En sintonía con el presidente
Fernando de la Rúa, el ministro de Defensa, Horacio Jaunarena,
aseguró que el Gobierno confía en las cualidades profesionales
y morales del general Ricardo Brinzoni, quien fue denunciado penalmente
el lunes por el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) por su responsabilidad
en la matanza de 22 prisioneros políticos en el Chaco en diciembre
de 1976, cuando era secretario general de la intervención provincial.
Al parecer, el Gobierno no necesita del veredicto de la Justicia. Al menos
en lo que respecta a la investigación sobre la participación
del jefe del Ejército en la Masacre de Margarita Belén.
Ya hace bastante tiempo la Cámara de Diputados del Chaco
llevó adelante una exhaustiva investigación de más
de dos años, formuló un informe y en ninguna parte siquiera
se lo menciona al general Brinzoni como eventual partícipe o responsable
de la masacre, señaló Jaunarena, sin dejar lugar para
escuchar nuevos testimonios o pruebas.
En declaraciones radiales repitió el argumento oficial para defender
a Brinzoni, es decir, que sus pliegos superaron el análisis de
la Comisión de Acuerdos del Senado. Sin embargo fue el propio Brinzoni
quien hace tres semanas reconoció en una entrevista con el diario
chaqueño Norte que la Masacre de Margarita Belén no fue
un enfrentamiento, como quiso simular la dictadura, sino un fusilamiento.
El jefe del Ejército dijo que supo la verdad en 1982 a través
de una investigación privada.
El martes, en la conmemoración por el Día del Ejército
en Colegio Militar, De la Rúa confirmó a Brinzoni en su
puesto y afirmó durante la ceremonia: quiero expresar mi
satisfacción por la capacidad demostrada al frente de esta institución
para seguir avanzando en la construcción del Ejército del
Futuro. Y para hablar del futuro, se rodeó del pasado: del
dictador Leopoldo Fortunato Galtieri; del ex ministro de interior de la
dictadura, Albano Harguindeguy y del ex gobernador de las Malvinas, Mario
Benjamín Menéndez.
Jaunarena se refirió a la presencia de los tres representantes
de la última dictadura en la conmemoración del Día
del Ejército. Y, como al mencionar a Brinzoni, volvió a
repetir las palabras del Presidente: esas tres personas se vinculan
con épocas muy dolorosas de nuestra historia, pero en realidad
ninguna de ellas en este momento soporta ninguna condena. Desde el punto
de vista formal los tres están en la misma situación que
cualquier otro para ser invitados, y así lo fueron.
Pero Galtieri fue condenado. En 1988 la Cámara Federal porteña
lo sentenció a doce años de reclusión por su responsabilidad
en la Guerra de Malvinas. El fallo también ordenaba la destitución
del dictador, y eso implicaba que no debía ser invitado a los actos
oficiales. Galtieri pudo zafar de la expulsión de la fuerza porque
cuando el ex presidente Carlos Menem lo indultó, la sentencia no
había sido confirmada aún por la Corte Suprema. Galtieri
también fue indultado por las causas abiertas en su contra en las
Cámaras de Paraná y Rosario. Además, sus cuentas
con la Justicia aún no están saldadas. Puede ser responsabilizado
en al menos cuatro casos de robo de bebés y si sale del país
será arrestado porque tiene pedido de captura internacional ordenada
por el juez español Baltasar Garzón.
Harguindeguy va en camino a estar en la misma posición. La Asociación
Argentina Pro Derechos Humanos de Madrid solicitó recientemente
que se libre orden de captura contra el ministro de Interior de la última
dictadura.
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