Página/12
en Perú

Por Carlos Noriega
Desde Lima

La campaña electoral para las elecciones presidenciales del próximo domingo tuvo ayer en el Perú su primer cierre parcial: a partir de hoy, ya no se pueden publicar encuestas. Pero las dos últimas que se dieron a conocer generaron una mueca de preocupación en las filas del partido Perú Posible, porque el ex presidente Alan García, candidato del Partido Aprista, se está acercando al candidato favorito Alejandro Toledo. Según la firma Apoyo, Opinión y Mercadeo, Toledo tiene el 41 por ciento de las intenciones de voto, pero García llega al 38; esto es, que el ex presidente sumó 11 puntos en siete semanas. De acuerdo con la empresa Analistas y Consultores, la diferencia entre Toledo y García es de apenas el 4,4 por ciento. Para aprovechar el envión, el ex presidente pidió otro debate televisivo con Toledo (el primero fue hace una semana), pero éste se rehusó porque “ya no hay tiempo”. Además, García, que sufre el peso de las acusaciones de corrupción sobre su anterior gobierno, prometió ayer “pena de muerte para los corruptos”, en una entrevista televisiva. En este final de suspenso, ayer apareció otro capítulo de la guerra sucia de acusaciones en que se terminó transformando esta campaña para la segunda vuelta.
El dardo salió disparado hacia el campo de Alan García. El congresista David Waisman, que preside la comisión parlamentaria que investiga al ex jefe de inteligencia Vladimiro Montesinos y que es candidato a la segunda vicepresidencia en la fórmula de Toledo, denunció ayer que el ex ministro del Interior del gobierno de Alan García, Agustín Mantilla, depositó dos millones y medio de dólares en la Swiss Bank Corporation de Miami. En realidad, Mantilla ya no tiene relación con García ni con su partido. Pero Waisman aclaró que este dinero proviene de cuando ocupó el Ministerio del Interior. Mantilla está implicado en el famoso tema de los “vladivideos”, porque en uno de estos tapes se lo ve reunido con Montesinos, quien le da 30.000 dólares destinados a una supuesta campaña en el Congreso. Los dirigentes apristas acusaron reiteradamente al partido de Toledo de manipular la emisión de los “vladivideos” y de utilizarlos como un arma de chantaje para lograr el apoyo de quienes aparecen comprometidos en ellos, incluidos propietarios de medios de comunicación. Los toledistas han rechazado airados tales cargos.
Estas acusaciones son un testimonio de cómo la campaña ha subido de tono hasta alcanzar un alto grado de agresividad y los misiles cargados con acusaciones de todo calibre han ido de un lado al otro. Toledo reniega en público de la guerra sucia, pero los partidarios de García lo acusan de estar utilizando al ex candidato presidencial Fernando Olivera para que haga el trabajo sucio. Olivera, a pesar que no compite en esta campaña, viene desarrollando una agresiva campaña publicitaria atacando a García y hace unos días lo acusó de haber adquirido un departamento en París, ciudad en la que el ex presidente vivió durante sus casi nueve años de exilio, en un millón de dólares. El candidato aprista, con papeles en la mano, aclaró que el departamento costaba 445 mil dólares y que fue comprado con un crédito bancario que terminará de pagar el año 2013. En la misma línea, Toledo aseguró públicamente que García tenía cuatro cuentas bancarias secretas en Francia. Mientras el ex presidente era entrevistado en un programa dominical, el candidato de Perú Posible llamó por teléfono para intervenir y luego de acusarlo de mentiroso soltó lo de las cuentas bancarias francesas. García negó el cargo y retó a su rival a que probara lo que decía, algo que hasta el momento Toledo no ha hecho. En medio dedenuncias de todo tipo lanzadas al aire, algunos programas periodísticos acusaron a García de ser un enfermo maníaco-depresivo que estuvo internado por más de un mes en una clínica en 1979 y que debía tomar constantemente un antidepresivo llamado litio. El candidato confesó que sufrió una crisis de cansancio y depresión ese año a raíz de la muerte del líder y fundador del Apra, Víctor Raúl Haya de la Torre, pero rechazó lo del litio y lo del largo internamiento. Quienes lanzaron la denuncia dieron luego marcha atrás. Pero el escollo más duro que debe enfrentar el ex presidente sigue siendo el pasivo por la mala gestión económica y las violaciones a los derechos humanos ocurridas durante su gobierno entre 1985 y 1990.
En el caso de Toledo, sus problemas personales y las contradicciones en las que suele caer son sus principales problemas. Cuando los temas de su supuesta hija no reconocida y de un parte médico que reveló trazas de cocaína en su organismo siguen persiguiéndolo, el diario Liberación publicó documentos judiciales y policiales que pusieron al descubierto una tormentosa relación con su esposa Eliane Karp. Estos documentos revelaron que en 1986 la pareja –a la que ahora se le ve muy unida en la campaña– intercambió denuncias de agresión, robo y abandono de hogar. En una entrevista televisiva realizada el día de la madre, un Toledo con cara de nostalgia y pesadumbre recordó que su madre murió trágicamente en un terremoto ocurrido en la ciudad de Huaraz en 1970. Publicaciones periodísticas han revelado que en realidad la madre de Toledo murió varios años después a causa de una enfermedad, poniendo al descubierto una absurda mentira que debilita la ya bastante mellada credibilidad del candidato.
Lo cierto es que, según las dos últimas encuestas publicadas ayer, Toledo está perdiendo la ventaja cómoda de entre 15 y 20 puntos que mantenía sobre García en las últimas semanas. Antes de estos dos sondeos, una investigación de la Universidad de Lima había arrojado un crecimiento superior de García respecto de Toledo en la intención de voto, hasta ubicar al ex presidente a poco más de diez puntos del candidato de Perú Posible. Por otro lado, un simulacro de votación realizado por la Universidad de Ingeniería (UNI) realizado esta semana ubicó la diferencia entre Toledo y García en menos de ocho puntos, mientras los votos blancos y viciados, que bajaron sensiblemente en los sondeos publicados ayer, se elevaron hasta un 35 por ciento.
Luis Benavente, director del Grupo de Opinión Pública de la Universidad de Lima, señaló en diálogo con Página/12 que “es bastante difícil, pero no imposible teniendo en cuenta que el electorado peruano suele dar sorpresas, que García gane”. Benavente resalta el hecho de que el elector peruano “es muy volátil” y en una porcentaje significativo “decide su voto el último día, incluso muchos lo hacen dentro de la cámara secreta”.

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