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DENUNCISAN AL JEFE DEL EJERCITO POR LA MASACRE DE MARGARITA BELEN
En busca de la condena a Brinzoni

El Centro de Estudios Legales y Sociales, que preside Horacio Verbitsky, presentó en Resistencia una denuncia contra el jefe del Ejército como uno de los responsables de la matanza de 22 presos en 1976.

Por Victoria Ginzberg

En la noche del 12 de diciembre de 1976 la guardia llamó a algunos presos y les indicó que se prepararan para un futuro traslado. Luego fueron convocados en forma individual, pero esta vez para ser torturados en el comedor de la alcaidía policial. Al abandonar el lugar, los autos se dirigieron por la Ruta 11 en dirección a Formosa. En un camino lateral, a las 4.30 de la madrugada, los 22 detenidos fueron ejecutados. Estaban fuertemente maniatados y físicamente debilitados a raíz de la tortura. Así fue llevada a cabo la Masacre de Margarita Belén, que se pretendió encubrir bajo la figura de un “enfrentamiento con delincuentes subversivos”. El Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) pidió ayer al juez federal de Resistencia, Carlos Skidelsky, que abriera una investigación penal para el esclarecimiento de esta matanza. En la presentación se solicitó la anulación de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, requisito para poder castigar a los acusados, entre ellos, el jefe del Ejército, Ricardo Brinzoni, quien en ese momento era secretario de la intervención del Chaco.
Hace veinte días Brinzoni admitió en declaraciones al diario Norte que la Masacre de Margarita Belén “no fue un enfrentamiento, fue un fusilamiento encubierto de detenidos que estaban en la cárcel U-7”. “A pesar de ocupar un alto cargo político y ser miembro del Ejército, Brinzoni no denunció estos hechos, de los que demuestra tener conocimiento. Por el contrario, ningún funcionario de la gobernación inició actuaciones para determinar lo ocurrido”, afirma el escrito del CELS. Para demostrar que la Gobernación del Chaco estaba involucrada en la llamada “lucha contra la Subversión”, el organismo de derechos humanos cita en la presentación judicial declaraciones del entonces interventor, general Antonio Facundo Serrano. “El enemigo así calificado –delincuente subversivo– es enemigo del ser argentino, de la esencia nacional, del pueblo chaqueño y naturalmente del gobierno chaqueño. En consecuencia, y por ello, tendrá la firme respuesta que como enemigo se merece. Sepa también el pueblo chaqueño que nuestro gobierno, que es el gobierno de las Fuerzas Armadas, no descansa ni descansará hasta terminar con este enemigo”, expresó Serrano en mayo de 1976.
El presidente del CELS, Horacio Verbitsky, entregó la demanda al magistrado chaqueño ayer. Fue acompañado por la diputada Elisa Carrió (UCR-ARI), el dirigente justicialista Adán Pedrini, la abogada María José Guembe, sobrevivientes de la masacre, familiares de las víctimas y representantes de organismos de derechos humanos, centrales sindicales, cámaras empresariales locales y militantes de organizaciones sociales. Todos ellos caminaron por las calles de Resistencia hasta los Tribunales. Las veredas quedaron marcadas por la leyenda “Cárcel a los Asesinos” y “Brinzoni Genocida”.
La denuncia abarca a unos treinta acusados entre personal del Ejército, de la policía chaqueña, autoridades de la intervención y funcionarios judiciales y administrativos. Todos están imputados de homicidio agravado, desaparición forzada y torturas y el CELS pidió que se los cite a declaración indagatoria.
Entre los autores materiales de los asesinatos figuran los tenientes Alberto Martínez Segon y Luis Pateta, del grupo de Artillería 7; los capitanes Toso y Carnero, del destacamento de Inteligencia 124 y los policías Gabino Manader y Cardozo. Como autores mediatos o instigadores fueron señalados, entre otros, el general Cristino Nicolaides, entonces comandante de la VII Brigada, el ex interventor Serrano, el ex ministro de Gobierno José Zucconi y Brinzoni. También fueron imputados los integrantes del Poder Judicial que se presentaron en el lugar de la masacre con el fin de darle apariencia de legalidad al procedimiento. El fiscal del juzgado donde se radicó la querella, Carlos Flores Leyes, es uno de ellos. En 1976 era secretario del juzgado federal de Resistencia. Flores Leyes seapartaría de las actuaciones y sería reemplazado por el fiscal subrogante, Jorge Auat, quien hace dos semanas pidió que Brinzoni sea llamado como testigo en la causa en el que se investiga la Verdad sobre lo ocurrido en Margarita Belén. A diferencia de la demanda presentada ayer, aquella no tiene efectos penales.
Para abrir esta querella, el magistrado deberá decidir si considera inconstitucionales las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, como lo hizo en marzo el juez federal Gabriel Cavallo para el caso de la desaparición del matrimonio Poblete. En el escrito, el CELS señala que los asesinatos perpetrados en Margarita Belén constituyen “actos de genocidio” y “crímenes de lesa humanidad” y como tales son “imprescriptibles” e “inadmistiables”.
La masacre del 13 de diciembre de 1976 fue tenida en cuenta por la Cámara Federal para condenar a los ex Comandantes. En la causa 13 se probó que el fusilamiento “se produjo como consecuencia del accionar de los miembros de las Fuerzas Armadas o de seguridad encargadas de su custodia”. Además, en el escrito entregado a Skidelsky se menciona que un par de días antes de la ejecución de los detenidos, el interventor del Chaco, junto a otros oficiales, sobrevoló en un helicóptero oficial la zona donde se produjo la masacre y que “días antes del hecho, el capitán Schenone ordenó al personal del cementerio municipal cavar varias fosas”.
Mediante un comunicado, el organismo de derechos humanos señaló que su intención de esclarecer lo ocurrido en Margarita Belén “no es un hecho nuevo”. En 1984 Emilio Mignone y Augusto Conte, ex presidentes del CELS, patrocinaron a familiares de las víctimas en una denuncia contra los responsables de la masacre, en ocasión de su ascenso. La ley de Obediencia Debida no permitió juzgar a la mayoría de los involucrados, entre ellos a Brinzoni, que en ese momento era capitán.

Mentiras de represores
Como consecuencia de las investigaciones realizadas desde el retorno de la democracia se conocen los nombres de 17 personas que fueron fusiladas en Margarita Belén, dos de ellas mujeres. Otras cinco personas identificadas como víctimas de la matanza continúan desaparecidas. “Quienes participaron de la ejecución habrían realizado un pacto por el cual todos los integrantes de la comisión debían efectuar disparos sobre los prisioneros para evitar arrepentimientos posteriores”, dice el escrito del CELS. Para ejemplificar las diferentes circunstancias por las que pasaron las víctimas, en la presentación judicial se detallan tres casos: * Patricio Blas Tierno fue detenido en mayo de 1976 por el Ejército en Resistencia. El 21 de diciembre de 1976 el ministerio de Interior informó a sus padres que Patricio estaba a disposición del Poder Ejecutivo Nacional. Pero el 31 se les informó que su hijo había muerto el 13 de diciembre en un presunto “enfrentamiento con delincuentes subversivo” cuando era trasladado a Formosa. El cuerpo de Patricio, totalmente desnudo y embarrado, fue entregado a sus familiares.
u Fernando Peirola fue detenido en noviembre de 1976 junto a su esposa María Julia Morresi. Autoridades militares les dijeron a sus padres que su hijo se había fugado durante un enfrentamiento armado cuando era trasladado a Formosa. Fernando continúa desaparecido.
u Carlos Zamudio fue detenido en Misiones en septiembre de 1976 y llevado luego a Resistencia, de donde era oriundo. El Ejército le dijo a su mujer que se había fugado en Margarita Belén, aunque después le dijeron que había muerto en un enfrentamiento en Misiones. Posteriormente le aseguran que falleció en el “enfrentamiento” de Margarita Belén. Cuando solicitó la entrega del cuerpo, le contestaron que lo habían inhumado en Misiones. Finalmente le dieron un cajón herméticamente cerrado y le ordenaron no abrirlo.

 

OPINION

Por Marta O. de Vásquez *

Un recuerdo del dolor

En la “Semana Internacional del Detenido–Desaparecido”, Fedefam recuerda con dolor a tantas víctimas de la desaparición forzada, delito de lesa humanidad. En nuestro continente alcanzan a más de 100 mil personas, mientras que todavía 69 países en el mundo sufren este terrible flagelo.
El terrorismo aplicado desde los Estados ha causado miles de desapariciones, dejando en todos los países la terrible secuela de la impunidad y miles de familiares afectados con la pérdida de sus seres queridos que esperan permanentemente e infructuosamente saber de ellos cómo, dónde y por qué se los llevaron, quién dio la orden, quién la ejecutó y cuál fue su destino final.
Denunciamos con honda preocupación las violaciones que países hermanos siguen sufriendo, como Colombia, donde aumentan las víctimas día a día con torturas, desapariciones forzadas, asesinatos y desplazamientos de pueblos enteros. Existe una persecución alarmante contra los defensores de derechos humanos en Guatemala, México, Honduras y Colombia.
Por eso, Fedefam reclama a todos los gobiernos que den finalmente una respuesta a nuestro pedido de Verdad y Justicia.

* Presidente de la Federación Latinoamericana de Asociaciones de Familiares de Detenidos Desaparecidos (Fedefam).

 

 

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