El chaleco antibalas, esta vez,
cumplió su misión. El beneficiario fue el cabo de la Policía
Federal Marcelo Ibarra, atacado a balazos en Moldes al 4400, en el barrio
porteño de Saavedra, donde custodiaba una camioneta Toyota 4x4
robada poco antes por dos hombres y abandonada allí luego de ser
detectada por el sistema de seguimiento de vehículos de la firma
Lo Jack. En eso estaba Ibarra cuando, empecinados, los ladrones volvieron
por el vehículo y, sin abrir la boca, optaron por el lenguaje de
las armas: le dispararon al cabo justo al pecho. El policía cayó
al piso, sacudido por el impacto a quemarropa, pero segundos después
como si fuera parte del guión se levantó, se
subió a su auto particular y salió detrás del rodado.
La tozuda persecución terminó a las tres cuadras, en Correa
y Cabildo, donde Ibarra detuvo el coche, abrió la puerta y se desmayó.
Salvó su vida porque el chaleco amortiguó lo que hubiera
sido una herida mortal y la redujo al grado de traumatismo. Ahora se recupera
en el Hospital Churruca y la Toyota fue localizada, otra vez, por Lo Jack.
La Toyota 4x4 Hilux SW-5 fue ocupada por los ladrones a las 7 de la mañana,
cuando el sol del 25 de Mayo venía asomando. Se la llevaron de
la puerta de la casa de su dueño, quien de inmediato llamó
a Lo Jack. Desde la empresa, que tiene su lugar de operaciones en el Departamento
Central de la Policía Federal, no sólo detectaron el vehículo
mediante su sistema de seguimiento satelital, sino que también
accionaron un dispositivo especial para sus clientes que interrumpe el
pase de combustible en el rodado buscado. La Toyota, por eso, se plantó
en Moldes al 4400 y sus ocupantes descendieron y se largaron, lo que parecía
indicar que desistían de su propósito inicial.
Un patrullero de la comisaría 53ª, a la que pertenece Ibarra,
llegó al lugar, constató el escape de los ladrones y dejó
de consigna al cabo para que aguardara la llegada de los peritos, quienes
tenían la misión de encontrar huellas que orientaran hacia
la detención de los responsables del intento de robo. En eso estaba
Ibarra cuando los ladrones regresaron a la escena del robo y sin más
le dispararon al cabo apuntándole al pecho, con intención
de terminar rápido toda posible discusión.
Como Lo Jack había constatado ya la recuperación del vehículo
robado, había desactivado el dispositivo que anula el pase de combustible
y los ladrones pudieron seguir su ruta. Ibarra, duro de matar, se levantó
y a bordo de su auto particular emprendió la difícil persecución.
En estado de shock por el impacto recibido, sus fuerzas lo abandonaron
en la esquina de Correa y Cabildo. El auto se detuvo, la puerta se abrió
y el policía cayó al piso, esta vez desmayado. Esa fue la
secuencia que observaron los transeúntes, quienes auxiliaron al
uniformado, que primero fue llevado al hospital Pirovano y luego al Churruca.
El diagnóstico médico dijo que Ibarra sufrió una
contusión abdominal, en la zona espinal, producida por el
impacto del proyectil a través del chaleco antibala, que
impidió que el balazo provocara una herida grave. Luego del segundo
pedido de búsqueda, Lo Jack volvió a ubicar a la camioneta,
en el interior de una playa privada de la Capital Federal. El vehículo
fue recuperado, pero los ladrones seguían sin aparecer.
FALTA
DE MERITO AL JEFE DE POLICIA
Un respiro para Santos
El jefe de la Policía
Federal, Rubén Santos, seguirá en la cuerda floja en la
causa que investiga su presunta participación en una organización
ilícita compuesta por uniformados, sospechada de haber cometido
estafas en el cobro de los servicios de policía adicional en los
estadios de fútbol. El juez Julio Lucini dictaría la semana
próxima su falta de mérito, lo que significa
que ni lo procesa, ni dicta su sobreseimiento, de manera que seguirá
siendo investigado. En la misma situación quedarían otros
dos policías sospechados, según un despacho de la agencia
DyN que cita fuentes judiciales. Lucini tiene que resolver la situación
procesal de Santos y de otros 19 jefes policiales, algunos de los cuales
sí podrían ser procesados, de acuerdo con fuentes consultadas
por Página/12.
La falta de mérito está comprendida en el artículo
309 del Código Procesal y se dicta una vez vencido el término
de diez días hábiles desde la indagatoria del acusado, plazo
ya superado en el caso de Santos. El juez toma la decisión cuando
no encuentra razones para procesar y tampoco para desvincular totalmente
de la causa.
Al parecer, los que quedarían en la misma situación de Santos
serían los actuales titulares de la División Reuniones Públicas
y Seguridad en el Deporte, comisario Oscar Del Bagge, y el jefe de la
Circunscripción Sexta, que abarca a las comisarías 10ª,
11ª, 12ª, 13ª, 34ª, 38ª y 50ª, comisario
Alejandro Del Franco.
En la causa ya están procesados siete altos jefes policiales, entre
ellos el ex número tres de la fuerza, comisario Oscar Lissi. Esa
medida fue adoptada, con anterioridad, por el juez Mariano Bergés,
quien estuvo en forma temporal en la causa y fue reemplazado luego por
el doctor Lucini. Ambos actuaron en reemplazo del titular del juzgado,
Gustavo Karam, quien se encuentra con licencia médica.
|