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Chacareros descontentos y final abierto en el Valle

Tras los cortes de ruta, la solución al sector fruticultor sólo contempló las exigencias empresarias, con facilidades crediticias para recomponer capital de trabajo. En cambio, los productores siguen esperando un aumento mayor del fondo compensador de precios.

Tras 28 días en la ruta y 11 de corte efectivo, este fin de semana se levantó parcialmente la medida.

Por Claudio Scaletta

Los cortes de rutas de la región del Alto Valle del Río Negro fueron levantados para descomprimir la presión que se había generado frente al fin de semana largo. Sin embargo, luego de 28 días en la ruta y 11 de cortes efectivos, la protesta amenaza con continuar el lunes. Por primera vez en la historia de la región, las bases de las organizaciones de productores, sobrepasando a su dirigencia, impidieron embarcar la fruta en el puerto de San Antonio. La oferta gubernamental de aumentar en 7,5 millones de pesos un fondo de compensación de precios que contaba 11 millones, no conforma a los piqueteros, que demandan ampliarlo a 80 millones, ni a su conducción orgánica, que demanda 40. Quienes sí obtuvieron satisfacción a sus reclamos fueron los sectores empresarios, que recibirán créditos por 60 millones de pesos para “recomponer capital de trabajo”.
La zona frutícola del Alto Valle de Río Negro y Neuquén genera divisas al país por 350 millones de dólares, 270 millones en fruta fresca y 80 millones en jugos que se destinan en su totalidad al mercado estadounidense. La producción frutícola es un típico proceso agroindustrial cuya cadena comienza con el cultivo de las frutas en chacras, sigue por los procesos de embalado y enfriado y se completa con la comercialización, tanto para exportación como al mercado interno. Los actores productivos determinados por esta estructura pueden dividirse en tres: los productores independientes, chacareros que se ocupan de la producción primaria, productores integrados (que además de la producción primaria propia compran a terceros y agregan el embalado y enfriado y, en algunos casos, también la comercialización), y las grandes empresas, que integran el total de la cadena y absorben producción primaria de terceros. Durante las últimas décadas, estos actores fueron sujeto de un fuerte proceso de concentración que agravó las tensiones al interior del sector. El último censo agropecuario realizado por el Indec en 1988 registraba la presencia de 8000 productores. Un trabajo privado registró 6000 en 1993, mientras que un reciente trabajo del Consejo Federal de Inversiones contó 3629.
En la superficie, las tensiones se manifiestan en las pujas de precios. La creciente debilidad relativa de los productores independientes emergente de la concentración económica –aunque no es la única explicación, pues también se suman cuestiones relativas al atraso tecnológico– determinó que reciban un precio cada vez menor por sus productos. Así, la fruta por la que el consumidor final paga entre 1,30 y 2 pesos el kilo, es pagada a su productor por debajo de los 10 centavos, mientras su costo promedio de producción es estimado en 15 centavos.
En otro orden, y del mismo modo que en los restantes ámbitos de la actividad económica, el retraso del tipo de cambio y el elevado costo de los servicios afectaron notablemente la rentabilidad del conjunto del sector. Aunque este proceso fue sostenido en la última década y sufrió las consecuencias de más de 3 años de recesión, en la presente temporada los problemas se agravaron. La baja producción de la campaña anterior –1,17 millones de toneladas frente a un promedio de 1,5 millones– motivada fundamentalmente por razones climáticas –heladas y granizo– se trocó, en la presente, con 1,74 millones de toneladas, en sobreproducción. Consecuentemente, los precios se desplomaron agravando las tensiones del subsistema.
Mientras en octubre pasado se había concertado que los empacadores paguen a los productores, en promedio, 12 centavos el kilo y que el Estado otorgue como compensación un subsidio de 3 centavos, la sobreproducción permitió que las operaciones se pacten a 10 centavos o menos. Paralelamente, los sobrantes destinados a la industria de jugos se pactaron a 5 centavos. La insustentabilidad económica de estos precios hizo eclosión 11 días atrás, cuando la Federación de Productores, que agrupa a la mayoría de los productores independientes, decidió recurrir a una de las pocas modalidades de reclamo que parecen generar algún resultado: cortar las principales rutas de la región (3, 6, 22, 151 y 250). La medida aceleró las negociaciones entre la provincia de Río Negro y la Nación. El gobernador Pablo Verani consiguió que al “Fondo Solidario” provincial de 11 millones de pesos para pagar subsidios, se agreguen 6 millones más aportados por la Nación y 1,5 millones por la propia provincia. Sin embargo, estos 18,5 millones distan aún de los 40 millones reclamados por los productores. El levantamiento provisorio de los cortes de ruta concedido a última hora del jueves con motivo del fin de semana largo -que, sin embargo, no permitirá el paso de camiones que transporten producción frutícola– será un alivio para los problemas de desabastecimiento y traslado que se habían generado. Sin embargo, el aporte de la Nación no aplacó los ánimos de los piqueteros y será difícil que este lunes no continúen con los cortes. A pesar de la amenaza del gobernador Verani –”ya no puedo hacer más, si siguen los cortes de las rutas ya no es problema mío sino de la justicia”, advirtió–, el final está abierto.

 


 

BOMBAS INCENDIARIAS CONTRA LA CASA DE UN GERENTE
A Madrid antes que Aerolíneas explote

Dos bombas molotov fueron arrojadas ayer contra la vivienda de un gerente de operaciones técnicas de la empresa Aerolíneas Argentinas, en Ciudad Evita, según informó la policía bonaerense. Los dos artefactos incendiarios fueron arrojados desde un vehículo que pasó frente a la casa del ejecutivo Roberto Rolli, quien resultó ileso. El impacto de las botellas con combustible provocó daños en la puerta de la vivienda y en el capot del automóvil del gerente, estacionado frente a la propiedad.
En tanto que se confirmó que los ministros Patricia Bullrich y Carlos Bastos viajarán hoy a Madrid para negociar directamente con las autoridades de la SEPI, siguieron ayer las manifestaciones de protesta de distintos gremios que agrupan a trabajadores de Aerolíneas y Austral, que aún no cobraron sus sueldos de abril y cuyo futuro laboral depende de una negociación de gobierno a gobierno (entre Argentina y España) para delinear un programa de recuperación de la empresa. Los trabajadores realizaron una caravana alrededor de la Plaza de Mayo luego de concentrarse frente al Cabildo. Los trabajadores rechazan el denominado Plan Director, que implica la reestructuración de la empresa y que incluye baja de salarios y retiros voluntarios.
El titular de la Asociación del Personal Aeronáutico (APA), Ariel Basteiro, confirmó que hay un compromiso de la empresa de pagar los salarios adeudados de abril el próximo lunes. Sin embargo, aseguró que a los trabajadores de Aerolíneas les resulta “muy difícil creerles ante tanto incumplimiento”. “Esta lucha la lleva adelante todo el pueblo argentino y los usuarios”, remarcó Basteiro, quien estaba acompañado por el titular de la CTA, Víctor De Gennaro.
De Gennaro enfatizó que “Aerolíneas, cuando era una empresa de bandera nacional, daba ganancia y era una de las más seguras del mundo. Ahora se han cerrado rutas y se dejaron ciudades sin comunicación”, denunció. Posteriormente, los trabajadores continuaron la protesta frente a la Embajada de España (adonde un día antes habían concurrido los agrupados en los gremios que adhieren a la CGT disidente de Hugo Moyano). Tras manifestar su repudio a la actitud del gobierno español, continuaron la marcha (a pie) rumbo al Aeroparque Jorge Newbery.

 

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