Por Claudio Zlotnik
Ayer a la tarde, Domingo Cavallo
habrá maldecido el día que se le ocurrió retar a
los banqueros y jurar que nunca más convalidaría
tasas ruinosas para el país. Por tercera vez desde
esa ocasión, colocó títulos de deuda a tasas de interés
merecedoras de ese calificativo. En la licitación de Letras del
Tesoro (Letes) a 91 días, el ministro afrontó un costo del
12,09 por ciento anual, y del 12,44 por ciento en el caso de la emisión
a 169 días. Semejante resultado hace impensable una recuperación
cercana de la actividad económica y, al mismo tiempo, brinda pistas
sobre los altos costos que tendrá el megacanje.
Aunque tímida, ayer hubo una nueva mejora del riesgo país.
Ese indicador terminó en 926 puntos, apenas cuatro por debajo de
la marca anterior. No obstante, hasta el mediodía antes de
la operación con las Letes, el riesgo había bajado
hasta 907 puntos. Pero en la city existían especulaciones con que
las tasas que los bancos le cobrarían a Cavallo serían inferiores.
Con el resultado puesto, se notó una retracción de los bonos
y una suba del riesgo país.
En la operación a tres meses por 350 millones de dólares,
la tasa pactada (12,09 por ciento anual) fue apenas 0,35 punto inferior
a la de hace dos semanas. En cambio, en la colocación de bonos
a 169 días, por 150 millones, el costo resultó medio punto
superior: 12,44 contra 11,91 por ciento que se pagó el último
10 de abril. En aquel momento, el riesgo país se encontraba en
830 puntos, casi 100 por debajo del cierre de ayer.
A pesar de que los 500 millones de deuda renovados representan apenas
una ínfima porción sobre el total de bonos que están
en sus carteras, los bancos decidieron prestarle al Gobierno a tasas de
interés similares a las de mercado. Es decir, aquellos
rendimientos que muestran los títulos públicos en las transacciones
que realizan los operadores. Hasta último momento, y en vistas
de la cercanía del megacanje, en la city esperaban un guiño
de las entidades financieras prestando por debajo de las tasas de mercado,
algo que finalmente no ocurrió. No hay ningún fundamento
económico para pensar que las tasas deberían ser más
bajas. Estuvieron dentro de lo previsto, de acuerdo al actual nivel de
riesgo país, señaló a Página/12 Margarita
Molteni, analista del banco de inversiones MBA. Justamente, el hecho de
que los bancos líderes le presten al Gobierno a una tasa de interés
superior al 12 por ciento en el cortísimo plazo deja al descubierto,
por lo menos, dos cuestiones:
El descrédito que tiene
el Estado, frente a los inversores, de que podrá cumplir con los
pagos de su deuda. A pesar de que el megacanje de deuda se anunciará
mañana mismo, lo que ayudará a descomprimir los vencimientos
de los próximos cuatro años, los financistas le ponen costos
caros a los préstamos a tres y seis meses de plazo.
Los propios bancos que participarán
de la megaoperación, que podría alcanzar los 15.000 millones
de dólares, fueron los que ayer impusieron las altas tasas. La
respuesta formal de los banqueros es que los costos están dados
por el nivel de riesgo país y que ellos pueden hacer muy poco frente
a la dura realidad. Informalmente, esos mismos directivos admiten que
el hecho que los bancos líderes sean parte de fuertes conglomerados
extranjeros es determinante para fijar las reglas de juego. En otras palabras,
¿cómo hace un gerente financiero de un banco de la city
porteña para explicar a su casa matriz del exterior que bajó
sus costos para beneficiar a la economía del país? ¿Cómo
justifica que se ha perdido un jugosísimo negocio?
Cuando, apenas asumido, Cavallo desafió a los banqueros desde el
Banco Nación, habrá pensado que podía quebrar esa
lógica. En aquel momento, su disgusto refería a una renovación
de Letes al 11 por ciento anual, aun inferior a lo que terminó
convalidando ayer. Ahora el escenario es bien distinto. El ministro precisa
de los grandes bancos para que se sumen al megacanje y así poder
ir a la búsqueda del círculo virtuoso de laeconomía.
El mismo que no pudo hallar José Luis Machinea aun con el blindaje.
Cavallo ya no se pelea. Pero ayer los bancos, otra vez, le dejaron en
claro que el próximo canje de bonos que se realizará
bajo los mismos parámetros que la renovación de Letes
tendrá costos altísimos para el Estado. Porque así
son las reglas del mercado.
La vida color de rosa
Lo más probable es que haya pecado por mostrarse superoptimista.
De otra manera, no logra entenderse del todo la apreciación
de Daniel Marx respecto de la colocación de Letras del Tesoro.
Con el resultado de la operación en la mano, el secretario
de Finanzas dijo que las tasas de corto plazo se encaminan
hacia su normalización. Minutos antes, Economía
había convalidado tasas de interés superiores al 12
por ciento para el cortísimo plazo. Por supuesto que
quisiéramos tasas más bajas, añadió.
Guillermo Mondino, jefe de asesores de Economía, dio un parecer
similar. Las dudas de los inversores extranjeros se van despejando
de a poquito, señaló. Y agregó que el
riesgo país descenderá en forma sostenida
cuando el Gobierno contenga el déficit y se reactive
la economía.
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Se viene el megacanje
Finalmente, mañana sería el día. Si la Security
Exchange Commision estadounidense lo aprueba, el megacanje será
anunciado con bombos y platillos por el Gobierno, tras lo cual Domingo
Cavallo y el viceministro Daniel Marx saldrán de gira por
Europa y los Estados Unidos para convencer a los inversores de sumarse
a la operación. La SEC es la entidad que regula el sector
bursátil en Wall Street, a la que ayer el Gobierno envió
los detalles del megacanje. El objetivo de Economía es estirar
los plazos de los vencimientos, obteniendo un ahorro de unos 10.000
millones en los próximos cinco años. Tal cual lo adelantó
este diario, habrá cinco nuevos bonos de mediano y largo
plazo, uno de los cuales estará nominado en pesos. Cavallo
y Marx empezarán la gira el lunes en Madrid. El 4 de junio
se cerraría la operación.
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