Por
Eduardo Videla
Para
no ser menos que sus pares nacionales, ya hay diputados porteños
que proponen darle más atribuciones a la Policía Federal.
La iniciativa corresponde al vicepresidente primero de la Legislatura,
el delarruista Jorge Enríquez, acompañado por algunos legisladores
del oficialismo y la oposición. Los diputados proponen incorporar
al Código Contravencional las ambiguas figuras de acecho,
merodeo y acoso (o seguimiento) ya rechazadas
por el Legislativo en dos ocasiones, con las cuales la policía
podría interrogar, hacer un acta y hasta demorar a cualquier persona
a la que considere en actitud sospechosa. En rigor, la figura
del merodeo ya está vigente, merced a un decreto firmado
por Carlos Menem en 1999, que nunca fue derogado.
Enríquez no está solo en la cruzada: el aliancista Fernando
Caeiro firma también el proyecto que fue presentado ayer. También
lo apoyan Lucio Ponsa Gandulfo (Encuentro por la Ciudad), el peronista
Guillermo Oliveri, y los independientes Ricardo Bussaca y Jorge Mercado,
quienes ayer recibieron en la Legislatura a un grupo de vecinos que impulsan
esta medida.
Nuestro proyecto sanciona el acecho a personas o bienes: alguien
que ande rondando un banco o un supermercado, y que no pueda justificar
su proceder, o que siga ostensiblemente a una persona, argumentó
Enríquez a Página/12.
Se trata de otorgarle a la policía herramientas que hacen
a la prevención, no a la represión, agregó
Ponsa Gandulfo. Esas herramientas, según el legislador, son las
figuras de el acecho y el merodeo, que le permiten a un policía
interrogar a una persona que está parada en la puerta de un banco
y si no da explicaciones satisfactorias, pueda ser llevada a la comisaría.
La propuesta de Enríquez y compañía generó
sorpresa en el Ejecutivo. Nunca planteó esa propuesta en
las reuniones que mantenemos, se asombró el secretario de
Justicia y Seguridad, Facundo Suárez Lastra. Según el funcionario,
figuras como el merodeo se contradicen con la Constitución de la
ciudad, que excluye expresamente el delito de autor: nadie puede ser penado
por lo que es, sino por lo que ha hecho.
El presidente de la Comisión de Justicia, el aliancista Roque Bellomo,
se manifestó en contra de la propuesta. No queremos que cualquier
persona sea condenada por el solo hecho de ser sospechosa, dijo
el diputado a Página/12. El merodeo viene a reemplazar lo
que en los edictos policiales se denominaba vagancia, una figura por la
que se terminaba sancionando la portación de cara: los morochos
de pelo largo, agregó el diputado.
Sin embargo, Enríquez sostiene que las figuras propuestas no
sancionan el aspecto de una persona sino su conducta.
La posibilidad de detener a una persona por la figura de merodeo,
no es una facultad de la que carezca la Federal: el 3 de marzo de 1999,
el entonces presidente Carlos Menem firmó el decreto 150/99 que,
con la pretensión de reglamentar la denominada ley Lázara
(de detención por averiguación de antecedentes) permite
a la policía arrestar a personas que se encuentren merodeando
en lugares públicos sin causa justificada, a borrachos y
prostitutas y a quienes participen de una reunión tumultuosa,
en clara alusión a los escraches.
El decreto nunca fue derogado y está en plena vigencia,
aseguró a este diario la abogada de la Correpi, María del
Carmen Verdú, tras rechazar la propuesta. Lo que se busca
ahora es penar a la persona con arresto, como ya se aplica en algunas
provincias, como Córdoba, afirmó la abogada.
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