Por
Raúl Kollmann
¿Robar
autos? Noooooo. ¿A quién se lo vendés? Hoy en día
los desarmaderos no quieren que les llevés autos para cortar y
hacer repuestos, porque no tienen a quién vendérselos. Antes,
por un Duna o un Peugeot 405 te daban 600 o 700 pesos, ahora a veces no
te quieren dar ni 100 pesos. Javier -entrevistado por Página/12
en la cárcel traza así un primer diagnóstico
sobre la delincuencia en estos momentos de hiperrecesión. A su
lado, Néstor agrega otros datos alucinantes: También
cambió mucho la piratería del asfalto. Antes hacías
un camión con mercadería, lo metías en un galpón,
arreglabas con la policía y tarde o temprano encontrabas comprador.
Ahora todo cambió: sólo conviene robar un camión
por pedido, o sea si tenés el cliente de antemano. Por ejemplo,
un camión con champagne porque ya arreglaste con un distribuidor
que te lo compra, con un grupo de boliches o con unos chinos
que andan dando vueltas.
Según
se comenta en el mundo del delito, también cambiaron los arreglos
con los policías: antes, los jefes dominaban todo, pero ahora,
con la crisis policial, se rompió bastante la cadena de mando,
por lo cual una buena parte de los arreglos se hacen con los oficiales
que supervisan la calle. La distribución de la droga parece muy
dominada por los uniformados, pero con la recesión empiezan las
duras pujas por los territorios. La falta de plata y la reducción
de las posibilidades de venta cambió también los objetivos:
se busca más que nunca el efectivo, aunque sea poco, que está
en los supermercados, en las cajas de atención al público
de los bancos y, en menor medida, en las estaciones de servicio. La crisis
económica también provoca que se inicien en el delito jóvenes
asustados y sin experiencia. Son ellos los que disparan al primer obstáculo
y producen verdaderos baños de sangre.
Los autos
Los autos que se roban, son casi todos para usar en algún
robo. En general se buscan los más comunes, Renault 19, Duna, Polo,
autos que se puedan confundir con los que andan por la calle, precisa
Javier, El Canario, quien lleva cuatro años en prisión,
pero reitera el viejo refrán de los presos: En la cárcel
se sabe todo. El diálogo es parte de una recorrida de Página/12
por varias cárceles con el objetivo de echarle una mirada a la
ola de seguridad, pero desde el lado de los delincuentes. Dentro de la
prisión se conoce qué es lo que están haciendo las
bandas y, además, llegan los delincuentes que, como se dice en
el argot, perdieron últimamente.
Mire, la clave del robo de autos siempre son los desarmaderos.
¿Por qué?
Si ellos no piden, de nada sirve levantar un coche, porque no hay
a quién vendérselo.
No puede ser tan sencillo.
No lo dude. La clave está en que los desarmaderos están
arreglados con la policía, porque sólo así
pueden funcionar. Le digo que por la situación económica
hasta los arreglos bajaron. Antes un desarmadero le pagaba unos 500 pesos
a la comisaría local, 500 a la Brigada de Investigaciones de la
zona y 700 a la División Sustracción de Automotores. Esos
valores son para desarmaderos en los que no se corta (desarma)
el coche sino que venden los repuestos ya cortados de autos robados. En
las cuevas de corte, el arreglo por ahí llega al doble. Igual,
ahora todo es por menos porque los desarmaderos andan mal, el que necesita
arreglar el auto, por ahí no tiene plata y entonces se necesitan
muchos menos repuestos. Hoy en día, apenas le dan 100 o 200 pesos
por un Renault 19, Siena, Polo o Duna, los autos más buscados,
porque en general los taxistas necesitan repuestos. También te
piden utilitarios y el viejo Peugeot 505, porque ya no hay repuestos.
Mire, está lleno de casos de gente a la que le roban el auto
cuando está por entrar a la casa. No parece haber bajado el robo
de autos.
Lo primero que se busca es plata. Meter a la gente en la casa para
sacarle algo de efectivo. Después se van con el auto, pero siempre
lo dejan tirado en algún lado. La mayoría de las veces,
el coche que se roba es para usar en algún robo, por ejemplo de
un negocio, y después también se deja tirado.
Autoplanes
Del diálogo en las cárceles surge otro dato asombroso: se
han multiplicado por mil los casos de autoplanes que la gente no puede
seguir pagando por falta de dinero y que entran, con una maniobra, al
mundo de la delincuencia. Parece ser que es más rentable hacer
esa maniobra que robar vehículos. El que hace el relato es otro
preso, Luis:
Mire, hay mucha gente que ya no puede pagar las cuotas. Entonces
se empieza a atrasar. La financiera pide el secuestro del vehículo,
porque la garantía es justamente el auto. Pero el pedido de secuestro
es de un juzgado civil y la verdad es que la policía no le da bola.
Además, si a uno lo agarran con un autoplan, le quitan el auto,
pero no va preso. Por eso, ahora lo que se hace es comprar autoplanes.
¿Y cómo es?
La
persona que tiene el autoplan y hace meses que no paga te da el auto y
te cobra, por ejemplo, dos o tres mil pesos. De entrada no denuncia el
robo ni nada por el estilo. Argumenta que prestó el auto y no se
lo devolvieron. Va maniobrando con la Justicia comercial. Mientras tanto
se queda con esos miles de pesos que necesita. Así, comprar un
autoplan es más barato que comprar un auto robado y es difícil
que a uno lo agarren, sobre todo si se usa el auto en una jurisdicción
que no sea la del autoplan. Encima de todo corrés muchísimo
menos riesgo de ir a la cárcel. En el Puente de la Noria, por ejemplo,
hay una camioneta contratada por empresas que trabajan para las financieras.
Si te pescan con un autoplan caído te dicen: Dejá
el auto y tomate un remise, pero uno no va preso. Ojo que cuando
te agarran con un coche robado, también podés zafar: en
general el policía te cobra unos 500 pesos, él se queda
con el auto y te aseguro que él lo lleva al desarmadero.
Los piratas
Mosquito está preso por un caso de piratería
del asfalto. Entró a la Unidad del Gran Buenos Aires hace 16 meses.
Robarte un camión con cualquier mercadería ya no sirve
para nada. No hay a quien vendérsela. Por ejemplo, zapatillas,
chapas de construcción o lo que sea. Metés el camión
en un depósito y después nadie te pone la plata. Ahora lo
que se hace es tener un cliente de antemano. Hay algunos productos de
supermercado que te compra una especie de mafia china que existe, pero
que no pone la plata que hay que poner. Por ahí en un boliche muy
grande podés colocar un camión de champagne o vino y también
están los electrodomésticos. Hay una guerra entre algunas
cadenas grandes: hacés un camión de una cadena
y por ahí se la colocás a otra. Lo otro que camina, aunque
cada vez menos, son los camiones de medicamentos. Tenés que tener
alguna conexión muy buena para que te los saquen de encima. Y lo
que también funciona son los camiones de nafta, pero esa es una
mafia de milicos (militares) que dominan el negocio de la sopa (nafta
adulterada). Antes, casi cualquier cosa se colocaba al 40 por ciento (del
precio real), ahora no conseguís casi nada.
Cuatro por cuatro
¿Bajó el robo de 4x4 para llevar a Paraguay?
Sí, bajó mucho dice Roberto, El Oso.
Hubo mucho ruido hace un tiempo y ahora en Clorinda, por donde se pasan,
se están cuidando más que antes. Igual hay pases, pero te
cobran mucho por hacerlo, así que sólo se pasan las camionetas
que tienen falopa (droga).
¿Hay más control en Paraguay?
No, no. Si cruzás, allá vendés lo que lleves.
Se puso más duro de este lado. Antes, el de la balsa te arreglaba
todo: llegabas a la frontera a la madrugada y pocas horas después
estabas entregando el vehículo y cobrando. El cruce se hace con
documentación trucha que se compra acá, en el Gran Buenos
Aires, a unos 250 pesos. Sale, en blanco, del Registro del Automotor,
con papel y sellos auténticos. Las camionetas las roban unos chicos
a cambio de 500 pesos, en la misma noche se le hacen los documentos,
se saca rápido de la provincia para que no llegue a tiempo la orden
de secuestro y a la mañana entregás. Pero ahora está
más difícil.
Plata, plata
La conclusión es evidente: por la recesión y la crisis,
se redujeron casi totalmente las posibilidades de vender cosas robadas.
Hoy en día, sólo podés buscar plata insiste
El Mosquito. Es la única forma. Y la plata está
en los bancos, los supermercados y las estaciones de servicio. No hablo
de grandes robos porque para eso se necesita una banda muy organizada,
con fierros grandes fusiles FAL, por ejemplo y trabajo de
inteligencia anterior. Eso se ve menos que antes, porque perdieron
algunas de las bandas grandes, como la que cayó en el robo del
blindado en La Boca y la que hizo Aguas Argentinas. Fíjese
que casi ya no hay robos a blindados, justamente porque liquidaron esa
banda. Además, está más difícil conseguir
FAL: uno de los proveedores más importantes perdió
hace unas semanas con la banda esa que robaba las cajas de seguridad de
los bancos. En la casa le encontraron un arsenal, casi todo sacado de
los cuarteles, que es de donde salen casi todas las armas grandes. Igual
se está formando alguna banda, pero la mayor parte de los robos
a bancos y supermercados son grupos chicos de gente que va a llevarse
5 o 6 mil pesos. Como en las cajas de atención al público
de los bancos ahora hay poca plata, se llevan eso y tratan de robar dos
o tres bancos en el mismo día. Se quedan, cada uno con dos mil
pesos y no salen por varios días, hasta que se les acaba. Ahí
empiezan otra vez.
De uniforme
¿Qué está pasando con la policía?
Los jefes ya no tienen tanto poder como antes contesta el
hombre de la cara cortada. Por supuesto que se siguen quedando con
una parte importante de los arreglos con los desarmaderos, el juego, la
prostitución, los que hacen abortos, las curanderas. Pero ahora,
los oficiales de calle no les tienen el terror que les tenían antes
y hacen su propio negocio. Fíjese que una buena parte de los agentes
y suboficiales tienen auto y eso demuestra que hay arreglos que se hacen
con ellos. Por ejemplo, si uno pierde con un auto robado,
en general se arregla; si hay un procedimiento y aparecen varias armas,
se arregla que los fierros más pesados desaparezcan. Y eso se arregla
con la gente de calle, porque ellos tienen obligación de avisarle
al fiscal, así que todo se maneja antes de avisarle al fiscal.
¿Y la droga?
La manejan casi toda los policías. ¿Usted se enteró
de algún procedimiento grande que se haya hecho en los últimos
tiempos? Eso le indica quién maneja ese negocio. Los boliches y
los quioscos, todos funcionan con permiso de ellos y con el repartidor
que ellos permiten. Eso sí, como se está vendiendo menos
que antes por el problema de que no hay plata, de golpe hay pelea por
los territorios y, encima, de vez en cuandose arma un despelote tremendo
por algún robo, la clásica mejicaneada, o una apretada entre
ellos.
La crisis
Mano dura, bala al delincuente, anulación del dos por uno, más
atribuciones a la policía. Esas parecen ser las recetas para mejorar
la inseguridad que siente la mayoría de los habitantes de Capital
Federal y el Gran Buenos Aires. He aquí la óptica de alguien
que está preso y mira las cosas desde el lado de los delincuentes:
Acá lo que sucede es que han entrado al mundo de los robos
un montón de pibes, de 16 a 20 años y a veces menos dice
El Oso, casi con bronca. Es gente que está en
su barrio y no tiene un pantalón más o menos bueno para
ir a un boliche, unas zapatillas decentes y ni un mango para salir de
noche. Entonces se desesperan por la envidia. Antes el padre le tiraba
unos pesos y se arreglaba, ahora te miran y te dicen: ¿Qué
querés que haga?. Eso hace que sean principiantes, inexpertos
que, encima, muchas veces van bastante colgados. No con cocaína
sino con pastillas y fasos. Y a la primera dificultad que se les presenta
sólo saben apretar el gatillo. Están temblando y disparan.
Un chorro como yo ni siquiera le roba el arma a un milico (policía),
ellos van y lo matan porque no saben nada de nada y están jugados.
Son esos pibes los que van a una pizzería para llevarse 100 pesos,
a una pareja para quedarse con 50. El que dice que los robos no son por
un problema social, se ve que nunca fue a un barrio. Ni bien salga de
acá, lo llevo al barrio para que charle con ellos. Va a ver que
no les importa nada porque para ellos, si no pueden ir a un boliche, si
no pueden andar con alguna mina, si no tienen un pantalón para
salir con esa mina, la vida es una mierda.
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