Domingo Cavallo cerró
ayer en Nueva York el acto central del show titulado megacanje,
presentado en los últimos tres días ante los principales
inversores financieros. Y decidió regresar anticipadamente a Buenos
Aires, donde arribará hoy, bajando de su agenda el vuelo previsto
hasta Hong Kong. Acompañado por su amigo David Mulford, vicepresidente
del Credit Suisse First Boston, y los gobernadores Rozas, Reutemann y
De la Sota, el ministro prometió a los brokers de Wall Street que
Argentina crecerá arriba del 5 por ciento hacia fin de año
y que la recaudación se recuperará un 6 por ciento en mayo.
Además, pronosticó tasas de crecimiento del 7 por ciento
para los años venideros. Sin embargo, la recepción de Wall
Street fue tibia. A diferencia de otras ocasiones, nadie lo ovacionó
de pie y, en cambio, lo bombardearon a preguntas sobre cómo iba
a sacar al país de la recesión. Más aún, ayer,
el riesgo país pegó un salto que sorprendió a los
analistas de los propios bancos de inversión que participan del
canje. El ministro lo atribuyó a rumores de mercado
y desmintió que su regreso anticipado se debiera a que el canje
no estaba dando resultado.
Cavallo se la pasó durante su estadía en Nueva York atendiendo,
en minirreuniones de media hora, en su suite del hotel Saint Regis Sheraton,
a las delegaciones de los principales fondos de inversión norteamericanos.
A media mañana, además, ofreció una teleconferencia
para los que no pudo ver en persona. Pero el plato fuerte del día
estuvo en el almuerzo que ofreció en el salón de conferencias
del mismo hotel. Allí, en la mesa principal, el ministro se sentó
flanqueado por David Mulford, su polémico amigo, quien lo convenció
de la necesidad del canje y luego ingresó por la ventana al negocio
de alrededor de 100 millones en comisiones que llevarán los bancos,
ya que la entidad que representa (el CS First Boston) tuvo en los últimos
años muy poca participación en la colocación de la
deuda argentina. A esa mesa también se sentaron el presidente del
JP Morgan-Chase y los gobernadores Angel Rozas, José Manuel De
la Sota y Carlos Reutemann.
Tanto el CSFB como el JP Morgan son los dos bancos que actúan como
book runners de la operación; es decir, son los encargados
de recibir las ofertas que hacen al gobierno argentino los tenedores de
títulos de deuda que vencen en el corto plazo y que, para refinanciarlos
a largo plazo, exigen algún premio (una mayor tasa
de interés), además de la garantía de que cobrarán
en el futuro. Hasta el viernes se seguirán recibiendo las ofertas,
que recolectan también otros 5 bancos de inversión, y el
lunes próximo por la mañana se sabrán los resultados:
cuánta deuda se pudo refinanciar a plazos de entre 5 y 30 años,
y qué tasa de interés deberá pagar el gobierno.
La exposición de Cavallo fue precedida por una presentación
muy elogiosa del representante del JP Morgan-Chase. La operación
de canje de deuda será histórica para la Argentina y para
los bancos participantes, aseguró Bill Harrison, director
ejecutivo de la entidad norteamericana.
Luego habló Cavallo, que, según uno de los brokers que participó
de la reunión, ni se lució ni patinó.
El ministro recibió aplausos, pero, a diferencia de su paso por
Nueva York en otras ocasiones, esta vez nadie se paró para ovacionarlo.
Hasta se escuchaban el ruido de los tenedores mientras hablaba,
comentó otro economista que participó del encuentro.
¿Cómo hará para que la economía crezca
en los próximos años al 7 por ciento, como usted promete?
lo interrogó uno de los comensales, resumiendo la preocupación
clave que hoy existe entre los acreedores financieros y que Cavallo escuchó
repetidamente en sus escalas previas de Londres y Madrid: cuál
será el motor de crecimiento que saque al país de un pozo
recesivo que ya lleva más de tres años.
El cordobés no dudó, se puso el casete y repitió
el argumento que viene desenfundando desde que llegó al Ministerio
a fines de marzo: que los planes de competitividad sectoriales aumentarán
la inversión, que eso elevará la productividad, que la gente
recobrará la confianza después delcanje, que bajará
el riesgo país y la tasa de interés para los créditos,
que habrá nuevas medidas para estimular el consumo, etc., etc.
Después de Cavallo, un funcionario del Fondo Monetario, asignado
por Claudio Loser, jefe del Departamento Occidental, continuó el
show. Explicó el acuerdo que firmó el organismo con Argentina
y las buenas perspectivas de que se cumpla. Pero el broche de oro lo puso
el propio Mulford. Contó que conocía a Argentina desde hace
mucho tiempo, como banquero y como funcionario (fue subsecretario
del Tesoro de Bush padre); elogió a Cavallo como un
gran hacedor de políticas y derrochó optimismo. El
ambiente es muy favorable, la operación puede ser muy exitosa,
declaró más tarde.
Por la tarde, Cavallo anunció la suspensión de su gira,
que originalmente debía continuar en Hong Kong. En Economía
lo justificaron porque no tenía sentido viajar por un día
hasta allá. Pero, en Gobierno deslizaron que el propio De
la Rúa le pidió que regresara para intentar una solución
al escándalo de Aerolíneas.
Alemann es un
ignorante
Domingo Cavallo no dudó ayer en disparar contra el ex ministro
de la dictadura y economista mimado del establishment local, Roberto
Alemann, quien había dicho que el déficit fiscal volverá
a subir en mayo. Demuestra ignorancia, afirmó.
Más aún, sin otro argumento a mano, el ministro de
Economía indicó a las declaraciones de Alemann como
una de las causas de que ayer el riesgo país haya vuelto
a subir, pese a que el megacanje de deuda está a punto de
cerrar y a que él mismo se pasó en los últimos
tres días tratando de convencer a los inversores extranjeros
de que Argentina está en la senda del crecimiento. La
suba del riesgo país tiene que ver con rumores de mercado,
especuló. Y agregó: Creo que se originó
en Roberto Alemann, que hizo una afirmación imprudente e
insensata. El doctor Alemann demuestra ignorancia, ya que cualquiera
que sabe cómo controlamos los gastos y fiscalizamos la recaudación
debe saber que no puede aumentar el déficit, aseguró.
Cavallo prometió ayer en Nueva York que la recaudación
en mayo crecerá un 6 por ciento, por lo que el déficit
debería achicarse.
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