Por Luis Bruschtein
Enviado
especial a La Rioja
La torta pesa 600 kilos, tiene
tres pisos y 1500 huevos. Llegó el Día D para Carlos Menem
y Cecilia Bolocco. Todo lo que se habló y se dijo, el desplante
de Zulemita, los desvelos del novio con la Justicia, los fracasos matrimoniales
anteriores, la dispensa papal que no llega para Cecilia, todo quedará
atrás cuando la rutilante pareja estampe su firma en el acta del
Registro Civil. Por las radios locales invitan a participar en el locro
popular y fiesta que se hará este mediodía en el Polideportivo
Carlos Menem. Los riojanos se aprestan a festejar, como si bajara el riesgo
país o se repartieran planes Trabajar, estas pocas alegrías
que les han quedado a los argentinos después de diez años
de matrimonio con Carlos Menem.
El momento culminante será hoy a las 11 de la mañana en
la Residencia de los Gobernadores riojanos, sobre la avenida Perón,
donde en íntima ceremonia los novios se casarán ante las
leyes argentinas. Los testigos serán los tres hermanos de Cecilia,
Juan Pablo, Verónica y Diana, y los tres hermanos de Menem, Eduardo,
Amado y Munir. Después firmarán todos los que quieran, como
invitó el novio. Habrá unos 80 invitados entre familiares
y compañeros menemistas, con lo que el acta de este matrimonio
tendrá varias hojas. De allí, los novios y su comitiva se
trasladarán dos cuadras sobre la misma avenida hasta el Polideportivo,
donde se realizará la fiesta popular.
Ayer, la mayoría de los invitados todavía no había
llegado. En Anillaco estaban Carlos Spadone con su familia, en la casa
que construyó frente a La Rosadita, y también
la esposa de Carlos Alderete, que tiene, a su vez, una casa junto a la
de Spadone. Y en el aeropuerto de La Rioja, la romería que promovió
la guardia de varias decenas de periodistas y la gran cantidad de riojanos
que aprovechó el feriado para saludar a Cecilia Bolocco fue interrumpida
por la llegada de la diputada Marta Alarcia y el defensor legal de Carlos
Menem en la causa por tráfico de armas, Oscar Roger (ver aparte).
También aterrizó Ximena Campbell, la secretaria privada
y mejor amiga de Cecilia Bolocco.
Todos llegaron en vuelos particulares y el arribo de Campbell fue un adelanto
de lo que sería el aterrizaje de la familia BoloccoFonk,
como diría León Gieco. La gente y los periodistas corrieron
en montonera los 400 metros de campo y tierra que separa los hangares
de vuelos de línea y vuelos privados, que es el que usa Menem.
Los periodistas cargaban cámaras, trípodes y micrófonos,
y la gente, a sus chicos en andas. La polvareda que se levantó
de ida y vuelta, porque la mujer salió finalmente por la estación
pública, parecía el éxodo jujeño.
El arribo de Cecilia Bolocco, que fue la estrella de la jornada, estaba
anunciado para las 16, pero la partida del avión particular que
la traía junto con su familia don Enzo padre, doña
Rosemarie Fonk madre y sus tres hermanos se demoró varias
horas. Ese tiempo bastó para que se amontonara una legión
de periodistas y parroquianos que hicieron picnic en la placita que está
frente al aeropuerto. Rápidamente se armó un picado entre
periodistas y pobladores en una canchita al costado, la gente se mimetizó
con los periodistas y se movía inquieta por la tardanza, preguntando
sobre horarios de llegada y agenda de actividades.
En el bar del aeropuerto se escuchaba la cumbia estamos locos, locos,
locos, por la Bolocco, que salía de la televisión
y todo el mundo hacía declaraciones a los móviles que debían
alimentar un espacio muerto por el feriado. Un señor de traje negro
y corbata que llegó en un Renault Fuego lleno de antenas, de color
verde y llamaradas anaranjadas en los guardabarros, dijo a las cámaras
que era parapsicólogo y amigo personal de Menem, al que venía
a saludar y agradecer. Aclaró que su amigo no necesita parapsicólogo
de ningún tipo, por lo que estaba allí a título personal.
Otro señor, furioso por comentarios que se hicieron en un programa
de televisión que irritaron a los riojanos, porque aseguran que
los trataron de indios, agarró a sus dos hijos, les puso una vincha
con plumas, él se puso otra, se subieron a la motoneta y se fueron
al aeropuerto. El hombre y los hijos con vincha y pluma fueron aplaudidos
por un grupo de taxistas igualmente ofendidos, pero todo terminó
entre declaraciones periodísticas y firma de autógrafos.
Los periodistas estaban transpirados y con tierra en el cuerpo por el
fulbito y la corrida. Allí está Palito; No,
es Mirtha Legrand, decía la gente que trataba de identificar
a los pasajeros que llegaban.
Fue una espera dura, cualquiera diría que se trataba de menemlandia,
pero en realidad Menem la pasó bomba ese tiempo. El jueves a la
noche durmió en la casa del ex presidente del Banco de La Rioja,
Elías Saad, en un hermoso paraje en las afueras de la ciudad, camino
a la quebrada. Después jugó al golf y almorzó en
la casa del diputado Raúl Chacón, cercana a los links. El
gobernador Miguel Angel Mazza se hizo la rabona de los actos del 25 de
Mayo y acompañó al ex presidente en su actividad deportiva,
lo cual aquí parece ser de lo más normal. Sin duda, es más
fácil ser Menem que periodista. No quiso ver a los periodistas
porque dijo que hoy dedicará a ellos parte de su tiempo.
Cuando llegó el avión desde Chile con la familia BoloccoFonk,
a las 20.30, se produjo otra corrida porque esta vez, efectivamente, salía
por el hangar de los vuelos privados. Fue una verdadera masacre, pero
la rubia no hizo declaraciones y marchó al encuentro de su prometido.
Algunos decían que, en ese momento, sus compañeros y amigos
del PJ le estaban haciendo la despedida de soltero en una quinta de las
afueras.
La gente se desilusionó después de tanta espera y el aeropuerto
fue quedando vacío. En el camino de la ciudad al aeropuerto había
unos carteles que daban que pensar. El jueves, cuando Menem llegó
al campo de golf, una periodista le preguntó si no se sentía
feliz al faltarle sólo dos días para su matrimonio. Menem
se dio vuelta y respondió que más feliz se sentía
porque faltaban sólo dos años y medio para volver a la Presidencia
de la República. Después dijo que era una broma, pero ayer
en todo el camino al aeropuerto había unos carteles con la foto
de la flamante pareja, una especie de foto oficial, con la leyenda Menem
presidente para el 2003. El zorro, en este caso Menem, pierde el
pelo pero no las mañas.
El abogado, presente
Uno de los primeros en arribar ayer al aeropuerto de La Rioja
fue el defensor legal de Carlos Menem en la causa por venta ilegal
de armas a Croacia y Ecuador, el abogado cordobés Oscar Roger.
Aclaró que llegaba en condición de invitado a la boda,
pero reconoció que iba a informar a su defendido sobre los
últimos hechos producidos en la causa, sobre todo el procesamiento
de Emir Yoma. Nosotros esperábamos que sucediera, pero
nos extrañó que se adelantara tanto. Pensábamos
que sería dentro de un mes por lo menos. Aunque no
quiso especular sobre la causa de este adelanto, quedó en
el aire que el menemismo asume que se trata de una conspiración
contra su líder.
|
LA
CECI Y LOS PROBLEMAS JUDICIALES DE SU POLOLO
En las buenas y en las malas
Ni bien pisó suelo riojano,
Cecilia Bolocco se enfrentó con su primer obstáculo en la
Argentina: un enjambre de periodistas y curiosos la rodeó, dándole
una tumultuosa bienvenida a la ex Miss Universo. Previo a su llegada a
La Rioja, Bolocco, en un fugaz paso por Mendoza, había dicho que
estaba ilusionada con tener un hijo con Carlos Menem, alimentando
los rumores que señalan que la conductora chilena podría
estar embarazada.
No existen malos momentos para estar con la persona que uno ama,
dijo Bolocco, ante la requisitoria periodística en el aeropuerto
Francisco Gabrielli, de la capital mendocina. También tuvo tiempo
para hablar sobre el estado de ánimo del ex presidente, que tendrá
que declarar en la causa por la venta ilegal de armas a Croacia y a Ecuador.
Yo lo veo tranquilo, uno está en los buenos y en los malos
momentos junto a la persona que ama, dijo la ex periodista de la
CNN.
Bolocco, elegantemente vestida de negro y escoltada por varios custodios,
aseguró que el amor es lo más importante y lo único
que mueve a esto, intentando ahuyentar suspicacias. Todo lo
que quiero es estar junto a Carlos y tomar su mano, agregó.
Los problemas familiares que originó el anuncio de su boda también
se hicieron presentes. Yo no la conozco, dijo Bolocco, refiriéndose
a Zulemita Menem, que se opuso a que la fiesta de casamiento se hiciera
en la mansión que el ex jefe de Estado posee en Anillaco. La ex
Miss Universo añadió que ve a Menem muy feliz, y es
lo que decidió para su vida. Además, descartó
que el ex presidente le haya sugerido postergar la boda. No hablamos
de eso ni me lo dijo, al contrario, viene reafirmando esta fecha desde
hace mucho tiempo, indicó.
OPINION
Por Miguel Bonasso
|
El pijama a rayas
E n este país no se puede ser taxativo, pero todo indicaría
que las chances de Carlos Menem de ir preso han aumentado significativamente
en las últimas horas. Los indicios son variados y severos:
la Cámara Federal porteña ordenó que Emir Yoma
siguiera preso y refutó el falaz argumento de la defensa
en el sentido de que no se puede acusar a todo un gobierno
de asociación ilícita sino a algunos de sus
miembros y otros que no lo son, como el ex cuñado presidencial;
el juez Jorge Urso respaldado en su instrucción por
el tribunal de alzada ordenó que el ex presidente no
saliera del país; Carlos Corach, que no se ha caracterizado
por rendir culto a Montesquieu, fue a entrevistarse con el actual
ministro del Interior, Ramón Mestre, para ver si el cordobés
es tan devoto de la división de poderes como para negarse
a un arreglito.
Frente a las sombras que se alzan frente a él, Menem ha hecho
varias cosas por arriba y debajo de la mesa. En la superficie ha
manejado con destreza goebbeliana su matrimonio con Cecilia Bolocco,
generando un gran suspenso y el escándalo de Para Ti.
Es triste pero cierto: no poca gente lee las revistas del
corazón. Y mucha menos conoce la cita de Marx (el de
El Capital, no el del megacanje): Lo que en la historia se
da por primera vez como tragedia se repite como farsa. Creíamos
hasta hora que la grotesca Isabel Perón era la farsa de la
trágica Evita, ahora vemos que hay una farsa al cuadrado.
¡Chita la payasá, po!
Por debajo de la mesa, el hombre que ahora asegura que se bancará
lo que sea (es decir, la persecución), pero en
la Patria, hizo gestiones discretas para buscar refugio en
el Uruguay que, por lo trascendido, no fructificaron. Si Menem las
buscó es porque no ignora que a este gobierno donde
Domingo Felipe Cavallo es virtual primer ministro le conviene
que su foto de preso tape (aunque sea por unas horas) las evidencias
del continuado y perpetuo fracaso económico y las dudas sobre
el megacanje. No ignora asimismo que si un juez como Urso ha decidido
después de seis años volverse implacable,
es porque el poder menemista ha entrado en una fase terminal. Tampoco
Estados Unidos, cuya DEA lo investigó como posible lavador
de dinero del narcotráfico, parece muy preocupado por su
suerte. Desde Roma hasta el presente, los imperios no han pagado
bien a sus sirvientes.
Será el 13 de julio o será después, cuando
empiece a removerse y hacerse pública la investigación
por enriquecimiento ilícito, pero es altamente factible que
la Chechi cumpla el sueño de algunas esposas posesivas que
es tener al marido todo el día en el hogar. (En este caso
jugaría a favor la condición septuagenaria del cónyuge
que impone el arresto domiciliario.)
Si esto llegase a ocurrir, se habría cumplido una vez más
la vieja ley de Al Capone, que fue en cana por evadir impuestos
y no por todos los fiambres con que alfombró Chicago. Menem,
por ejemplo, iría preso por un affaire indiscutiblemente
menor a los de ENTel y Aerolíneas. Apenas un negocito de
mierda, de ochenta palos. Pero el valor simbólico de tal
arresto domiciliario se asemejaría en un cierto sentido a
los de Videla y Massera, detenidos por el robo de niños;
aspecto horrendo aunque parcial del terrorismo de Estado que aplicaron.
Sin embargo, así como fue bueno para la República
que los genocidas pagaran aunque fuera un precio bajo, también
lo sería que el hombre que sigue mostrando su rostro sonriente
de novio, de golfista que surfea sobre la hecatombe social que nos
legó, se probase, aunque fuera un solo día, el pijama
a rayas con el coqueto numerito en el pecho.
|
|