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EL EJECUTIVO SE ILUSIONA CON REVERTIR PRONTO LA CRISIS
El canje sólo entusiasma al Gobierno

El presidente De la Rúa habló de una �incipiente reactivación�
y se quejó de los pesimistas. El mercado tiene dudas.

Cavallo repasa; De la Rúa espía. Marx le explica a Lombardo (Salud) detalles del canje de deuda.

“Ya se vislumbran indicadores que marcan una incipiente reactivación, pero me preocupa que cuando hay síntomas positivos me los aplasten los pesimistas”, se lamentó ayer Fernando de la Rúa, quien más allá de quejarse por la incomprensión también se manifestó esperanzado por las posibilidades que abre el megacanje de deuda para superar la recesión. “¿Creen que yo no sé las cosas que pasan en la calle? Yo recibo gente de todos los sectores sociales y no estoy distante de sus problemas”, añadió, sensibilizado tras participar de la austera celebración del 25 de Mayo en la Catedral de Buenos Aires. La ilusión del Presidente por ver que el trueque de títulos públicos cambie el humor de los mercados y dé paso a una etapa expansiva no es compartida, sin embargo, con la misma intensidad por los operadores financieros con los que intenta congraciarse.
“Una vez que los mercados financieros se recuperen de la conmoción del canje, la gente comenzará a aburrirse y a decir: okey, y ahora qué estamos buscando en Argentina”, fue la vitriólica descripción de Freddy Thomsen, economista senior de ING Barings en Buenos Aires. Tras la presentación formal del megacanje, realizada anteayer por Domingo Cavallo, la reacción mayoritaria de los operadores fue de escepticismo. “No veo cuál va a ser la fuente del crecimiento económico”, dijo, por ejemplo, Walter Molano, de BCP Securities, uno de los analistas de moda entre el establishment financiero. “El canje no va a ayudarles a reducir los impuestos. La gente realmente no cree que los problemas vayan a resolverse en el largo plazo”, agregó.
El ministro de Economía expondrá el próximo miércoles en Nueva York las características de la operación, buscando seducir a un centenar de banqueros para que se sumen al canje. Por su parte, Daniel Marx y Julio Dreizzen, del área de finanzas del Palacio de Hacienda, irán a las principales plazas de Europa con la misma misión. El cambio de bonos con vencimiento en los próximos cuatro años por otros a 5, 7, 17 y 31 años se realizará durante la próxima semana, y el resultado se dará a conocer el lunes 4 de junio.
En la city se especula que la mayor parte del canje se hará en Argentina. En Economía, aunque no lo dicen, comparten la hipótesis. El director gerente de Goldman Sachs, Jorge Mariscal, consideró que esa actitud obedecería a la falta de confianza en una pronta recuperación económica. “El canje es una parte, pero no la totalidad de las medidas que necesita la Argentina”, aseguró, para recomendar la remanida receta del establishment. “Se requiere un esfuerzo adicional de recorte del gasto público y una reforma más profunda del Estado”. Francis Freisinger, economista de Merril Lynch, dijo en la misma línea que “Argentina tendrá que convencer a los mercados que su programa económico es viable a largo plazo. Esto requerirá una recuperación firme del crecimiento en el segundo semestre, aunque seguimos dudando si eso será posible”.

 

Salvavidas para el real

El Banco Central de Brasil intervino ayer por segundo día consecutivo en el mercado cambiario para detener la escalada del dólar comercial, que por la mañana subió un 1,27% y alcanzó una cotización sin precedentes de 2,378 reales, informaron fuentes oficiales. Para calmar al mercado, el banco emisor ofreció 2000 millones de reales (851 millones de dólares) en Notas del Banco Central Serie Especial, con vencimiento al 14 de marzo del 2002. Esos títulos, además de pagar intereses, son corregidos por la variación cambiaria, lo que garantiza protección para los compradores en caso de crisis. Con su intervención, el Banco Central logró que la divisa de EE.UU. retrocediera hasta los 2,340 reales, un 0,25% por debajo de la cotización al cierre de la víspera, que fue de 2,348 reales.

 

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