Por Carolina Bilder
Desde
Madrid
ETA volvió a cumplir
sus amenazas al confirmar, una vez más, que los periodistas y los
medios de comunicación siguen siendo uno de sus objetivos prioritarios.
A cara descubierta, dos etarras asesinaron ayer a la mañana al
director financiero de El Diario Vasco, Santiago Oleaga Elajabarrieta,
cuando se encontraba en un estacionamiento frente al Hospital Matía,
en el Paseo de los Pinos de la ciudad de San Sebastián. Oleaga
no llevaba escolta porque no estaba amenazado por ETA. Pero la sede del
periódico en el que trabajaba, que pertenece al poderoso Grupo
Correo, fue blanco fallido de ETA unos meses atrás cuando intentaron
dinamitarla. Tanto el director del diario, Gabriel Mugica, como el consejero
delegado del Grupo, José Bergareche, fueron incorporados en la
lista de víctimas de la organización independentista vasca.
Como era previsible, ETA no detuvo su ofensiva tras las elecciones autonómicas
celebradas en el País Vasco el pasado 13 de mayo. En apenas 12
días, envió una carta bomba que le arrancó dos dedos
al periodista vasco Gorka Landaburu y que precisamente ayer fue
dado de alta e intentó asesinar sin éxito hace 48
horas a un vigilante de la Universidad del País Vasco. Pero esta
vez no falló. Los resultados de las pruebas balísticas mostraron
que Oleaga cayó víctima de siete tiros efectuados por dos
personas con dos armas distintas: tres disparos en la cabeza, tres en
la espalda y uno en el cuello. Las primeras investigaciones señalan
como posibles autores del asesinato a miembros del Comando Donosti, quienes
habrían recibido cobertura de al menos otra persona que se encontraba
en un Renault 5 que más tarde hicieron estallar en un barrio de
esa localidad. Los investigadores están ahora averiguando si fueron
los mismos que el 23 de marzo de este año asesinaron de un tiro
en la cabeza al concejal socialista Froilán Elespe.
Oleaga trabajaba hacía 22 años en el diario. Tenía
54 años, una mujer y dos hijos de 17 y 21 años. Aunque nunca
había sido amenazado por ETA, al parecer los etarras seguían
sus movimientos desde hacía al menos una semana. Sabían
que no llevaba escolta y que todas las mañanas concurría
al hospital Matía, donde se realizaba un tratamiento de rehabilitación
para recuperarse de una lesión en el hombro. Dolidos e indignados,
más de 200 periodistas se concentraron ayer frente a la puerta
del diario vasco para protestar contra el asesinato y solidarizarse con
la familia de Oleaga.
Todos los partidos políticos, salvo Euskal Herritarrok, condenaron
el asesinato. Antes de partir hacia la sede del diario, el lehendakari
del País Vasco, Juan José Ibarretxe, declaró que
ETA intenta recuperar matando lo que perdió en los urnas.
Luego convocó a una concentración para hoy al mediodía
en la ciudad de San Sebastián para dar una respuesta democrática
contundente. Por su parte, los periodistas se reunirán en
el Peine de los Vientos, como hacen siempre que hay un atentado, donde
leerán un manifiesto para defender la libertad de expresión
ante el aumento de las acciones de ETA contra los periodistas y los profesionales
de los medios de comunicación. Oleaga es el número 31 de
la lista de muertos desde que ETA rompió la tregua, en enero de
2000.
EL
PAPA CERRO AYER EL CONSISTORIO
El Vaticano sin cambios
El acontecimiento más
esperado por los progresistas dentro de la Iglesia Católica y más
temido por los reaccionarios no ocurrió. El Papa convocó
a 155 cardenales al mayor consistorio (reunión) de la historia,
pero no lo hizo para anunciarles que renunciaba, tres días después
de haber cumplido 81 años. Cuando muera Juan Pablo II, los cardenales,
reunidos en cónclave, serán los electores del nuevo pontífice,
y uno de ellos será el elegido. El 90 por ciento de los cardenales
reunidos en el Vaticano desde el lunes fueron elegidos por el mismo Juan
Pablo II, quien ayer
cerró el consistorio con una misa concelebrada en San Pedro que
contribuyó a consagrar la continuidad de su pontificado y de la
inquebrantable autoridad papal.
Todo apunta a que de momento no se producirán cambios sustanciales
de rumbo en la Iglesia. Las circunstancias actuales, con un Papa que se
dispone a completar 23 años de pontificado, el más largo
del siglo XX, no son las más idóneas para afrontar grandes
transformaciones. Los cardenales aprovecharon la reunión, a cuyo
fin se pidió por la paz en Tierra Santa, para conocer
cara a cara las distintas tendencias que existen en la Iglesia actual.
En estos momentos existen dos frentes claramente diferenciados, el de
los partidarios de que el próximo Papa sea latinoamericano, la
región del mundo donde viven la mitad de los católicos,
y el de los defensores de un papa italiano, nacionalidad de prácticamente
todos los Pontífices anteriores.
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