Por Luis Bruschtein
Desde Anillaco, La Rioja

Esto es mejor que “Betty, la fea”. Todos saben que termina en casamiento seguro, pero en el medio puede pasar cualquier cosa, que el novio vaya preso, que se enoje la novia por tantas vueltas o que la hija del anterior matrimonio del novio se atrinchere en la casa mientras su padre celebra nuevas nupcias. El ex presidente Carlos Menem, el novio, arribó finalmente ayer al mediodía a Anillaco, pero logró eludir el asedio periodístico e introducirse a su casa de hacendado próspero, “La Rosadita”, y luego se fue a la ciudad de La Rioja a jugar al golf. Cuatro horas después aceptó reunirse con los periodistas, confirmó su casamiento, negó que lo fuera a hacer con traje de gaucho y aseguró que el 13 de julio se presentará a declarar ante el juez Jorge Urso en la causa por tráfico de armas (ver páginas 2, 3 y 4).
Anillaco, La Rioja, el país entero, más Chile y Miami, están pendientes de lo que pase en esta boda del año entre la ex Miss Universo chilena y el ex presidente argentino con fama mundial de picaflor. Se dice que Zulemita, que es la propietaria legal de “La Rosadita”, advirtió a su padre, por teléfono o carta documento, que no dejaría que los novios hicieran allí la gran fiesta. El ambiente se puso tenso aquí en Anillaco porque empezó a circular la versión de que venía Zulemita. En realidad, la hija del ex presidente hace más de dos años que no aparece por aquí, pero a nadie le llamó la atención que esto pudiera suceder. Es más, algunos anillaquenses daban a entender que ya estaba aquí en son de guerra y la tozudez de Menem en no hacer declaraciones se interpretó como una expresión de la tensión que le producía el posible escenario: él y Cecilia Bolocco casándose en La Rioja y Zulemita atrincherada en “La Rosadita”.
Pero en un contacto que tuvo el ex presidente con una radio local desmintió las versiones y explicó que se había decidido por La Rioja porque las instalaciones son más amplias. Zulema Yoma hizo declaraciones en el mismo sentido desde Buenos Aires, afirmando que se trata de un hombre suficientemente “maduro” como para tomar sus decisiones. Menem confirmó otro dato crucial de esta historia al subrayar que se casaría por civil. Este tema mantenía en vilo a la gente porque no estaba claro si se casaría por civil o simplemente se trataría de un contrato matrimonial, ya que para algunos el primer trámite no era posible porque la novia no había terminado la anulación de su primer matrimonio (ver aparte). La prensa del corazón de Chile afirmó que el hombre, un norteamericano, era gay y que Cecilia buscaba una dispensa papal porque el matrimonio no llegó a consumarse.
La semana pasada, en Buenos Aires, Menem no quiso confirmar la fecha de su casamiento. Aquí en Anillaco ya se estaban haciendo los preparativos para un pantagruélico asado y los paisanos, que lo conocen y le tienen simpatía, sonreían pícaramente y aseguraban que lo hacía por cábala. Pero en realidad se le abrían demasiados frentes al mismo tiempo en vísperas del casorio. Por un lado estaba la irritación de su hija Zulemita. Y por el otro, la Justicia iba tras Erman González en la causa por tráfico de armas. Todo el entorno menemista expresó que el tema lo preocupaba. Es decir que el novio tenía guerra por el lado familiar y pesadillas con barrotes y calabozos por el lado de la Justicia. La historia de “Betty, la fea” se queda corta si se la compara con la de Menem–Bolocco. Hoy la pareja recibió otra estocada del juez Jorge Urso que prohibió salir del país a todos los imputados en la causa por tráfico de armas entre los cuales está Menem. Según dicen, los tórtolos pensaban pasar unos días de luna de miel en Miami, donde se hizo pública la relación, o en Siria, de donde es originaria la familia Menem. Ambas opciones ya serían imposibles y la pareja se resignó a pasar su luna de miel en su casa de Martínez. En Anillaco, los cambios de planes produjeron frustración. Este pueblo de 1200 habitantes, que ha crecido porque hace diez años eran 800 y con la mayoría de sus calles de tierra, que está en la Costa, que no es la costa de ningún mar sino la Costa del imponente cerro Velazco, un pueblo tranquilo con álamos y nogales, considera a Carlos Menem como a su hijo dilecto. Aquí la gente, amable y tranquila, se ofende si alguien menciona que en los diez años de Menem se triplicó la deuda externa y la desocupación, que se entregaron las empresas del Estado y que al mismo tiempo la mayoría de los funcionarios eran tocados por la varita mágica de la prosperidad millonaria mientras la mayoría de los argentinos se empobrecía.
En Anillaco, la mayoría de la gente le tiene fe y, aunque las opiniones sobre Cecilia Bolocco son encontradas, hablan de la relación como si se tratara de los capítulos tropicales de “Betty, la fea”. Menem llegó ayer al mediodía a la pista de Anillaco, que es tan larga como la de Aeroparque y está a dos cuadras de “La Rosadita”. Como el héroe de la telenovela, llegó piloteando su propio avión. Hubo quienes pensaron que la novia se había quedado en el aparato mientras el hombre despejaba el camino. Pero en diez minutos abandonó la residencia, trepó nuevamente al avión y se fue a La Rioja a jugar al golf durante varias horas. Cecilia Bolocco llegará este mediodía a La Rioja y probablemente la pareja asista al locro popular por el 25 de Mayo en el Polideportivo Carlos Menem. Mañana a las 11 se efectuará la boda civil en la Residencia de los Gobernadores, donde los tres hermanos del ex presidente y los padres de la novia serán los testigos, y de allí irán a celebrar otra vez en el Polideportivo.
En Anillaco vieron por televisión la conferencia de prensa que ofreció en el campo de golf y se conmovieron cuando dijo que se trataba “del momento más feliz” de su vida o cuando dijo que, con el tiempo, Zulemita verá mejor las cosas. Es que esta capital profunda del realismo mágico argentino, que en muchas cosas expresa mejor que ningún otro lugar a este país, ha sido la cuna de una historia que atrapó a los argentinos. Aureliano Buendía es un poroto y “Betty, la fea” finalmente es nada más que la historia imposible–posible entre un empresario rico y la secretaria pobre y fea, mientras que aquí se trata del amor imposible-posible entre una ex Miss Universo que dice tener 36 años y un ex presidente de 70. Y además, para hacerla creíble, Betty se tiene que volver rica y linda, pero aquí es a lo macho y a creerla que no nos van a defraudar.

CECI APURA LA ANULACION DE SU MATRIMONIO ANTERIOR
De tribunales a la Santa Sede

Desde aquella entrevista de 1999 –en la que lo llamó “seductor”– hasta la inminente boda en La Rioja, los últimos dos años de Cecilia Bolocco estuvieron monopolizados por Carlos Menem. En todo este tiempo, no dejó de referirse a su amado, a su galantería, a sus virtudes, a su situación legal, a los rumores de casamiento. Así, los segundos de televisión se fueron multiplicando y la prensa comenzó a darle cada vez más espacio. Después de generar tanta expectativa, la ex modelo chilena disfrutará por fin del momento que tanto tiempo esperó. Mañana estampará su firma en el libro de actas del Registro Civil de La Rioja y festejará sus nupcias con el ex presidente. En ese momento, algunos recordarán que la ex Miss Mundo aún está tramitanto la anulación de su matrimonio anterior con el productor de televisión estadounidense Michael Young.
Como en Chile no existe el divorcio, Bolocco presentó la “nulidad matrimonial” para separarse de su ex marido. Ese es un recurso legal que en ese país utilizan las parejas que quieren anular su enlace ante el Estado. El único requisito es presentar testigos que certifiquen que el domicilio de alguno de los cónyuges no coincide con el que se presentó en el casamiento. La animadora aseguró que haber cumplido con esos pasos y que su unión con Young ya está anulada. Sin embargo, ante una consulta de la prensa trasandina, el Servicio de Registro Civil e Identificación de Chile informó –el 17 de enero pasado– que Bolocco figuraba en los registros como “casada” con el empresario norteamericano, que vive en Miami.
La ex modelo también pidió a la Iglesia la anulación de su matrimonio con Young. En febrero pasado confirmó que había iniciado el reclamo ante el Tribunal de la Sacra Rota del Vaticano. Ese organismo se encarga de anular los casamientos formalizados ante un sacerdote, que para los católicos equivalen a un sacramento como el de la comunión. Bolocco siempre se preocupó por mostrarse como una fiel devota de la Iglesia. Trabajó en el canal 13 de televisión, que pertenece a la Universidad Católica, donde se convirtió en una de las estrellas del espectáculo del país trasandino. En esa emisora debió lidiar con el criterio de programación, por cierto bastante conservador, que imponían las autoridades de la casa de estudios.
Bolocco ya está en la cuenta regresiva para convertirse en la esposa del riojano. Fue Miss Universo, se casó con un productor de televisión estadounidense, llegó a conductora del noticiero de la CNN, se separó de su marido, volvió a Chile y trabajó en la emisora de la Universidad Católica. Su larga trayectoria profesional y afectiva tendrá a partir de mañana un capítulo más, seguramente definitorio. Aunque no lo quiera, el matrimonio con Menem opacará –para bien o para mal– todas las vivencias acumuladas en sus 36 años.

Informe: Martín Piqué.

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