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PAUL MC CARTNEY SALE AL RESCATE DE WINGS, SU GRUPO POST BEATLES
“Sigo queriendo hacer la mejor canción”

Tras la publicación de su primer libro de poemas y mientras prepara un nuevo disco solista, el beatle lanzó �Wingspan�, un doble CD y un documental en el que defiende la cuestionada labor musical de su esposa Linda.

Por Marcelo Justo
Desde Londres

Sir Paul McCartney no necesita mucho para ser noticia. Pero con un nuevo disco en camino, un CD doble con los hits de su legendaria banda Wings en las disquerías, un documental televisivo sobre la vida con su fallecida esposa Linda y un posible matrimonio, su nombre aparece últimamente todo el tiempo y por todos lados. Ni siquiera en las librerías se puede escapar a su influjo: desde hace unos meses su libro de poemas Blackbird singing se encuentra en las listas de novedades.
Su álbum solista, grabado en Los Angeles, está prácticamente terminado. Es el primero con temas nuevos del ex beatle desde el Flaming pie de 1997 y lo produjo David Khane (artífice entre otros de Sugar Ray, Bangles, Orgy, Tony Bennett). A principios de mayo McCartney y Khane se encerraron en el estudio y durante dos semanas apenas vieron la luz del día. “Grabamos unas 18 canciones. Necesito todavía otras dos semanas de trabajo para terminarlo. En cualquier momento me hago otra escapada a Los Angeles”, declaró el ex beatle a la prensa británica.
Mientras tanto, desde el 8 de mayo, las disquerías están vendiendo una recopilación de su trabajo con Linda en la banda Wings, junto a varios temas de Paul como solista. El CD doble Wingspan: hits and history es un homenaje a su fallecida esposa, complementado con un documental sobre esa fusión de lo personal y artístico que fue la vida de ambos en la banda. El documental es un gran evento familiar, producido y dirigido por su yerno: la entrevistadora es su hija Mary y la melancólica presencia de Linda domina la filmación.
Wingspan parte de los turbulentos días que siguieron a la separación de los Beatles en 1971. La crisis tuvo un impacto devastador en el bajista y requirió una suerte de exorcismo personal del fantasma de la banda que había revolucionado los 60 (ver aparte). Lentamente surgió la idea de Wings. “Sabía que tenía que seguir haciendo música, pero no me imaginaba cómo. Una de las posibilidades era montar una superbanda al estilo de Blind Faith, pero cada vez me tentaba más volver a los orígenes, empezar de cero. Le dije a Linda si no quería participar en la banda. Me gustaba demasiado estar con ella como para salir de gira y que se quedase esperándome”, confiesa McCartney. El nombre de la banda salió del nacimiento de su hija Stella, la segunda de su unión con Linda, que ya tenía otra hija, Heather. “El nacimiento me puso en otro mundo, totalmente sintonizado con los misterios de la vida, y empecé a pensar en ángeles. Ahí se me ocurrió el nombre Wings, imaginando las alas de los ángeles. Me pareció perfecto”, cuenta el músico. Los principios de la banda fueron difíciles: a pesar de que las primeras actuaciones fueron en lugares pequeños, universidades de provincia, locales remotos, la presencia de McCartney trascendía toda posible búsqueda de anonimato y humildad.
La comparación con los Beatles era inevitable y uno de los flancos más débiles de la banda era la actuación de Linda, fotógrafa de profesión. “Sabíamos que no sonaríamos muy bien al principio y que cometeríamos errores. Era parte de la elección que habíamos hecho. Ibamos a aprender con la experiencia”, comenta. En el caso de Linda esta experiencia fue particularmente difícil: muchas veces lloraba de los nervios antes de salir al escenario. “Me acuerdo de una vez que dije uno-dos-tres para que Linda lanzara el primer acorde de ‘Wild life’. Detrás mío, donde estaba ella con el teclado, había un silencio total. La miré y vi que estaba aterrorizada. Empezó a haber risas en la audiencia y yo pensé que lo mejor era que me pusiera frente al teclado. Todo se transformó en una comedia de errores, porque a mí también se me borraron los acordes de la cabeza. A esa altura todos se estaban riendo. De modo que volví al micrófono dispuesto a hacer otra canción. Cuando llegué, escuché que Linda dice ‘ya está, lo tengo’. La gente aplaudió y la canción salió espectacular. A la gente le gusta ese tipo de cosas, porque muestran que uno es humano”.
Linda y Wings no tardaron en superar el inicial amateurismo para convertirse en una de las bandas más exitosas de los 70. En 1973 Band on the run ganó el prestigioso Grammy y vendió tres millones de copias en Estados Unidos. El single “Mull Of Kintyre” se convirtió en el más vendido en Gran Bretaña de todos los tiempos, superando al record anterior que era, nada más y nada menos, que “She loves you” de los Beatles. El hecho tenía un obvio simbolismo: Paul superaba finalmente su pasado para forjar su propia trayectoria artística. La idea de hacer una recopilación y un documental surgió con la muerte de Linda, de cáncer de mama, en 1998, cuando tenía 56 años. La muerte resultó devastadora para el ex Beatle, que en los 30 años de matrimonio sólo había dormido separado de ella durante los ocho días que estuvo preso en Japón por posesión de marihuana durante la última gira de Wings en 1980. “Linda y yo tuvimos mucha suerte. Fuimos fieles y felices durante 30 años. Tuve un largo período de duelo que fue la experiencia más dura que pasé en mi vida. Pero uno nunca puede anticipar lo que le puede pasar”.
Lo que le pasó fue la aparición hace dos años de la rubia Heather Mills, miembro de una organización humanitaria, que perdió una pierna en un accidente de moto. “Estoy enamorado y me encanta recuperar la sensación de romance”, dijo McCartney a la prensa. El músico descarta por el momento una boda y, con gesto más adusto, niega que uno de los problemas es que Heather no se lleva bien con sus hijos. En cuanto a la demoledora crítica que recibió Blackbird singing se muestra imperturbable. “Yo sabía que los críticos lo menospreciarían con una actitud snob. No son gente muy brillante”, retrucó. En todo caso, el ex Beatle promete seguir componiendo con el mismo fervor que tenía a los 18 años. “Cuando me pongo a componer una canción, quiero que sea la mejor. Si no sintiera eso, no tendría sentido”, dice Sir McCartney, todo un caballero.

“JOHN LENNON ERA BUEN MUSICO, PERO NO MEJOR QUE YO”
La infinita historia del no va más

A 30 años de la separación de los Beatles, Paul McCartney revela en el documental el impacto devastador que tuvo sobre su vida. “Me sentía un inútil total. Mi vida había girado durante años en torno a los Beatles y de golpe, estaba totalmente perdido. No sabía qué hacer, no tenía la menor idea si podía seguir haciendo música.” El bajista sigue rumiando la separación de la banda que, en su momento, muchos atribuyeron a su decisión de que el padre de Linda se hiciera cargo del grupo en vez de Allen Klein, el productor neoyorquino que preferían los otros tres beatles. McCartney insiste en su versión de los eventos, desplazando la culpa de la separación a esa especie de otro yo que era John Lennon, unido a una mujer que también gravitaría en el futuro de la banda: la japonesa Yoko Ono. “Yo quería seguir con los Beatles. Quería que empezáramos a tocar en clubs, a ser otra vez una banda. Pero John no quería seguir y eso fue el fin.” Durante las semanas que siguieron al anuncio de la separación, McCartney entró en un sopor catatónico. “No me levantaba de la cama, no me afeitaba, tomaba grandes cantidades de whisky, me pasaba el día mirando el techo. Me sentía muy inseguro, muy paranoico, pensaba que todo se había acabado y que nada tenía sentido. Creo que fue una forma de locura.”
La salida de la crisis la proporcionó Linda y una granja en Escocia, Park Farm. En la remota paz de la campiña, McCartney redescubrió un hecho básico: era músico, y como tal jamás podría dejar de tocar. “Ese fue el primer paso, pero después debí superar esa sombra que eran los Beatles. Escocia fue el lugar ideal. Totalmente aislado, sin llamadas, sin reuniones de negocios. Cuando me deprimía, Linda me llevaba a dar uno de esos paseos interminables en los bosques o a andar a caballo. Fue como una terapia.” En la granja Paul compuso la canción de Wings que rompió el record de ventas en Gran Bretaña, “Mull Of Kintyre”, dedicado a ese rincón de Escocia donde aprendió a sobrevivir. El resto es historia. Paul y los otros Beatles probaron con creces que eran músicos por mérito propio. Sin embargo, parecería que el bajista jamás logrará desprenderse de la sombra casi persecutoria de Lennon. “Lo lamento por la gente a la que no le caigo bien, pero lo cierto es que yo compuse la mayoría de las canciones incluidas en el álbum de hits de los Beatles. John era muy buen músico, pero no mejor que yo. Sé que es duro decir eso de alguien que fue asesinado, pero a veces es necesario dejar en claro cómo fueron las cosas.”

 

 

 

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