente Clasista y Combativa (CCC). Y por la noche, se mantenían
firmes sobre la ruta, a la espera de novedades.
Los piqueteros también recibieron visitas: las de Raúl Castells,
del Movimiento Independiente de Jubilados, de Carlos Perro
Santillán, de la CCC y de Hebe de Bonafini, titular de Asociación
Madres de Plaza de Mayo. Luisa muere en un piquete porque hay un
Gobierno miserable, disparó Castells, y agregó que
por unos puestos de cuatro pesos por día hacen pasar por
semejante sufrimiento a nuestra gente.
Durante toda la jornada, el panorama en la ruta se mantuvo como desde
el 7 de este mes, fecha de inicio de la protesta; ollas populares, gomas,
carpas, toldos, y cientos de familias desplegadas sobre la ruta, en las
banquinas y en las vías del ferrocarril Belgrano Sur. La elección
del lugar del piquete no fue casual; la 3 es la ruta troncal que atraviesa
el partido de La Matanza, que posee unos 354 kilómetros cuadrados,
una población de 1.700.000 habitantes y más de 100 mil jefes
de familia desempleados. Y el Belgrano Sur es el único tren que
pasa por la zona, y que comunica el corazón matancero con la Capital
Federal, ya que tiene su cabecera en Barracas.
Los reclamos de los piqueteros de Isidro Casanova se basan, principalmente,
en que se restituyan unos 3 mil planes Trabajar que habrían sido
cancelados por el Ministerio de Trabajo, después de un reempadronamiento
hecho el mes pasado; pero también recuerdan que hay 3500 planes
concedidos desde enero, que hasta ahora no se han pagado. Además,
en el acta acuerdo firmada entre la Nación y los manifestantes
el Poder Ejecutivo se comprometía a arreglar escuelas y calles
y a entregar dos millones de pesos en medicamentos, remedios y herramientas.
Desde el Gobierno admiten que están en mora con esas promesas,
pero aseguraron que en los primeros días de junio comenzarán
a saldar las deudas con los trabajadores y a restituir los planes Trabajar.Estamos
cerca, pero no quiero arriesgar ningún resultado, y será
la asamblea de mañana (por hoy), cuando estén todos los
compañeros, la que decida los pasos a seguir, dijo DElía
(ver aparte). Por lo pronto, hombres, mujeres y chicos pasaban una nueva
noche otoñal bajo las lonas de las carpas.
Informe: Alejandro Cánepa.
OPINION
Por Hilda González de Duhalde *
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Argentina
cava su propia fosa
Estamos en una situación límite en materia social.
Las recetas económicas aplicadas en la última década
han demostrado que no sirven, entre otras cosas porque cada año
se agregan 100 mil nuevos pobres al sector más castigado
del país, provenientes de una clase media cada vez más
pauperizada. El año pasado batimos todos los records: 600
mil trabajadores pasaron a engrosar la categoría de pobres.
Las medidas que se han tomado con el argumento de rebajar el déficit
fiscal y las nuevas propuestas que quiere aplicar el gobierno nacional
siguen afectando directamente a los sectores medios.
El achicamiento de los gastos de la política es fundamental,
pero existen también otras alternativas. Mientras se realizaron
las grandes privatizaciones 1989/1994, los aportes patronales
de las empresas públicas eran, en promedio, del 33 por ciento.
En 1993 les fueron rebajados al 11 por ciento, medida que aún
sigue vigente. Sólo en el área de la Capital Federal
y el Gran Buenos Aires, esa baja de los aportes ha significado una
transferencia de recursos al sector privado del orden de los 6 mil
millones de pesos. Si estas empresas de servicios que son
las más rentables volviesen a pagar sus cargas originales
del 33 por ciento, sólo en el ámbito metropolitano
el Estado podría recaudar alrededor de 611 millones de pesos
más por año (el primer impuestazo y rebaja de sueldos
de Machinea buscaba reunir unos 300 millones de pesos). Sin embargo,
el Gobierno ni siquiera pensó en acudir a aquel recurso e
insiste en nuevos impuestazos a la clase media. Ahora, con errores
que intenta enmendar, pretendió aumentar el IVA a las producciones
artísticas y espectáculos públicos.
El hombre es el único animal que tropieza con la misma piedra,
dice el refrán. Nosotros, en nuestro país, venimos
castigando permanentemente a la clase media para según
las recetas economicistas imperantes superar el déficit
y salir de la crisis y, en realidad, lo único que hemos logrado
es hundirnos cada vez más.
La Argentina se está cavando su propia fosa con estos ataques
permanentes a los sectores medios, a los científicos, a los
artistas, a la inteligencia que, históricamente, ha sido
la diferencia del país.
En nombre del ingreso al Primer Mundo se empobreció
cada vez más al país. Y, lo peor de todo: parece que
nos hemos olvidado de que los pueblos y las naciones trascienden
por sus producciones culturales y que gracias a ellas nuestra patria
ya perteneció al Primer Mundo, no porque fuera el granero
del mundo alguna vez, o porque vendiera recientemente sus patrimonios
y entregara su mercado interno, sino en esencia porque siempre ha
tenido una clase media progresista.
La Argentina del Primer Mundo fue la de Saavedra Lamas, Leloir y
Milstein; la de la tucumana Lola Mora, la de Arlt y Borges, Cortázar
y Beatriz Guido; la de Ginastera y Piazzolla; la de Julio Bocca
y Maximiliano Guerra; la de la Universidad que en 1966 Onganía
liquidó a bastonazos.
Esos eran los productos que nos hicieron trascender
y que fueron hijos de esta clase media que hoy siguen empeñados
en hacer desaparecer.
* Diputada de la Nación (PJ).
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