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Siete tiros de respuesta a una derrota electoral

En las elecciones autonómicas vascas de hace dos semanas, el partido de la ETA perdió siete de sus 14 bancas. Ayer la ETA produjo su primera reacción matando al director financiero de un diario.

El auto en llamas con
que seconsumó el atentado.
La ETA los destruye como forma
de suprimir evidencia.

Por Carolina Bilder
Desde Madrid

ETA volvió a cumplir sus amenazas al confirmar, una vez más, que los periodistas y los medios de comunicación siguen siendo uno de sus objetivos prioritarios. A cara descubierta, dos etarras asesinaron ayer a la mañana al director financiero de El Diario Vasco, Santiago Oleaga Elajabarrieta, cuando se encontraba en un estacionamiento frente al Hospital Matía, en el Paseo de los Pinos de la ciudad de San Sebastián. Oleaga no llevaba escolta porque no estaba amenazado por ETA. Pero la sede del periódico en el que trabajaba, que pertenece al poderoso Grupo Correo, fue blanco fallido de ETA unos meses atrás cuando intentaron dinamitarla. Tanto el director del diario, Gabriel Mugica, como el consejero delegado del Grupo, José Bergareche, fueron incorporados en la lista de víctimas de la organización independentista vasca.
Como era previsible, ETA no detuvo su ofensiva tras las elecciones autonómicas celebradas en el País Vasco el pasado 13 de mayo. En apenas 12 días, envió una carta bomba que le arrancó dos dedos al periodista vasco Gorka Landaburu –y que precisamente ayer fue dado de alta– e intentó asesinar sin éxito hace 48 horas a un vigilante de la Universidad del País Vasco. Pero esta vez no falló. Los resultados de las pruebas balísticas mostraron que Oleaga cayó víctima de siete tiros efectuados por dos personas con dos armas distintas: tres disparos en la cabeza, tres en la espalda y uno en el cuello. Las primeras investigaciones señalan como posibles autores del asesinato a miembros del Comando Donosti, quienes habrían recibido cobertura de al menos otra persona que se encontraba en un Renault 5 que más tarde hicieron estallar en un barrio de esa localidad. Los investigadores están ahora averiguando si fueron los mismos que el 23 de marzo de este año asesinaron de un tiro en la cabeza al concejal socialista Froilán Elespe.
Oleaga trabajaba hacía 22 años en el diario. Tenía 54 años, una mujer y dos hijos de 17 y 21 años. Aunque nunca había sido amenazado por ETA, al parecer los etarras seguían sus movimientos desde hacía al menos una semana. Sabían que no llevaba escolta y que todas las mañanas concurría al hospital Matía, donde se realizaba un tratamiento de rehabilitación para recuperarse de una lesión en el hombro. Dolidos e indignados, más de 200 periodistas se concentraron ayer frente a la puerta del diario vasco para protestar contra el asesinato y solidarizarse con la familia de Oleaga.
Todos los partidos políticos, salvo Euskal Herritarrok, condenaron el asesinato. Antes de partir hacia la sede del diario, el lehendakari del País Vasco, Juan José Ibarretxe, declaró que “ETA intenta recuperar matando lo que perdió en los urnas”. Luego convocó a una concentración para hoy al mediodía en la ciudad de San Sebastián para “dar una respuesta democrática contundente”. Por su parte, los periodistas se reunirán en el Peine de los Vientos, como hacen siempre que hay un atentado, donde leerán un manifiesto para defender la libertad de expresión ante el aumento de las acciones de ETA contra los periodistas y los profesionales de los medios de comunicación. Oleaga es el número 31 de la lista de muertos desde que ETA rompió la tregua, en enero de 2000.

 


 

EL PAPA CERRO AYER EL CONSISTORIO
El Vaticano sin cambios

El acontecimiento más esperado por los progresistas dentro de la Iglesia Católica y más temido por los reaccionarios no ocurrió. El Papa convocó a 155 cardenales al mayor consistorio (reunión) de la historia, pero no lo hizo para anunciarles que renunciaba, tres días después de haber cumplido 81 años. Cuando muera Juan Pablo II, los cardenales, reunidos en cónclave, serán los electores del nuevo pontífice, y uno de ellos será el elegido. El 90 por ciento de los cardenales reunidos en el Vaticano desde el lunes fueron elegidos por el mismo Juan Pablo II, quien ayer
cerró el consistorio con una misa concelebrada en San Pedro que contribuyó a consagrar la continuidad de su pontificado y de la inquebrantable autoridad papal.
Todo apunta a que de momento no se producirán cambios sustanciales de rumbo en la Iglesia. Las circunstancias actuales, con un Papa que se dispone a completar 23 años de pontificado, el más largo del siglo XX, no son las más idóneas para afrontar grandes transformaciones. Los cardenales aprovecharon la reunión, a cuyo fin se pidió por la paz en “Tierra Santa”, para conocer cara a cara las distintas tendencias que existen en la Iglesia actual. En estos momentos existen dos frentes claramente diferenciados, el de los partidarios de que el próximo Papa sea latinoamericano, la región del mundo donde viven la mitad de los católicos, y el de los defensores de un papa italiano, nacionalidad de prácticamente todos los Pontífices anteriores.

 

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