El
empresario Nicolás Di Tullio, un hombre clave de la red argentina
que lavó dinero del narcotráfico mexicano, fue detenido
en Mar del Plata y trasladado a Buenos Aires, donde hoy será indagado
por la Justicia. Di Tullio se mantenía prófugo desde finales
del año pasado. Lo apresaron el domingo a la tarde, en su ciudad.
Se lo acusa por haber abierto dos cuentas en la financiera Mercado Abierto
de Aldo Ducler, donde recibió cerca de 12 millones de dólares
del Cartel de Juárez, que los jefes narcos invirtieron en propiedades
y estancias de la costa. Hasta ahora nunca había sido interrogado
en sede judicial.
Fuentes judiciales y de la Gendarmería señalaron que Di
Tullio fue localizado en la casa de su novia en Sierra de los Padres,
a unos 20 kilómetros de Mar del Plata. Se había teñido
las canas de rubio, se dejó crecer una melena y cambió los
trajes por ropa informal. Con esa nueva imagen, el martillero recorría
todos los días alrededor de 400 kilómetros, generalmente
hacia el sudoeste de Mar del Plata. Pero se movía todo el
tiempo, por lo cual era difícil detenerlo, adujeron los voceros.
El caso tiene la particularidad de que el origen sucio del dinero y la
ruta que siguió está documentado paso a paso. Pero además,
trae al país la primera advertencia sobre el presunto financiamiento
de las campañas políticas con dinero del narcotráfico.
Así lo sospechan los investigadores de Interpol en México,
que en un allanamiento a una casa utilizada por el Cartel encontraron
anotaciones sobre el envío de un millón de dólares
a la Argentina con esos fines. Ducler, que fue asesor económico
de Palito Ortega durante la campaña presidencial del 99,
ha negado de plano esas imputaciones, al igual que Ortega, a quien se
acercó después de ocupar un despacho en la Secretaría
de Hacienda durante la dictadura.
Las pruebas que comprometen a Di Tullio, unido a Ducler por una amistad
de más de 20 años, fueron recolectadas en una investigación
de la aduana de Estados Unidos bautizada como Operación Casablanca,
que comenzó en el `95 y se extendió hasta mayo del `98.
Dos agentes de esa repartición norteamericana se infiltraron en
el Cartel que comandaba Amado Carrillo Fuentes; haciéndose pasar
por especialistas en lavado de dinero, recibieron de los jefes de la organización
millonarios fondos junto con la indicación de a nombre de quiénes
depositarlos. Uno de los destinatarios indicados fue Di Tullio.
En su ruta hacia la Argentina, el dinero pasaba por dos cuentas de Mercado
Abierto en el Citibank de Nueva York. Una abierta a nombre de la Casa
de Cambio y la segunda por su off shore constituida en las islas Caymanes,
el M.A.Bank. Durante 1997 pasaron por esas dos cuentas 11.752.229 dólares,
según informaron los investigadores de la aduana. En el `98, el
gobierno norteamericano congeló las cuentas y las autoridades del
holding hicieron un acuerdo de cooperación con los investigadores.
En ese marco el empresario Di Tullio dio algunas precisiones sobre el
mecanismo del lavado, pero se fugó antes de declarar ante la justicia.
El caso es investigado aquí por el juez federal Rodolfo Canicoba
Corral, a partir de una denuncia que presentó el gobierno mexicano,
interesado en confiscar parte del dinero que el Cartel invirtió
en la Argentina. En la causa está detenido el empresario Angel
Salvia dueño de la Petrolera Mar del Plata quien actuó
como socio de Di Tullio. Aldo Ducler, en cambio, fue beneficiado con una
falta de mérito. Con el empresario prófugo, todo el peso
del caso recaía sobre su figura. Ducler, por ejemplo, alegó
en su defensa que prácticamente no conoció a los mexicanos
y que no podía sospechar del origen de fondos que provenían
de bancos de primera línea como el Citi. El subcomité del
Senado norteamericano que investigó el caso señaló
que las prácticas de Mercado Abierto, con el total conocimiento
de sus dueños (...) crearon un ambiente que facilitaba el lavado
de dinero.
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