Por Alejandra Dandan
Ruta cinco, kilómetro 75. Villa Flandria, Jáuregui. Provincia de Buenos Aires. Mayo de 2001. Esta historia está basada en un hecho real y Regina Palomar, su protagonista, podría ser la inspiradora de Erin Brockovich, el personaje que a Julia Roberts le valió un premio de la Academia. Regina fue secretaria ejecutiva de Curtasa Curtiembre Argentina SAIC, la curtiembre de Flandria a la que ahora denuncia por contaminación. Es también parte de un pueblo que detectó cromo y mercurio en el agua y buscó ahí explicaciones a los casos de broncoespasmos, alergias, infecciones y al aumento del 200 por ciento de cáncer detectados por la sede local de Lalcec en la última década. Ahora hay resultados: la Universidad de La Plata encontró en un efluente de la curtiembre cinco veces más cromo que en las zonas contaminadas del Riachuelo. La Dirección de Bromatología de Luján detectó filtraciones de cromo en las napas y la Secretaría de Medio Ambiente de la provincia acaba de multar a la empresa en 200 mil dólares. Curtasa no tiene habilitación completa, no ha pagado la multa y aún sigue funcionando. Para la diputada nacional de Frepaso Bárbara Espínola, Jáuregui es en Buenos Aires lo que Las Toscas en Santa Fe, otro pueblo donde se acusa a una curtiembre por la contaminación. Las dos historias se cruzan; los casos de muertes se repiten, pero no hay aquí ningún guión de Hollywood para el epílogo.
La curtiembre tiene el remitente en Villa Flandria. Curtasa SAIC se instaló ahí a mediados de los setenta. Funcionó como empresa mediana con algo más de 200 obreros y una producción de 350 cueros diarios hasta el �94. En ese momento, todo creció: la empresa, la producción y una sucesión de errores e irregularidades que mantuvieron el peligro tóxico en estado latente.
Obligados a procesar el cuero antes de exportarlo, los viejos dueños decidieron alejarse y pasar el dominio a la compañía italiana Leather. Desde el �94, esta fábrica vinculada según algunas versiones al clan Yoma no dejó de crecer (ver aparte). Leather contrató 1200 obreros y la producción de 350 cueros diarios pasó a 7500 en los picos máximos.
La historia de pases no se detuvo. Años después, cuando el pueblo empezaba a sospechar que había metales tóxicos en el agua y asociaban eso con la muerte de dos bebés denunciada por un pediatra de Luján, Leather se alejaba de Curtasa. En 1999, el 99,75 por ciento pasó a Deansmoy Limited. El resto es de un italiano y la nueva Curtasa se inscribió con un capital de 10 millones de dólares, cifra que la ubica entre las principales curtiembres del país.
La historia oficial de Curtasa llega hasta ese �94: después, la empresa no ha conseguido habilitaciones oficiales para funcionar.
Regina Palomar creyó alejarse de allí a fines de los 80. Llevaba doce años como secretaria ejecutiva de la gerencia administrativa, formaba parte hasta allí del universo al que cada día volvía buena parte de Flandria. Renunció cuando su área se mudaba a Buenos Aires y nunca pensó que al tiempo volvería a la fábrica, que lo haría a escondidas y para arrancarle a la empresa los secretos ocultos en pequeñas dosis de barro.
H2O
La Erin Brockovich de Jáuregui es esa mujer tan alta como alguno de los troncos de árboles que vuelven verde selva a esta franja del conurbano. Vive hace 52 años junto a la orilla del río Luján por donde ahora camina, afirmando en el barro los tacos finos y tozudamente firmes de secretaria privada. Regina busca ahí una desembocadura. Se desplaza hasta un canal que desagota justo en el río: �Desde acá �señala ella� sacamos la muestra que tenía el cromo�.
El canal es una suerte de zanja, un cordón de fluidos tramposos y turbios, que llega desde el corazón del pueblo, de un desagote de Curtasa. En diciembre, Regina extrajo de ahí la muestra de sedimentos que analizóel departamento de Química de Ciencias Exactas de La Plata. En ese punto del río, se encontraron los 18 mil miligramos de cromo por kilo de barro y ella supo que Jáuregui estaba de pronto más cerca del Riachuelo (ver aparte).
Esta entrada clandestina que penetra hasta una de las zonas más oscuras de Curtasa tiene un ingreso largo como el recorrido por Regina en los últimos cuatro años.
�Fue cuando me tocó a mí �dice Regina reuniendo en su historia la de cada uno de los pobladores de Jáuregui que han decidido ocupar la primera línea del frente�: fue cuando descubrí que mi hijo estaba mal por el agua�. Gustavo, su hijo menor, empezaba a tener ataques de pánico y un psiquiatra encontró en el agua una posible explicación de sus trastornos psíquicos.
Mientras Gustavo comenzaba su análisis, varios vecinos empezaban a recoger muestras de agua, inquietos por la denuncia de un pediatra. El médico del hospital de Luján aseguraba que la muerte de dos bebés de Jáuregui estaba vinculada a la contaminación del agua. Los vecinos formaron entonces la comisión H2O y mandaron muestras al Instituto Nacional de Tecnología Industrial y al Departamento de Bioquímica de la UBA. A vuelta de correo supieron que tomaban agua con cromo, ácido sulfídrico y, entre otros metales pesados, mercurio. El valor del mercurio era de 0,48 mg/l mucho más alto que lo establecido por el Código Alimentario Nacional que prescribe dosis máximas de 0,01. Para el psiquiatra de Gustavo el mercurio podía ser la causa de sus males.
A partir de esos resultados, el pueblo se organizó formalmente para pedir la red de agua potable. Cuatro perforaciones marcaron en seguida contaminación en la primera napa, en la segunda y también encontraron cromo en la tercera, a 78 metros de profundidad.
Recién el año pasado, una parte de Jáuregui consiguió agua corriente. Ahora sobre un total cercano a los 12 mil habitantes, sólo un 25 por ciento está conectado a la red, otro 25 se abastece desde una canilla en la puerta de calle y el otro 50 por ciento sigue con el agua de pozo.
Cecilia de Viotto vive en el barrio obrero, es la mujer de Dino Viotto, rector del colegio Lasalle. �En mi casa �dice� el agua daba nitratos y nitritos en muy alto nivel y mercurio�. Su hijo tenía en la piel excemas con llagas supurantes. Los especialistas le prohibieron el consumo de agua y recomendaron �que, como no podíamos bañarnos con agua mineral, al menos limpiáramos bien las heridas con agua buena�. El hijo de los Viotto mejoró con los primeros cambios.
La peste
Aun así, con estos cuidados y los controles sobre el agua, no se pudo detener en Jáuregui el espesor de una peste capaz de asumir aquí formas disímiles y etéreas a la vez.
Hay un hijo de Regina con rinitis, hay un hijo de los Viotto con broncoespasmos crónicos. Hay mil modos de cáncer que nadie puede vincular aún con los tóxicos aspirados y consumidos durante más de cuarenta años en el agua. �Y el olor, el olor es una cosa que cerrás las puertas, cerrás, cerrás y no lo podés parar�. Quien habla es Marta Arzani, está dentro de un auto desde donde repasa perfiles de casas y de historias como la suya ahora que hace un año se le declaró cáncer. �Y al lado �está diciendo� falleció un hombre, en un mes se fue a la miércoles con un cáncer de estómago y a la vuelta se fue una mujer, de un cáncer de piel galopante, en dos meses.�
El 75 por ciento de los casos de cáncer se produce por causas externas. En el �99 Jáuregui tuvo un pico de 30 casos, 21 más que los detectados diez años antes. Aquí para el Lalcec se produce el aumento del 200 por ciento en una estadística donde reproducen domicilio, sexo, edad de la persona y origen. En ese año, se desencadenaron patologías con influencia externa. Hay una mujer de 37 años con cáncer de piel y un hombre de 70 deFlandes con cáncer de próstata y de piel. Para contradecir la supuesta incapacidad del cromo trivalente en el origen de enfermedades, las organizaciones exhiben el caso de Antonio Jorge Míguez, un ex obrero de Curtasa de 33 años. En Luján le diagnosticaron �dermatitis pruginosa de características urticarianas�. La ART de la empresa rechazó �de plano� ese diagnóstico. Un nuevo examen del Hospital de Clínicas confirmó el anterior y más tarde la comisión médica de la Superintendencia de Riesgos de Trabajo aceptó el diagnóstico: un acta del 19 de abril del �99 determina: �Padece dermatitis crónica por hipersensibilidad al cromo de origen laboral, con incapacidad permanente, parcial y definitiva del 27 por ciento, atribuible a su trabajo en Curtasa�.
Los datos y la repetición de enfermos convierten al pueblo en una ruta luctuosa.
Regina está ahora de copiloto en un auto conducido por la diputada. Están buscando la fábrica, la planta de Curtasa que por ley debería alojarse a diez kilómetros de los centros urbanos. Pero en Jáuregui la fábrica está en el pueblo, hay sólo unos metros entre el frente y la primera franja de casas.
Curtasa está en la calle Linares, justo frente a donde vivió 41 años Marta Arzani, la mujer que supo del cáncer �justo ahora que tuve a mi bebé; y mi preocupación está en el bebé: lo engendré teniendo cáncer�.
Curtasa también está frente al número 529, donde hace un año se mudó María Eva López, la abogada y directora del Registro Civil de Jáuregui que hace quince días tuvo que trasladarse a Pueblo Nuevo. Su hijo había comenzado con fatiga y reacciones alérgicas. Cuando María Eva visitó al médico, le dijo que se fuera: �Señora, se tiene que ir de ahí, el problema de todo es la curtiembre�, le explicó. Esa misma tarde, la abogada se fue de Flandria. �Te aclaro �dice ahora� que antes, mucho no lo podía creer. Si bien me solidarizaba con la gente, sentía como que se agrandan las cosas: te tiene que tocar a vos para reaccionar�.
Epílogo
En esto piensa Regina mientras el auto se enfrenta, de pronto, al cementerio. Hace unos meses está ahí, en esa tierra, la abogada de Ecovida, otra de las organizaciones surgida con los tóxicos. Sandra Piazza había sido una de las primeras mujeres del pueblo que detectó metales pesados en los glóbulos rojos de su hija. Sandra murió a los 37 años, su hija ahora cumplió ocho.
La línea del cementerio está cerca. Los muertos acá son especiales: cuando las funerarias de Luján conocen el destino del entierro, ponen una aleación especial a las placas.
No hay datos que demuestren la incidencia directa de los insumos y tóxicos usados en la curtiembre con las patologías de Jáuregui. Para probarlo se necesitan los estudios epidemiológicos que Espínola ya pidió en Santa Fe y ahora pedirá para este pueblo en una audiencia con Medio Ambiente.
Regina vio en la película a Julia Roberts preguntarle a un médico de mentira si el cromo mata.
�Alta toxicidad, altamente carcinógeno �respondió él�: también altera el ADN y el problema se trasmite a los hijos.
Al final de la película Erin Brockovich, la planta compresora PG&E pierde el juicio de acción directa de los damnificados. El epílogo, en tanto, aseguraba que PG&E había dejado de usar trióxido de cromo en sus plantas.
Acá todavía no hay un the end.
Parte de los vecinos involucrados en la
investigación.
A algunos los motivaron sus propias enfermedades o las de sus hijos. |
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Erin también lo hizo
Hollywood estrenó hacia abril del año pasado una película inspirada en la vida de una californiana llamada Erin Brockovich. En el film Erin fue reemplazada por Julia Roberts (en la foto) y convertida por Steven Soderbergh en símbolo del �sueño americano�. Brockovich en la realidad existe. Es una mujer divorciada que, para sostener a su familia, entró a trabajar a un estudio jurídico. Aunque no tenía ningún tipo de formación en leyes ni conocimientos de química, descubrió a partir de una causa que durante treinta años una planta procesadora había contaminado las napas de agua del pueblo. Después de investigar el tema impulsó a 600 familias en un juicio contra Pacific Gas & Electric que pagó 330 millones de dólares a los perjudicados que habían sufrido cáncer, problemas hepáticos, desórdenes renales y enfermedades respiratorias, entre otros males.
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El resultado de las
investigaciones
La curtiembre acusada de contaminar en Jáuregui. |
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Por A.D.
Nadie es capaz de negarlo. Desde diciembre hasta aquí, tres nuevos estudios muestran metales tóxicos en líquidos y sedimentos de la empresa. La Municipalidad de Luján hizo un estudio que remitió a la Justicia federal donde incluso se señala la contaminación en las napas de agua. La Universidad de La Plata detectó cinco veces más cromo concentrado que en el Riachuelo y 180 más que los valores naturales. La Secretaría de Medio Ambiente, por último, multó por 200.000 dólares a la empresa, que apeló la medida. Aquí
Página/12 sintetiza los informes y la discusión sobre el grado tóxico del cromo con la Cámara de Curtiembres en medio de la historia.
Departamento de Química de Ciencias Exactas de La Plata (UNLP): Analizó cuatro muestras de sedimentación en barro, extraídas de un espejo de agua desde la desembocadura del canal de Curtasa hacia el río Luján. El río tiene ahí una pequeña represa que permite mayor sedimentación de los materiales. La doctora Alicia Ronco es la titular del departamento y fue quien llevó a cabo mapeos de contaminación en el Riachuelo. Ronco no conocía el caso Jáuregui; tomó contacto extrañada por los resultados de las muestras.
Mercurio: Los valores máximos encontrados fueron de 1,1 mg/l y los mínimos de 0,18 mg/lt. El compuesto es muy tóxico, más que el cromo.
Cromo: La muestra de valores máximos notó 18.791,6 mg/kg y el mínimo 289,2, ya sobre el río. Las concentraciones naturales de cromo son de 50 a 100 mg/kg. En el Riachuelo, las extraídas en la desembocadura del Dock Sud contienen 3000 mg/kg. Resultado: en ese canal la concentración del cromo quintuplica la del Riachuelo y supera en 180 veces las normales (fuente UNLP).
Para la Cámara de Curtiembres el cromo usado en el tratamiento de cueros es el trivalente y no el seis, que se considera tóxico. Pero existe una ley de máximos y en la provincia es de 0,5 mg/kg para los efluentes de estas plantas. Sobre este punto, el Departamento de Química de la UNLP sostiene que el cromo en cualquiera de sus estados es carcinogénico, aunque su evolución depende del grado de oxidación (transformación) del compuesto. Incluso existen organismos bioacuáticos para los cuales el trivalente, supuestamente más inocuo, es letal. Las pruebas de laboratorio hechas en la UNLP arrojaron los siguientes datos:
Un microcrustáceo (pulga de agua): en el 50 por ciento de los casos estudiados muere con 0,2 mg/l de cromo.
Una planta acuática (lentejitas): en el 50 por ciento de los casos analizados el crecimiento queda inhibido con 0,5 mg/l.
Peces: en el cincuenta por ciento de los casos mueren expuestos a niveles que contengan entre 10 mg/l y 40 mg/l de cromo.
Ranas: en el 50% de los casos, mueren con 24 mg/l.
Secretaría de Medio Ambiente bonaerense:
Emitió en febrero la resolución 118/01 donde dispone una multa de 200 mil dólares para Curtasa Curtiembre Argentina SAIC. �Se ha detectado una alta concentración de cromo trivalente. Los análisis practicados demuestran que es una zona de sedimentación donde se han acumulado vuelcos de largo tiempo, hecho que constituye un impacto negativo para el medio ambiente�. Además le aplicaron una pena accesoria de mil pesos diarios hasta que pueda ajustar la actividad industrial. Curtasa apeló la resolución y aún nadie se ha expedido.
Dirección de Bromatología de Luján:
En diciembre del año pasado analizó muestras líquidas y sólidas del río y de las napas de agua. Los resultados fueron enviados por el intendente Miguel Prince a Héctor Echave, del juzgado federal de Mercedes.
Las muestras líquidas indicaron �que no cumplen con los parámetros legales, sobre nitrógeno amoniacal (NH4) y otras variables como Demanda Química de Oxígeno (DQO) y Demanda Biológica de Oxígeno (DBO). En barro oresiduos semisólidos, encontraron cloruros y dureza �mucho más alto que los normales, lo que hace presuponer inconveniente en la asimilación de la membrana de las cavas iniciando un proceso de contaminación en el acuifero siendo los cloruros elementos de alta migración a través del suelo�.
Este resultado indica la incidencia de los químicos en la contaminación de las napas de agua. La historia de uno de los obreros de Curtasa, quien asegura que lo obligaban a cortar las membranas, da cuenta de esta observación de Bromatología. Ninguno de los equipos encontró esos datos en zonas similares también investigadas.
También Bromatología informa a la secretaria de Política Ambiental de Luján, Claudia Prince, sobre la presencia de cromo. �La fuente de contaminación ha sido el efluente industrial �dice el informe�, no registrándose en las cercanías otra actividad industrial�.
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UN EX OBRERO DE LA CURTIEMBRE CUENTA SUS METODOS
�Había que tapar la mugre�
Julio Orellano contó qué hacía. |
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Por A. D.
Julio Orellano trabajó cinco años en Curtasa: �Yo tapé la mugre -denuncia�: había que eliminar lo que era cromo�. Su relato está entre las pruebas recogidas pacientemente por la gente de Jáuregui.
Página/12 habló con él sobre su paso por la industria donde fue casi �alcahuete�. Así lo menciona ahora que ha dejado rubricado su testimonio, certificado por escribano, en el que explica los métodos de Curtasa para �tapar �dice� la mugre tóxica�.
Orellano dedicó parte de su trabajo a organizar los desechos que deberían verterse en cavas impermeables. �Si la membrana trabaja como corresponde, los pozos se llenan, si no quiere decir que hay fuga a las napas.� Para evitar que las cavas rebalsen, �cortaron las impermeables, para que el agua pase, porque si no se hacía globo�. Con Orellano está Regina Palomar indicando que esas filtraciones ahora son detectadas por centros de monitoreo (ver aparte).
�Se lo juro por Dios �dice el obrero�: yo los tapé, puedo probarlo. Me obligaban a enterrar el cromo y las sales. Era mi trabajo y sabía que era totalmente prohibido. Debe haber dos mil camionadas de barro con cromo afuera, en la quema, porque venía una inspección grande.
Parte de las descargas de la empresa, explica, se dieron como tierra buena a los horneros de la zona. Orellano acusa en este caso a uno de los funcionarios del Seamse por trámites en los que �desparramaba ese barro con cromo después de hacerles firmar a los horneros, un papel donde figuraba que el barro contenía veinte productos químicos y no les decía que además de los livianos como la cal, había otros que eran cromo�. Ahora es la diputada Bárbara Espínola quien escucha a Orellano y aporta: �Es el momento más peligroso porque la horneada convierte el cromo trivalente en hexavalente potencialmente cancerígeno�.
Orellano dice haberse encontrado a Emir Yoma en la fábrica. �El Yoma que está preso vino acá, se bajó de un helicóptero verde y ni siquiera saludó a los gerentes, al otro día nos dijeron que hay que trabajar dos horas más porque vino el dueño y dijo que la producción está muy lerda.� Aunque en el pueblo también circula la versión de una relación de los Yoma con la curtiembre, no ha aparecido documentación que lo avale.
La historia de Julio Orellano está secundada aquí por la de Fabio Paye, operario de la industria durante siete años. �Ellos sabían que yo tenía cromo en el cuerpo �dice Paye�. En la descarga de cueros me picaba la espalda una o dos horas y después me recetaron unas pastillas que eran tan fuertes que me secaban�. |
En Las Toscas
Las Toscas es un pueblo del norte de la provincia de Santa Fe, cuyos habitantes denuncian desde hace años a la curtiembre Arlei SA por contaminación. La oficina local de Lalcec difundió este mes un informe que marca un aumento del 96 por ciento de casos de cáncer entre 1997 y los primeros meses de este año. Por otra parte, muestras analizadas por Greenpeace, tomadas en la red de lagunas donde la empresa descarga los residuos, detectaron niveles de cromo treinta veces más altos que los normales. El cromo usado, según Arlei SA y la Cámara de Curtiembre, es trivalente y por lo tanto no tóxico. La responsabilidad de la empresa en las patologías que comenzaron a manifestarse en el pueblo donde hay problemas de piel, úlceras estomacales, trastornos hepáticos y renales aún no está confirmada. De todos modos, hay 83 casos de perjudicados de modos distintos que preparan un juicio gigantesco contra la empresa. |
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