Por Claudio Zlotnik
Domingo Cavallo podría
anunciar hoy mismo el megacanje en la Bolsa de Comercio. Todo depende
de que la SEC el ente que controla el negocio bursátil en
los Estados Unidos apruebe la operación, algo que en el Palacio
de Hacienda aguardan ocurra esta mañana. Estamos a muy pocas
horas de anunciarlo, señaló ayer Daniel Marx. La ansiedad
de los funcionarios se debe a que en el megacanje está depositada
la esperanza de lograr una sensible mejora del riesgo país, capaz
de reactivar la economía. El objetivo de la operación, según
comentó a Página/12 uno de los organizadores de la operación,
es patear hacia adelante vencimientos por entre 10 y 11 mil millones de
dólares pautados entre este año y el 2005. Para concretar
esta aspiración, el canje debería englobar bonos por entre
15 y 20 mil millones de dólares.
Anoche, en Wall Street, las autoridades bursátiles todavía
analizaban los detalles del canje propuesto por Economía, que tuvo
el acuerdo de los siete bancos coordinadores. Tal como adelantó
este diario, en el prospecto enviado figura que Economía emitirá
cinco nuevos bonos de entre 5 y 30 años de plazo que
reemplazarán a los viejos títulos que sean rescatados del
mercado.
Como las dudas de los inversores se centran en si la Argentina podrá
cumplir con los pagos de corto plazo, Cavallo se decidió a aliviar
vencimientos entre lo que resta de este año y el 2005. En total,
durante este lapso, Economía debería cubrir vencimientos
por unos 78.000 millones de dólares, entre títulos públicos
y préstamos tomados de organismos internacionales y de la banca
comercial.
De aquel total, 7300 millones vencen en lo que resta de este año.
Otros 17.850 millones en 2002; 21.580 millones en 2003; 18.300 millones
en 2004 y 12.850 millones en 2005. Como el canje es voluntario, su resultado
recién se conocerá el lunes 4 de junio, una vez finalizada
la suscripción. Pero quienes armaron la operación esperan
que el desahogo financiero trepe a 2500 millones este año; 3500
millones el que viene; otros 2000 millones en el 2003 y entre 750 y 1000
millones tanto en 2004 como en el 2005. De esta manera, se estarían
postergando para más adelante pagos de entre 10 y 11 mil millones
de dólares.
Pero todo tiene su costo. A cambio de patear la pelota hacia adelante
y despejar las dudas de los financistas, Cavallo deberá hacer frente
a nueva deuda que, en promedio, tendrá un costo de entre 14 y 15
por ciento anual. Bastante superior al 9 por ciento anual que al Estado
le cuesta la deuda vieja. Frente a esta realidad, en Economía se
defienden mediante dos argumentos. Uno, que es preferible endeudarse a
tasas de interés altas antes que caer en cesación de pagos.
Y en segundo lugar, que si se tuvieran que refinanciar la deuda vieja,
los inversores también reclamarían tasas similares a las
que al fin de cuentas se verán en el megacanje. Otro costo que
afrontará Cavallo tiene que ver con las comisiones que embolsarán
los siete bancos coordinadores de la operación, el 0,55 por ciento
del total. Es decir, entre 83 y 110 millones de dólares dependiendo
de si el canje totaliza 15 ó 20.000 millones. Por último,
Economía abonará a los inversores un premio
por los bonos viejos. En canjes anteriores, ese sobreprecio orilló
el dos por ciento.
¿Quiénes se sumarán al canje?
Los bancos, AFJP, compañías
de seguros y fondos de inversiones extranjeros. En sus carteras, las entidades
financieras cuentan con 15.000 millones de dólares en títulos;
las AFJP tienen 11.000 millones y las aseguradoras otros 2800 millones.
Y se calcula que los principales fondos de inversiones foráneos
retienen otros 30.000 millones. Para seducirlos, Cavallo y parte del equipo
económico iniciarán una gira por Europa y los Estados Unidos
no bien se anuncie la operación.
¿Cuáles serán los nuevos títulos?
Habrá cinco. El menor,
a cinco años de plazo, será un Bono Pagaré a tasa
flotante, que dependerá de la evolución de la tasa de interés
promedio que rindan los depósitos a plazo fijo. Habrá también
dos títulos a siete años de plazo, uno de ellos nominado
en pesos, con una tasa creciente en el tiempo. Por último, los
Globales de largo plazo a 17 y 30 años de plazo- tendrán
una renta fija pero tendrán un período de gracia, de entre
tres y cinco años, lapso durante el cual Economía no pagará
intereses. Ambos títulos fueron pensados para los inversores institucionales
locales y del exterior que poseen bonos de largo alcance pero por los
cuales se pagan intereses cada tres o seis meses.
¿Cuáles son los bonos que se aceptarán?
La gran mayoría de los
que están en circulación, con excepción de las Letes.
Si bien Economía quería incluirlas, los bancos se negaron.
Un mercado transparente
Fernando de la Rúa firmó ayer el decreto de reforma
de las regulaciones para garantizar la transparencia
del mercado de capitales y reducir el costo de las operaciones.
La reforma busca proteger a los pequeños inversores, al propiciar
reglas que castigan la manipulación de información
y un sistema de arbitraje, de modo de rebajar el costo de la resolución
de conflictos. Uno de los objetivos principales del proyecto, que
estaba siendo analizado desde hace un año, es impedir que
los pequeños inversores sufran perjuicios por la información
reservada o privilegiada de las compañías que cotizan
acciones o títulos de deuda en la Bolsa. Según Daniel
Marx, secretario de Finanzas, el Régimen de Transparencia
busca ampliar las vías de financiamiento y el ahorro
de las empresas cotizantes. De la Rúa aplicó
la reforma por decreto gracias a las facultades extraordinarias
que le concedió el Parlamento, a finales de marzo pasado.
Según estiman en el Palacio de Hacienda, esta reforma facilitará
el acceso de los inversores particulares a la Bolsa y, de esa manera,
se fomentará tanto el ahorro interno como se tornará
más accesible el financiamiento por partes de las compañías.
|
NUEVO
ENFRENTAMIENTO DE CAVALLO CON BANQUEROS
Los bancos están cartelizados
Un día antes de lanzar
el megacanje, Domingo Cavallo volvió a enojarse con los banqueros.
Están cartelizados, acusó. Frente a él,
ocupando las primeras filas que se habían colocado en el Salón
Blanco de la Casa de Gobierno, los banqueros recordaron una noche de hace
dos meses cuando el ministro también los había criticado
en el Banco Nación, por el mismo motivo: las tasas de interés
que las entidades financieras le cobraron al Gobierno para refinanciar
Letras del Tesoro (Letes) de cortísimo plazo.
Cuando veo lo que ha pasado con la licitación de Letes y
varias otras cuestiones relacionadas con el funcionamiento del sistema
financiero, me convenzo cada vez más que hace falta que los títulos
públicos y privados circulen en la Argentina y sean adquiridos
por las familias y los inversores individuales. De tal forma que el propio
sistema financiero tenga una competencia y no se cartelice, disparó
Cavallo frente a la selecta audiencia que había concurrido al lanzamiento
del nuevo Régimen de transparencia en el mercado de
capitales.
La ácida crítica del ministro se dio un día después
de que Economía debió afrontar tasas superiores al 12 por
ciento anual para refinanciar Letes a tres y seis meses de plazo. Estos
costos, que hacen impensable una rápida recuperación de
la economía, ya habían sido cuestionados por el propio Cavallo
no bien asumió. Son tasas ruinosas para la economía,
había dicho en aquel entonces, a la vez que prometió que
nunca más las convalidaría.
Los representantes del sistema financiero, una vez finalizado el acto,
no ahorraron críticas a Cavallo, aunque en estricto off the record.
Nos invitan para retarnos, señaló un banquero.
Mingo volvió a las andadas. No sé para qué
vinimos, disparó otro. Es un incontinente verbal,
cerró un tercero antes de cruzar la puerta de salida. Era el mediodía
y acababa de finalizar otro ruidoso choque entre Cavallo y los hombres
de la city.
|