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Piccola vendetta para la izquierda

 

En Italia los candidatos de El Olivo ayer recuperaron las ciudades más importantes en la segunda vuelta de las municipales.

 

Por Alfredo Grieco y Bavio

El resultado era más incierto donde la apuesta era más alta. En Roma, en Nápoles o Turín los candidatos de derecha e izquierda estaban separados en los sondeos por sólo tres puntos o aun menos. Pero en éstas, y en una buena proporción de las 77 ciudades donde ayer se votó en ballottage por los gobiernos municipales, la victoria de la coalición centroizquierdista El Olivo fue nítida. Una victoria tanto más significativa después del arrasador triunfo de la coalición centroderechista Casa de las Libertades (CDL) en las elecciones generales de hace dos semanas.
Con el 60 por ciento de los votos escrutados, la victoria en Roma fue para el “olivista” Walter Veltroni, con el 52,5 por ciento de los votos, frente a Antonio Tajani, que se quedó en el 47,5 por ciento. En Nápoles (escrutado el 90 por ciento) se impuso la ex ministra del Interior democristiana Rosa Russo Jervolino (Olivo), con el 52,9 por ciento, a Antonio Mastruciello (CDL), con el 47,1 por ciento. Con más ventaja y todos los votos contados, el nuevo alcalde de Turín será Sergio Chiamparino (Olivo), con el 52,8 por ciento de los sufragios, frente al 47,2 por ciento de su contendiente, Roberto Rosso (CDL).
El Olivo esperaba un triunfo que fuera la primera batalla ganada en la reconquista del poder. La derecha, simplemente, esperaba un bis. El significado político de esta segunda vuelta es cualquier cosa menos secundario, y no en vano pusieron su máximo empeño y participación personal los dos líderes de coalición. Silvio Berlusconi, que debe completar urgentemente su gobierno para el próximo 10 de junio, no se privó de castigar en Roma a Veltroni, que es secretario de los Demócratas de Izquierda (DS, ex Partido Comunista Italiano). Según el hombre más rico de Italia, “el comunismo es una magnífica utopía, pero contraria a la naturaleza del hombre. Veltroni defendió durante décadas los crímenes del comunismo real”.
Una derrota de Veltroni en el Capitolio hubiera sido también un revés personal para Francesco Rutelli, líder electoral del Olivo, y ex alcalde de Roma. Como en toda Italia, la centro izquierda recibió el apoyo de Italia de los valores, partido del ex juez anticorrupción Antonio Di Pietro, e incluso de la extrema derecha de Frente Nacional (0,5 por ciento de los votos), atraída por el “aspecto social” de su programa. Los neocomunistas de Refundación Comunista también lo apoyaron, adoptando el programa del Olivo que busca hacer de las ciudades uno de los contrapoderes que oponer al gobierno de centroderecha. La cual contó para las municipales de ayer con el apoyo de los demócratas cristianos del resucitado Giulio Andreotti y de los neofascistas de Pino Rauti.
En sus primeras declaraciones, el futuro alcalde de Roma Walter Veltroni dijo que el triunfo le recordaba el de 1996, que vivió junto a Romano Prodi, con quien figuraba en el cartel electoral de El Olivo. Claudio Scajola, número dos de Forza Italia (el partido de Berlusconi en el interior de la coalición derechista), restó importancia a la victoria y abundó en que no se puede hablar de una revancha “tras la aplastante derrota (de la izquierda) en las elecciones generales”. Es difícil anticipar una reconquista. Pero el primer análisis es que la centroizquierda italiana supo disciplinar como nunca sus diferencias para esta elección. Y es cierto que una derrota los habría arrastrado a despiadados ajustes de cuentas.

 

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