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Derechos que no se materializan
e hiperinflación de discursos

El CELS presentó el informe sobre el estado de los derechos humanos. Lo debatieron el ministro Juan Pablo Cafiero, Alberto Barbeito, Susana Chiarotti, Fabián Repetto y Horacio Verbitsky.

Verbitsky, Cafiero (de pie), Repetto, Susana Chiarotti y Barbeito en El Ateneo.

“Los derechos que no se materializan son pura declaración y tenemos hiperinflación de declaraciones. ¿Cómo desarrollar políticas sociales en el sistema capitalista basado en la voracidad del mercado? Este es el desafío y por eso me senté en ese ministerio”, dijo el ministro de Desarrollo Social, Juan Pablo Cafiero, quien se enfrentó ayer con un auditorio poblado de dirigentes y militantes de agrupaciones de derechos humanos en la presentación del Informe anual del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS). Cafiero compartió la mesa con el presidente del organismo, Horacio Verbitsky, y los especialistas Alberto Barbeito, Susana Chiarotti y Fabián Repetto, que hablaron sobre la implementación de políticas públicas.
Verbitsky abrió la presentación de “Derechos Humanos, Argentina 2001”, mencionando en una “introducción panorámica” los temas que aparecen en el informe: la lucha contra la impunidad, la violencia institucional y los derechos económicos, sociales y culturales. Se refirió especialmente al planteo que en ese momento se estaba haciendo en el parlamento para otorgarle más atribuciones a la policía. “¿Qué ley podría votar el Congreso que salvara la vida de dos policías baleados por la espalda?”, se preguntó y recordó que la provincia de Buenos Aires aprobó hace más de un año un proyecto similar al que se quiere imponer ahora a nivel nacional y eso no dio por resultado un aumento de la seguridad. Acompañaban al CELS los padres de Sebastián Bordón y Mariano Witis, dos víctimas de la violencia policial.
Los miembros fundadores del organismo de derechos humanos, Carmen Lapacó, Laura Conte, Chela Mignone y José Westerkamp, presenciaban el acto desde las primeras filas junto a miembros de otras agrupaciones como Alba Lanzillotto, de Abuelas de Plaza de Mayo; Marta Vázquez, presidenta de la Federación de Familiares de Desaparecidos de América Latina (FEDEFAM) y Lita Boitano y Cristina Muro de Familiares de Desaparecidos. También asistieron los funcionarios Mariano Ciafardini, secretario de Política Criminal; la ex subsecretaria de Derechos Humanos y actual legisladora porteña Alicia Pierini, la directora de Derechos Humanos de la Ciudad de Buenos Aires y el representante especial de derechos humanos en el ámbito internacional, Leandro Despouy. Los dos últimos escucharon las ponencias sentados en el piso, debido a que el auditorio de la librería Ateneo estaba colmado.
Fabián Repetto, doctor en Ciencias Políticas y director de la revista SOCIALIS, habló de la necesidad de que “el campo progresista” tenga un papel importante en políticas públicas y se preguntó si en el futuro en la Argentina la política va a ser capaz de gobernar a la economía. “O estamos en la mesa donde se deciden las políticas o todo es parche”, dijo a su turno Susana Chiarotti, coordinadora regional del Comité Latinoamericano y del Caribe para la defensa de los derechos de la Mujer, que planteó el tema de la sectorización de los reclamos de género y la falta de transparencia en los planes sobre salud reproductiva.
El economista Alberto Barbeito hizo eje en el problema de la falta de políticas contra la pobreza –como se titula uno de los capítulos del informe–. Barbeito fue aplaudido cuando rechazó la “lógica focalizada” de implementación de los programas asistenciales, que se refieren a la pobreza como si afectara a una porción menor de la sociedad e intentan acotar y definir el perfil de los beneficiarios. “Se insiste en identificar personas que necesitan los programas pero se dice que las políticas tributarias deben ser generales. Es decir, que no es posible identificar al 5 por ciento más rico cuando sí se puede focalizar al 30 por ciento más pobre”, afirmó.
Luego de estas palabras, le tocó hablar a Cafiero, quien al referirse a las denuncias sobre gatillo fácil volcadas en el libro del CELS aseguró: “siento vergüenza que esto siga estando acá a esta altura de la democracia. Hay una demanda por todos lados. Hacemos agua”. Luego, discrepó con algunas ideas del informe del organismo de derechos humanos –como los diagnósticos de quiebre dentro de la Alianza, de baja calidad democrática y de la criminalización de los militantes sociales– y se comprometió con el “desafío” de estar al frente del ministerio de Desarrollo Social, aún sabiendo que puede ser una “trituradora de dirigentes y militantes que quieren hacer cosas por la gente”, en obvia respuesta a la reflexión de Carlos “Chacho” Alvarez, quien al abandonar la política dijo que la “Alianza fue una trituradora de ilusiones” .

 


 

LA JUEZA AUTORIZO EL ARRESTO DOMICILIARIO DEL DICTADOR
Massera más cerca de su esposa

La jueza María Servini de Cubría autorizó al dictador Emilio Eduardo Massera a volver a su casa. Para que la detención domiciliaria del Almirante Cero se haga efectiva, también deberá acordar con esta medida el juez Rodolfo Canicoba Corral –quien tiene a Massera a disposición “conjunta” con Servini de Cubría–. El magistrado aún “está estudiando” la solicitud del defensor oficial Horacio Michero, representante del dictador.
Servini de Cubría resolvió restituir el beneficio de arresto domiciliario a Massera después de recibir una recomendación de la junta médica del Hospital Naval. Pero Canicoba Corral, que reemplaza al juez Adolfo Bagnasco–, dispuso el jueves pasado que Massera fuera a ese hospital para recuperarse de la operación de by pass a la que fue sometido el sábado 12 en el Instituto Cardiovascular de Buenos Aires y que luego volviera a Campo de Mayo, donde estaba detenido luego de que se descubriera que violaba las condiciones de su arresto domiciliario en la quinta de El Talar de Pacheco. Ahora, el magistrado, que la semana pasada pidió explicaciones a la Gendarmería porque no le había informado del traslado del dictador, podría revertir su decisión y concluir que “por razones médicas” el dictador puede cumplir con su detención en su departamento de Libertador y San Martín de Tours.
Massera, que según los informes médicos se recupera favorablemente de su operación, fue arrestado por la jueza Servini de Cubría por su responsabilidad en la apropiación del hijo de Cecilia Viñas, que nació en la Escuela de Mecánica de la Armada. Luego, el juez Bagnasco lo procesó en la causa en la que se investiga el plan para apropiarse de bebés durante la dictadura. Por eso actualmente Ma- ssera está a disposición de ambos magistrados.

 

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