ETA, volver
a empezar
El brazo político
de ETA, Euskal Herritarrok, tuvo la peor elección de su historia
en las elecciones de la autonomía el 13 de mayo. Poco después
ETA atentó contra la vida del periodista Gorka Landaburu. Y el
jueves, la organización separatista vasca mató a Santiago
Oleaga, director financiero del Diario Vasco, uno de los medios más
leídos en el País Vasco.
El Mundo (Madrid)
La defensa de la libertad de expresión y de la pluralidad
no es una opción partidista. Es un elemental deber de cualquier
gobierno democrático y, particularmente, del que va a presidir
Ibarretxe, al que ETA ha desafiado ayer al ponerle un cadáver antes
de iniciar su mandato y enviarle un mensaje de su desprecio hacia los
resultados de las urnas. Lo verdaderamente inaceptable del cobarde asesinato
de Oleaga es que ETA ha pretendido acallar una voz institucional especialmente
respetada en la sociedad vasca y sembrar el terror entre los profesionales
de la información. Jamás lo logrará porque las pistolas
nunca han logrado acabar con la determinación de pensar y expresarse
libremente. Las ideas son mucho más poderosas que las balas.
(Editorial)
Deia (Bilbao)
¿Qué decir que no suene polvoriento, roñoso,
enmohecido de tan usado? ¿Cómo expresar el agobio, el hartazgo...
sin sonar a disco rayado? ¿Cómo vencer esta inercia, la
sensación de haberlo dicho ya todo; la certeza de habernos vaciado
de condenas, ante lo que no merece más que eso, rechazo? No sólo
lo hemos dicho de palabra, también lo hemos refrendado con nuestro
voto. Pero ETA sigue autista. O peor, desafiante. Algunos dirán
que es éste un atentado a la libertad de expresión. Yo soy
de la opinión de que todos los crímenes atentan contra la
libertad de expresión, porque su única intención
es silenciar para siempre a las víctimas.
(Amaia Fano)
La Vanguardia
(Barcelona)
Lo que resulta preocupante es que en Madrid eje del poder,
de los poderes, y caja de resonancia española no entiendan
la cuestión ni hayan comprendido el sentido del voto en Euskadi.
Cuando el PP lamenta sus muertos, hay que estar con él hasta las
últimas consecuencias por dignidad, humanidad y fe democrática.
Pero cuando continúa atado al aquelarre, montado entre Mayor Oreja
y Savater, irrita y apena (...) El grueso de la política, intelectualidad
y prensa sitas en Madrid han demonizado la palabra nacionalista, que aplican
a catalanes y vascos, mientras niegan que ellos defiendan a la nación
española porque ésta y ellos mismos representan la pura
Verdad.
(Baltasar Porcel)
¿Alto
el fuego?
El gobierno
israelí declaró el martes una tregua unilateral en su conflicto
con la Autoridad Palestina, apoyado en el informe de la ComisiónMitchell.
Pero en los días posteriores se sucedieron atentados palestinos,
que dejaron dos muertos y 50 heridos. El enviado de EE.UU. William Burns
inició una gira en la región para lograr el fin de la violencia.
Jerusalem Post
No puedo más que preguntarme si el antisemitismo juega un
rol decisivo en el ánimo anti-israelí prevalente en Occidente.
Atacar a Israel parece ser mucho más placentero que estar en contra
de Irak, Irán o Siria (...) La Cruz Roja Internacional, cuya inmaculada
neutralidad le impidió criticar a Hitler, califica los asentamientos
judíos como crimen de guerra. Asesinar a civiles judíos
como un acto deliberado de terrorismo no lo es, pero matar a los terroristas
sí. Gran parte del sufrimiento actual se debe a aquellos que en
Occidente alientan a los palestinos a pensar que su violencia está
justificada y funcionará, en lugar de señalarles que deben
negociar la paz.
(Barry Rubin)
Haaretz
Hay cuatro motivos por el cual el cese al fuego israelí no
durará mucho. Primero, Yasser Arafat decidió establecer
un Estado Palestino con las fronteras de 1967, capital en Jerusalén,
derecho de retorno para los refugiados y ningún asentamiento. Segundo,
Arafat decidió que este objetivo sólo puede ser logrado
por las armas. Tercero, Ariel Sharon cree en el concepto de los asentamientos
y teme al ala derecha de su partido; por tanto, no realizará ninguna
concesión que convenza a Arafat a bajar las armas. Cuarto, el cese
al fuego tiene más agujeros que un queso suizo. Arafat ya logró
derrocar a un ministro de Defensa israelí y cuatro primeros ministros:
el derrocamiento de Sharon es sólo una cuestión de tiempo.
(Yoel Marcus)
The New York
Times
El problema no son los asentamientos; es la incapacidad de Yasser
Arafat de decir sí. Bill Clinton y Ehud Barak le ofrecieron
un acuerdo histórico que le daría control de un 96 por ciento
de Cisjordania y Gaza -con todos los asentamientos evacuados y prácticamente
todo Jerusalén Oriental. Pero en lugar de siquiera discutir la
oferta, Arafat lanzó este absurdo levantamiento. Lo hizo porque
es un cobarde político que no abandonó su objetivo de eliminar
a Israel y que teme que si acepta un 99 por ciento, lo matarían
por el uno por ciento que dejó en la mesa. El verdadero problema
es que no existe el liderazgo palestino. Ese es el problema
que Estados Unidos, la ONU y el mundo árabe deben afrontar.
(Thomas Friedman)
Cuán
ajustada era mi mayoría
El gobierno
del presidente norteamericano George Bush sufrió este miércoles
su primera gran derrota. El senador republicano por el estado de Vermont,
James Jeffords, se declaró independiente de la bancada de su partido,
en protesta por la política del nuevo gobierno. De esta manera,
el Senado ahora tiene mayoría demócrata: 50 contra 49 republicanos.
The Washington
Post
Cuando George W. Bush ganó su disputada victoria electoral,
tenía dos opciones: gobernar como moderado para superar las heridas
que dejó la campaña, o impulsar una política ideológica
en toda la línea. Eligió lo segundo, y le estaba yendo bastante
bien hasta que un senador de Vermont llamado Jim Jeffords decidió
decir basta. Su deserción fue un duro golpe contra
un movimiento derechista que dio por sentado durante años que podía
ridiculizar a los moderados y a pesar de ello contar con sus votos en
momentos clave. Era justamente porque los moderados no se rebelaban en
estos puntos críticos que los conservadores podían ignorar
el hecho incómodo de que sin estos progresistas su mayoría
no existiría. Pero ya no.
(E. J. Dionne Jr.)
The New York
Times
La deserción del senador Jeffords resalta la pregunta sobre
qué tipo de partido ofrece el liderazgo republicano para su ala
moderada. El presidente Bush y el líder de la bancada del Senado,
Trent Lott, minimizaron el problema. Pero el senador John McCain, cada
vez más un miembro disidente del Partido Republicano, enfatizó
que los autoproclamados policías de la lealtad partidaria
deben aprender a respetar diferencias honorables entre nosotros y reconocer
que somos un partido lo suficientemente amplio como para no tolerar la
unanimidad total. Y McCain no exagera demasiado. Los republicanos
tienen un problema, y su pérdida del Senado es sólo una
parte.
(Editorial)
National Review
Lo que Jeffords hizo al cambiar el voto crítico del Senado
fue una total infidelidad democrática. Una cosa es abogar por un
consenso con el otro partido, y apuntar a que esa posición sea
validada en las elecciones generales. Pero Jeffords hizo algo distinto.
Integró el Partido Republicano sin ninguna queja significativa
antes, durante, y después de la elección de George W. Bush.
Pero entonces apareció el desafío, no histórico sino
histriónico. Tenía el poder de reorientar la composición
política del Senado norteamericano, con cambios en la dirección
de los comités sobre salud, defensa y justicia. Un hombre de mayor
responsabilidad moral habría evitado la autogratificación
y sometería su decisión a sus votantes durante las elecciones.
(William F. Buckley)
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