Por José
Natanson
La semana pasada, antes de
partir con Shakira rumbo a San Martín de los Andes, estuvo entrevistando
algunos posibles clientes en sus flamantes oficinas de la calle Cerrito,
casi esquina Viamonte. Es que, después de pensarlo durante mucho
tiempo, Antonio de la Rúa finalmente se dio el gusto y formalizó
su pase al sector privado. Su empresa ya se encuentra funcionando. Se
llama Justamente y es una consultora que apunta al asesoramiento
en marketing y comunicación, orientada a la política pero
también a lo comercial, con sucursal en Miami. Ayer, en declaraciones
radiales (ver aparte), Antonio no mencionó su nuevo emprendimiento.
Sin embargo, sus amigos aseguran que esta contentísimo.
Aunque colaboraba con su padre desde hace tiempo, Antonio irrumpió
en la política en 1999 como coordinador del equipo de comunicación
de la Alianza, que produjo aquel famoso aviso del Presidente aburrido.
Cuando el Viejo (como suele llamarlo) se instaló en
la Rosada, el joven De la Rúa logró ubicar a muchos de sus
amigos del grupo sushi en cargos claves del Gobierno.
Su vida parecía definitivamente orientada a la política,
pero dio unos meses más tarde dio un vuelco. En un recital en el
Luna Park, Antonio conoció a Shakira y comenzó un paulatino
alejamiento de los asuntos argentinos (que, por otro lado, no andaban
del todo bien).
Desde luego, en momentos difíciles De la Rúa seguía
recurriendo a su hijo, cuyos consejos a menudo derivaban en crisis institucionales:
la de octubre del año pasado, con la renuncia de Chacho Alvarez;
o la de marzo pasado, cuando el ajuste de Ricardo López Murphy
puso a la Alianza al borde de la ruptura. Estos derrapes sumados
al afianzamiento de su noviazgo llevaron a Antonio a abandonar el
rol de consejero político.
Así fue como, poco a poco, el hijo mayor del Presidente empezó
a pensar cómo canalizar su inclinación por el marketing
hacia el sector privado. Pocos días atrás cumplió
su sueño y lanzó su propia empresa. Se llama Justamente
y por ahora trabajan cuatro o cinco personas, con una infraestructura
reducida. Quiere empezar de a poco, dice uno de sus amigos.
Se dedica al marketing y la comunicación. Cuenta con dos oficinas:
una en Buenos Aires, no muy grande ni muy ostentosa, pero linda, en la
calle Cerrito. La otra en Miami.
La nueva empresa no asesorará a la Alianza para las elecciones
de octubre, en parte porque De la Rúa no es candidato y en parte
porque los postulantes más fuertes (como Raúl Alfonsín)
no quieren saber nada con los consejos suhis. Según asegura uno
de los jóvenes funcionarios, Antonio quiere volcarse al sector
privado, fundamentalmente en Estados Unidos y en Latinoamérica.
Supongamos que consigo la cuenta de Mc Donalds o de Coca Cola
de Argentina ¿quién me va creer que es porque hice un buen
trabajo y no porque soy el hijo del Presidente, explica el hijo
mayor de De la Rúa.
Por otro lado, la idea es funcional a su esquema de vida: habitualmente
pasa tres semanas en Miami y una en la Argentina. La semana pasada, por
ejemplo, pasó por las oficinas de Cerrito, mantuvo entrevistas
con algunos posibles clientes y después partió junto a su
novia para pasar unos días en la estancia de Fernando de Santibañes
en San Martín de los Andes.
Está contentísimo, aseguran sus amigos. Sin
embargo, admiten que el lanzamiento de la consultora lo aleja aún
más del Gobierno, lo que complica las aspiraciones de algunos integrantes
del grupo sushi. Más allá de la identificación
generacional, nosotros venimos de lugares distintos y en muchas cosas
pensamos diferente. El era el que nos nucleaba y ahora vamos a tener que
arreglarnos más solos, se lamenta.
Los que sí están contentos son los De la Rúa. Estaban
preocupados. Saben que la relación con Shakira cada vez va más
en serio y temían que Antonio se instalara a tiempo completo en
Miami, asegura un funcionario de diálogo habitual con el
Presidente. Pero ahora saben que, aunque sea por poco tiempo, Antonio
siempre va a venir. Están chochos, concluye.
NEGO
HABER COMPRADO UN DUPLEX
Se casa sin casa
Antonio de la Rúa desmintió
ayer una nota aparecida en la revista Caras en la que se afirmaba que
había comprado un duplex de 2.800.000 pesos en la mejor zona de
Buenos Aires. Jamás pisé una inmobiliaria, nunca se
me ocurrió pensar en comprar un departamento, sostuvo el
hijo del Presidente. Además, cuando Marcelo Longobardi le preguntó
si se casaba, respondió que sí.
Es difícil imaginarse de dónde salen esas versiones.
Llega un momento en que tengo que defenderme. La forma que encontré
es la vía legal, hacer una carta documento, iniciar acciones como
para poner un poco de verdad, neutralizar tantas versiones. O sea: nada,
nada, ni un pedacito de lo que se dice es verdad. Entonces digo, bueno,
está bien, vos me difamás, yo te inicio una acción.
Es muy loco, abrir una revista y que cuenten detalles de algo que nunca
existió. No conozco la zona, no conozco el departamento, jamás
pisé una inmobiliaria ni tengo pensado mudarme, hace 10 años
que vivo en el mismo lugar y voy a seguir ahí, aseguró
Antonio a Radio 10.
Fue una réplica a una nota de Caras en la que se aseguraba que
había adquirido un espectacular departamento de 1200 metros cuadrados
ubicado en La Isla, a metros de la embajada británica, propiedad
de la familia Constantini.
Pero no fue la única declaración. En otro tramo del reportaje,
el joven De la Rúa defendió a su padre. Este momento
es una oportunidad para la Argentina. Es un tipo que no va a parar, que
va a seguir peleando a pesar de las críticas y de las campañas.
Pero es su estilo, un tipo que no le gusta ni estar generando disputas,
ni peleas de protagonismo. Pero que es un luchador, que no va a parar
y que va a seguir empujando, y que va a sacar esto adelante, no tengo
dudas, dijo. Y redondeó el cuadro hablando sobre la crisis
la Alianza. Tiene sus problemas internos, tiene gente que dio un
paso al costado, gente que está acostumbrada ...una Alianza muy
acostumbrada a ser oposición. Por eso prefirió dar un paso
al costado.
Luego de anticipar su boda, que aún no tiene fecha, el hijo del
Presidente se refirió brevemente a su vida. Estoy acá
(en la Argentina) el tiempo que puedo y después con Shakira, acompañándola
a ella, que también está en un momento definitorio. Hacemos
un gran esfuerzo, nos cuesta mucho porque somos dos personas públicas,
de correr nuestros temas privados de la exposición. Nos es muy
fácil pero lo intentamos, al menos lo intentamos.
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