El mítico Luis Alberto
Spinetta volverá a la actividad pública esta tarde, cuando
presente ante la prensa Silver Sorgo, su nuevo disco, en el Hard Rock
Café. Para el sucesor de Los ojos, un álbum que nunca fue
presentado en vivo, el Flaco contó con la participación
de conocidos laderos como Javier Malosetti, Daniel Wirtz, Claudio Cardone,
el Mono Fontana y Marcelo Torres. Para el anuncio del encuentro de hoy,
Spinetta escribió un extenso texto sobre sus nuevas canciones.
Aquí se ofrecen algunos pasajes.
u Resulta un poco difícil poner en palabras un trabajo como
éste (...). El tema más viejo del disco es Cine de
atrás, que ya había sido estrenado tiempo antes en
vivo por Los Socios del Desierto, formación que decidí separar,
y que se despidió sin decirlo en el estadio Chateau de Córdoba,
en octubre de 1999.
u El más nuevo es El enemigo. Lo compuse al volver
de un viaje a Los Angeles, en el 2000, y probando un nuevo sistema de
Guitarra Virtual. Desde un principio sabía que era una canción
hippie. Por momentos la veo como una especie de Sólo le pido
a Dios, pero pensando como un ateo. Yo no soy ateo, creo en lo inevitable,
en la lejanía. Mi intención fue procesar la voz de manera
tal que se entienda, pero después. Como si fuera una resonancia
del sentido. En esta doble escuchada, todo queda bajo la responsabilidad
del oyente, y de esta manera se lo induce a involucrarse con el mensaje
principal: Hay que impedir que juegues para el enemigo. Ese
enemigo es, para mí, el conjunto de decisiones y acciones fallidas,
realizadas bajo el deseo explícito del enriquecimiento personal,
traicionando los fines más sagrados, envileciendo la lealtad de
la palabra. Creo que hay que volver para sembrar algo mejor que esto.
Con esta estrategia de querer todo a toda costa, sin importar el daño
que se provoque, el enemigo busca el poder, y el resto es avasallado.
Todo compromiso, toda conciliación humana, entonces, parece imposible,
y todo crecimiento y el poder tirar para adelante todos de acuerdo, se
desvanecen.
u Como broche de oro de la producción, Mono Fontana puso
algo en el disco. Todo un lujo. Juan Carlos Mono
Fontana es uno de los músicos más increíbles que
se pueden escuchar en el mundo. Yo tengo ese privilegio en cada compás
que él toque (desde hace tiempo), cerca mío. Fue una sesión
buenísima. Mono trajo todo un arsenal en un solo teclado. Pero,
como un mago, sacó miles de sonidos y un piano terrible. Fue un
placer, siempre se lo agradeceré.
u La letra de La verdad de las grullas es lo que dice un animal
que está a punto de ser devorado por otro, en la noche, entre el
follaje. Del lémur a la boa. Uno de los problemas que surgen cuando
uno quiere hacer una letra de estas características, es que los
animales no piensan como nosotros (inclusive muchos seres humanos no piensan
como nosotros). Aunque esto no represente una ventaja sobre otros seres
vivientes, sólo nosotros somos más animales que ellos mismos.
Sólo nosotros somos los amos de la culpa. Culpa y perdón
se asumen entre sí como planta y sol. Es el eje de la dinastía
de los hipócritas. Yo me tomé la atribución de representarme
como un animal que será envuelto y tragado por una serpiente inmensa.
u El nombre Silver Sorgo tiene un sentido, o podría tenerlo.
Es la emisión fallida de otra nueva divisa, ahora que se viene
el euro. Esta nueva moneda es el Silver Sorgo. La Argentina es un gran
productor de sorgo, entre otras cosas. Y Silver, que significa plata.
Sí, ya sé, el río. El río de guita que se
va... El Silver Sorgo es una moneda irrealizable. Las canciones... quizás
valgan la pena.
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