El Gobierno firmó ayer
un convenio con las empresas automotrices por el cual el precio de los
vehículos nacionales bajará entre 15 y 20 por ciento, y
el de los importados, entre 10 y 20. Las terminales se comprometieron
a aplicar esa rebaja y a no despedir personal, a cambio de un amplio paquete
de medidas de asistencia para el sector. Los fabricantes de autos atraviesan
su peor año desde la crisis del Tequila, con una caída en
las ventas del 40 por ciento. Renault suspendió a todo su personal
por dos meses y otras empresas analizaban seguir sus pasos, mientras que
las versiones sobre el posible éxodo de algunas terminales comenzaban
a sonar cada vez más fuerte. Antes de llegar a medidas tan extremas,
los empresarios negociaron con el Gobierno su incorporación a los
planes de competitividad, para ser favorecidos con disminuciones de impuestos.
La Ciudad de Buenos Aires y las provincias de Buenos Aires, Córdoba
y Santa Fe también suscribieron el acuerdo, pero sorpresivamente
los sindicalistas de Smata y UOM faltaron al acto en Casa Rosada, pese
a que estaba previsto que estamparan su firma. El acuerdo establece que
dentro de seis meses se abrirán paritarias para negociar las condiciones
laborales en el sector, lo que habría generado resistencia entre
los gremios. Sin embargo, fuentes de los sindicatos dijeron a Página/12
que finalmente se plegarán al convenio. Desde Economía,
en tanto, señalaron que los puntos fundamentales del acuerdo, como
la rebaja en el precio de los vehículos, no peligra por la demora
gremial. Las disminuciones se efectivizarán a partir de la publicación
del decreto con el acuerdo en el Boletín Oficial, lo que ocurriría
el próximo lunes.
Compromisos de las empresas
Rebaja de 15 a 20 por
ciento en el precio de los vehículos nacionales, y del 10 al 20
de los importados por las terminales. La disminución no alcanza
a los vehículos importados por particulares o empresas.
Las automotrices harán
los mejores esfuerzos para ofrecer planes de financiamiento de vehículos
0 Km a una tasa de interés no superior al 10 por ciento anual.
Los fabricantes de autopartes
reducirán sus precios de venta a las terminales en la totalidad
de la rebaja impositiva que reciban.
Las industrias química
y siderúrgica venderán sus productos a la industria automotriz
al mismo precio que los venden al mercado externo.
Las empresas se comprometen
a preservar el nivel del empleo actual por el término de un año.
También se comprometen
a realizar gestiones ante sus casas matrices para incorporar a los autopartistas
argentinos como proveedores mundiales.
Compromisos del Gobierno
Eximir a la industria automotriz
de los impuestos a los intereses y a la ganancia mínima presunta.
Los costos para anotar vehículos
0 Km o usados en el Registro Automotor, que hoy superan el 5 por ciento
del valor de la unidad, bajarán a no más del 1 por ciento.
Se cobrará 10,5 por
ciento de IVA (en lugar del 21) en la venta de vehículos para taxis
y remises inscriptos oficialmente.
Se elimina el impuesto interno
del 4 por ciento para automóviles que superen los 22 mil pesos.
Los responsables inscriptos
en el IVA podrán computar como crédito fiscal la compra
de vehículos.
Los aportes patronales podrán
ser tomados como crédito fiscal (o pago a cuenta) en el IVA.
Las terminales recibirán
un reintegro del 6 por ciento por la compra de autopartes nacionales destinadas
a la fabricación de vehículos en el país.
Las empresas podrán
utilizar el crédito fiscal remanente como garantía para
solicitar créditos en el sistema financiero.
Se intensificará el
control técnico vehicular obligatorio.
Se promoverán líneas
de crédito a tasas preferenciales para la producción de
camiones y colectivos.
Cambiará el régimen
aduanero para que las terminales puedan pagar los aranceles de piezas
importadas cuando la unidad salgan de la línea de montaje.
Compromiso de las provincias
Eximir del pago del impuesto
a los Ingresos Brutos en la etapa industrial, y exceptuar del gravamen
a los contribuyentes de otras provincias, a condición de reciprocidad.
Impulsar la eliminación
de impuestos municipales.
Eliminar todas las regulaciones
que traben la inversión, producción y comercialización
de automotores.
Promover una reducción
del valor de la patente.
Tras la firma del acuerdo, el presidente de la Asociación de Fábricas
de Automóviles (Adefa), Cristiano Ratazzi, señaló
que en poco tiempo vamos a tener un aumento de las ventas,
que calculó será de 30 mil unidades, para llegar a 250 mil
en el año. Por su parte, Domingo Cavallo enfatizó que era
muy importante acelerar la rebaja de costos de los autos, para favorecer
la reactivación del sector.
Algodoneros suavizados
Los productores algodoneros también firmaron ayer en Casa
Rosada un convenio con el Gobierno para obtener los beneficios del
plan de competitividad. Las provincias de Chaco, Santiago del Estero,
Formosa, Corrientes, Santa Fe, Catamarca, Córdoba y Entre
Ríos se plegaron al acuerdo. El Gobierno se compromete a
eximir del pago del impuesto al endeudamiento empresario y a la
renta mínima presunta a ese sector, además de otorgar
al pago de las contribuciones patronales destinadas al sistema previsional
el carácter de crédito fiscal de IVA. Además,
hará un aporte de 40 millones de pesos para promover la reconversión
de los productores primarios e industriales. Por su parte, los empresarios
se comprometen a mantener el nivel de empleo actual hasta el 2004.
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CIERRE
DE CUENTAS, OTRO SINTOMA DE LA RECESION
La crisis quebró la cadena de pagos
En los últimos tiempos,
sólo los indicadores negativos muestran un repunte notable. Desde
setiembre de 1998, cuando empezó la recesión, fueron cerradas
más de 213 mil cuentas corrientes, según el informe Monitor
Veraz. Esta fue una de las consecuencias de la crisis que afectó
a la cadena de pago de las obligaciones contraídas por el público,
afirma el estudio.
El documento señala que la suma del total de inhabilitaciones
durante los 12 meses de cada año indica que 1999 fue el peor, ya
que los cierres alcanzaron los 93.147 casos, lo que implica un promedio
de 7762 cierres mensuales. Este dato coincide plenamente con
los peores meses de la recesión, con lo cual se demuestra que las
inhabilitaciones fueron una variable efectiva a la hora de reflejar la
situación de la economía real, a partir del nivel de incumplimiento
de obligaciones contraídas por el público, agrega
Veraz.
En ese sentido, se indica que luego de los registros del 99,
se ubican el 98 con un total de 73.483 casos y un promedio mensual
de 6123 cierres; y luego el 2000 con 72.929 y un promedio mensual de 6077
casos.
Desde mediados de 1995, época en la que se implementó el
último régimen de inhabilitaciones computando los cheques
rechazados en todo el sistema, hubo dos grandes cambios. En primer lugar,
durante la gestión de José Luis Machinea en el Ministerio
de Economía, se permitió a los titulares de cuenta cubrir
el quinto cheque rechazado por falta de fondos en un plazo de 15 días
antes de que el Banco Central decretase la inhabilitación.
Después, durante la gestión de Domingo Cavallo se flexibilizaron
al máximo las normas, permitiendo a cada banco establecer cuándo
cerrar una cuenta. La medida adoptada por Cavallo deja sin efecto la base
de datos de cuentacorrentistas inhabilitados por el Central, dispone la
caducidad de las inhabilitaciones decretadas y hace inaplicable esa sanción
en lo sucesivo. Ambas modificaciones es lo que explicaría una desaceleración
del cierre de cuentas el año pasado y en lo que va éste.
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