Por Alfredo Grieco y Bavio
A puertas cerradas, reunidos en Consistorio extraordinario, durante cuatro días sesionaron en el Vaticano 155 cardenales de todo el mundo. Los antagonismos internos de esta reunión sin testigos afloraron en su culminación, el mensaje de compromiso que Juan Pablo II pronunció el jueves durante la misa de la festividad de la Ascensión. El Papa hizo un llamamiento a �reforzar el compromiso misionero� de una Iglesia que debe aproximarse más a los pobres y a los marginados. Y esta naturaleza misionera, se apresuró a aclarar, �se sustenta en la colegialidad episcopal� y en el Papa, �garante de la unidad de Cristo con todos los fieles�. Lo que Karol Wojtyla dijo en lenguaje litúrgico, durante la fiesta que recuerda el ascenso al Cielo de Cristo resucitado 40 días después de Pascua, parece simple: continuidad de la firme autoridad pontificia y de la Curia Romana, y más poder a los obispos y a las iglesias locales sólo en la medida en que se sometan a la Sede Apostólica. De manera más indirecta, algo no menos evidente: el próximo Papa ha de continuar la política del actual.
Un cardenal, un voto
La función más inocultable del Consistorio fue la más callada: que los cardenales se conocieran y supieran por quién votar cuando, más bien antes que después, hayan de elegir reunidos en cónclave al sucesor de un Juan Pablo II que cumplió 81 años el 18 de mayo. Este megaconsistorio incluyó a 44 nuevos cardenales que por primera vez se encontraron cara a cara con la totalidad de sus pares. Fue llamado, en un término que amó la prensa y odiaron los cardenales, �precónclave�. El cardenal arzobispo de Santiago de Chile Francisco José Errázuriz lo reconoció, al admitir que el Papa no los convocaba para eso, pero que ellos aprovechaban para conocerse.
Entre quienes asistieron al Consistorio, a varios latinoamericanos se les atribuyen posibilidades de suceder a Juan Pablo II, como al arzobispo de La Habana Jorge Ortega Alamino, de 64 años, o el de Ciudad de México Norberto Ribera Carrera, de 58. La gran estrella del Colegio Cardenalicio es el hondureño Oscar Rodríguez Maradiaga, de 58 años, excelente políglota, más preocupado por la pobreza en Centroamérica y el mundo que por la teología. Algunos vaticanólogos consideran sin embargo que este salesiano es demasiado joven para dirigir la Iglesia Católica.
Más acá de los nombres, la probabilidad de un futuro Papa latinoamericano es muy alta. La región tiene un peso único al representar, por obra de la eficaz colonización española y portuguesa, la mitad de los fieles católicos del mundo. Es también demográficamente dinámica, como lo demuestra el último censo que en Estados Unidos confirmó a los latinos en el puesto de primera minoría. Hasta ahora, todos los papas fueron europeos. Pero los tiempos de identificar a Europa con la cristiandad han pasado, según reconocen muchos cardenales continentales. Y si Latinoamérica representa el mayor número de fieles, la mayoría de las conversiones proviene de Africa, de la que el Consistorio se ocupó especialmente, y aun de Asia. Una de las acciones más discutidas, aunque sociológicamente menos opinables, del pontificado de Juan Pablo II fue la calificación de Europa como �tierra de misión�: es el continente donde más católicos abjuran de su fe. A pesar de todo, Italia sigue siendo el país con más votos en el Colegio Cardenalicio.
Contraseña: colegial
Los cardenales resumieron en un mensaje final de siete puntos las conclusiones del encuentro, reafirmando en primer lugar �nuestra profundacomunión de fe y amor con el Santo Padre�. Una frase con la que se pretende equilibrar el debate sobre la colegialidad en la Iglesia. Varios de los que han tomado la palabra durante al Consistorio, según declararon varios cardenales a la prensa europea, han reclamado más �colegialidad�. Esta es la palabra, en la jerga de la Iglesia, con la que los eclesiásticos se refieren al mayor peso de los obispos en el gobierno de la Iglesia, a una mayor autonomía y aun prescindencia de las Iglesias locales respecto a la de Roma, en particular en la designación de sus autoridades y tribunales. Otros cardenales, por el contrario, defendieron a ultranza la autoridad del Pontífice.
El signo más visible del disenso fue la entrevista, muy comentada durante la semana, que el brasileño Aloisio Lorscheider concedió al periódico católico francés La Croix. El cardenal de 76 años, conocido activista de derechos humanos, aseguró que el Papa es un �prisionero de los círculos que lo rodean y que lo separan de las raíces de la Iglesia�. Las iglesias locales, aseguró, �sufren, sobre el terreno, de una burocracia distante que es cada vez más sorda�.
Tal como ocurre con los separatismos políticos, a quienes reclaman independencia se les ofrece federalismo. La Iglesia Católica, que en este Consistorio recordó �la herida de la separación�, sabe que los cismas suelen ser terribles, y a nada ha dedicado mejores esfuerzos desde el Concilio Vaticano II que a procurar repararlos, amparada en la doctrina del ecumenismo.
En líneas generales, puede decirse que el centralismo y el unitarismo triunfaron en el Consistorio, al menos si se atiende a los documentos que lo cerraron. Con su mención a ambos poderes, especialmente el del Papa, �garante de la unidad de Cristo con los fieles�, Karol Wojtyla subrayó las prioridades jerárquicas de manera clara. La fórmula de los cardenales es similar. Pero esta es una de las diferencias entre los cardenales, cuya base territorial es débil y que ya, como papables, juegan como protagonistas de la política vaticana, y los obispos, unidos cada uno localmente a su diócesi bien determinada sobre el mapa. El Papa tuvo que aludir el jueves al �Sínodo de los obispos� (un equivalente episcopal del Consistorio) y a su probada eficacia para el cogobierno de la Iglesia. Es muy verosímil que en un Concilio las posiciones hubieran resultado más irreconciliables. Pero con la edad avanzada del Papa, notoriamente al fin de un pontificado que ya resultó el más largo del pasado siglo XX, todos en la Iglesia, y en particular muchos papables, coinciden en que lo más urgente es el problema de la sucesión.
Sexo entre cardenales
No se sabe cuándo será publicado. Pero en el segundo día del Consistorio, el presidente del Concilio Vaticano de la Familia, cardenal Alfonso López Trujillo, anunció que la Santa Sede está redactando un manual de términos sexuales y de la familia. En el manual colaboran 50 expertos católicos en temas como antropología, sexualidad, sociología y psicología.
En la conferencia sobre población de Naciones Unidas de 1994, el Vaticano enfrentó diferencias con grupos de mujeres y otros países en torno del uso y significado en documentos gubernamentales de términos como �salud sexual� y �engendrar�. Esas diferencias incluyeron desacuerdos sobre si la defensa de la �salud sexual� de una mujer podía verse como un término abarcador del derecho al aborto y a los anticonceptivos, que la Iglesia Católica condena. El cardenal estadounidense Anthony Bevilacqua, de Filadelfia, asistente al Consistorio, habló de cómo el concepto del matrimonio estaba cambiando en los países desarrollados. Otros conceptos que se incluyen en este diccionario, descriptiva pero tambiéncondenatoriamente, se refieren a las �parejas no casadas�, las �relaciones a largo plazo de homosexuales� y la �inseminación artificial�.
El anuncio consistorial del diccionario revela una de las mayores inquietudes de la Iglesia: en los países desarrollados, la rebeldía de las poblaciones ante la moralización del sexo impuesta desde Roma es una de las principales razones del alejamiento de la fe católica. No sin angustia, el Papa dijo en el cierre del Consistorio: ante un mundo globalizado y secularizado, los católicos �somos una minoría cada vez más minoritaria�.
Claves
Del lunes al jueves pasado, 155 cardenales de la Iglesia Católica mantuvieron una reunión (�consistorio�) extraordinaria en el Vaticano.
Uno de entre ellos, por debajo de la fecha límite de 80 años, será el sucesor del octogenario Juan Pablo II; la reunión cardenalicia tiene su aproximado equivalente político en los debates de las campañas electorales.
La descentralización de la Iglesia fue uno de los puntos de disenso. Triunfó la posición que insiste en reconocer ante todo la suprema autoridad del Papa, obispo de Roma.
Cuando muera Juan Pablo II, numerosos signos anticipan que podría sucederlo un cardenal de Latinoamérica, región que concentra a la mitad de los 1100 millones de católicos del planeta. No obstante, Italia sigue siendo el país con más votos en el Colegio Cardenalicio.
El anuncio de un nuevo diccionario de términos sexuales y de familia puso de manifiesto una de las mayores inquietudes de la Iglesia: la rebeldía de las poblaciones de los países desarrollados ante la moralización del sexo impuesta desde Roma. |
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